Bonos emergentes ligados a la inflación: claves y recomendaciones

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Tambako the Jaguar, Flickr, Creative Commons

El mercado de bonos ligados a la inflación, denominados en divisa local, está creciendo a buena marcha en los mercados emergentes, especialmente en los asiáticos; los últimos países que han empezado a emitir bonos ligados a la inflación han sido Hong Kong (2011), Tailandia (2012) e India este año, y también se prevé que Filipinas empiece a desarrollar este mercado: planea emitir 500 millones de dólares en bonos ligados a la inflación para el último trimestre de este año. 

De acuerdo con datos de AXA Investment Managers, este mercado de emisiones ha crecido en la última década hasta alcanzar los 500.000 millones de dólares, un 30% más que el mercado desarrollado en el mismo periodo. Dentro de los emergentes, Brasil es el mayor emisor, pues su mercado equivale al 50% del total, 278.000 millones de dólares (según datos de julio). No obstante, pese a este fuerte crecimiento todavía se considera que el mercado aún carece de suficiente profundidad, especialmente teniendo en cuenta que en algunos países la negociación de derivados todavía es OTC.  

Otra de las diferencias que establecen los expertos de AXA IM entre los mercados desarrollados y los emergentes es la demora con la que se ajusta la inflación indexada. Mientras que en los primeros se sigue el estándar canadiense, tres meses, en algunos de los emergentes el periodo de tiempo es menor. En el caso sudamericano es prácticamente instantáneo, pues se ajusta tan rápido como se haya publicado el IPC. “La razón de esta diferente metodología descansa en la experiencia de inflación muy elevada en estos países”, explican desde la gestora. 

El último punto de divergencia que detectan en la firma es la manera que tienen unos mercados y otros de proteger al inversor del riesgo de deflación. Mientras que en casi todos los países desarrollados existe un “techo de deflación”, un mecanismo que protege al capital de una caída generalizada de los precios, esto no sucede en los mercados emergentes, especialmente en los sudamericanos, “lo que significa que la inversión permanece expuesta a un escenario deflacionario prolongado”, según apuntan los gestores de AXA en un informe reciente.

¿A quién le conviene invertir en bonos ligados a la inflación?

Desde la gestora han estudiado qué manos son las que están moviendo el mercado emergente en estos momentos. Por un lado, a los gobiernos de países en vías de desarrollo les interesa emitir bonos ligados a la inflación porque son instrumentos que les permiten reducir los costes de financiación, al disminuir la prima de riesgo. “Dado que estos bonos son menos líquidos que los bonos nominales, este argumento es válido siempre que la prima de liquidez permanezca más baja que la prima por riesgo de inflación contenida en los bonos tradicionales”, observan desde AXA IM. 

Por otro lado, según los expertos de la firma, este tipo de emisiones también pueden ayudar a fortalecer la credibilidad de un país, como una forma de demostrar su capacidad para contener los precios. “Si los mercados interpretan la emisión de bonos ligados a la inflación como un fuerte compromiso anti inflación, esto podría permitir al país refinanciar toda su deuda a un coste de financiación menor gracias a la caída de la prima por riesgo de inflación". 

En el lado comprador, desde AXA IM señalan que “estos bonos están primeramente pensados para todos los inversores que desean preservar el poder adquisitivo de sus carteras y por consiguiente están vinculados a las tendencias del IPC doméstico”. En este contexto, desde la gestora señalan que estos bonos ligados a la inflación “son particularmente interesantes” para inversores institucionales, especialmente para los planes de pensiones; por ejemplo, la presencia de este tipo de activos en los planes de pensiones latinoamericanos se ha elevado a entre el 10% y el 20%. También se ha detectado un interés creciente en Sudáfrica, donde el patrimonio de los planes de pensiones equivale al 64% del PIB nacional. “Teóricamente, una cartera invertida al 100% en bonos ligados a la inflación es óptima para asegurar el pasivo con respecto a la inflación”, aseveran.