¿Qué es Aladdin, la plataforma tecnológica de BlackRock que utilizará Santander AM?

Tecnologia, fintech, ordenador, blockchain, FAANG
Domenico Loia, Unsplash

El comienzo de año suele traer consigo el esfuerzo renovado de las gestoras de fondos por comunicar sus puntos de vista sobre la inversión para el año entrante. No obstante, en el discurso de BlackRock se ha colado paulatinamente en los últimos tiempos un protagonista que no tiene que ver con los puntos de inversión per se, sino con su ejecución, y que cada vez está más presente en los comentarios de gestores, especialistas de producto y demás profesionales de esta organización. Se trata de Aladdin, la plataforma tecnológica a la que BlackRock ha dedicado numerosos recursos en los últimos años.

Para hacerse una idea de su potencia, más de mil desarrolladores se han dedicado a alimentarlo con datos –en su gran mayoría, de acceso público- y actualizarlo constantemente para ofrecer un mejor servicio a trabajadores y clientes de la firma. Asimismo, hay más de 600 profesionales cuyo trabajo consiste en la creación y control de la calidad de esas fuentes de datos y análisis para los clientes.

Se trata de un sistema operativo al que tienen acceso diario alrededor de unos 25.000 profesionales de inversión de la firma en todo el mundo. Basado en técnicas de big data, la intención de Aladdin es “conectar la información, gente y tecnología necesaria para gestionar dinero a tiempo real”, según explican desde la gestora. Mediante la combinación de analíticas de riesgo y una exposición compresiva de la composición de las distintas carteras, la firma busca así lograr una ventaja competitiva para poder generar más alfa que otras gestoras.

Según Stephen Crocombe, responsable de negocio de estrategias multiactivas de EMEA en BlackRock, “Aladdin es el poder de agregar datos de una forma que sea útil para quienes toman decisiones. Los datos que empleamos están en su gran mayoría disponibles públicamente/para otras personas. La manera en que se presentan los datos permite realmente entender los riesgos que se están tomando y cómo proceder con ellos. Esto es lo que nos permite ser dinámicos y flexibles”.

El experto pone como ejemplo la recopilación e interpretación de datos que ayudan a poder medir la inflación. “El problema de ser gestor de multiactivos es que tienes que conocer todos los activos subyacentes, pero al mismo tiempo tienes que realizar grandes evaluaciones sobre la macro. Y las divisas, la inflación y el crecimiento son muy difíciles de predecir. Por tanto, cualquier fuente de información que puedas tener es muy valiosa”, asevera. Dada esta utilidad, el responsable pronostica que “los puntos de vista proporcionados por las técnicas big data ganarán peso en nuestras decisiones de inversión de aquí en adelante”.

De hecho, ya está cosechando grandes avances; por ejemplo, el equipo de inversión en renta variable global con un enfoque científico en el tratamiento de los datos que tiene la firma en San Francisco ya está siendo capaz de generar hasta el 40% del alfa que aportan a sus carteras a partir de conclusiones obtenidas vía big data.

Cómo mejorar la gestión del riesgo

Además de hacer la vida más fácil a los gestores de BlackRock, Aladdin ha nacido con una misión fundamental, la gestión de los riesgos presentes en cartera. Así, una de las funciones fundamentales de Aladdin es que “permite a nuestros gestores ver cuáles son los riesgos presentes en su cartera de una manera más detallada y granular; permite crear test de estrés y otros tipos de analíticas del riesgo de una manera en la que entendemos que supone para nuestros competidores un desafío de implementación”. Según datos proporcionados por BlackRock, Aladdin es capaz de monitorizar diariamente más de 2.000 factores de riesgo, y puede someter a test de estrés – que tienen en cuenta más de mil escenarios distintos, y subiendo- a alrededor de 5.000 carteras, con 180 millones de cálculos ajustados a opciones cada semana.

Profundizando en esas analíticas, Crocombe explica por ejemplo que gracias a esta herramienta se puede supervisar la exposición a riesgos y la coherencia de esos riesgos con las estrategias que rigen cada cartera a tiempo real. “Podemos usar Aladdin para decirle a los gestores que a lo mejor están tomando riesgos en los que no habían pensado”, indica el experto.

Como prueba de esta actualización constante, los gestores de la firma también pueden utilizar Aladdin para poder visualizar mejor cuál es la exposición de su cartera a distintos factores de riesgo. Desde el año pasado, esta herramienta también ofrece la opción de analizar la intensidad de la huella de carbono de las carteras. John McKinley, miembro del equipo ESG de BlackRock, explicaba en una entrevista con Funds People que esta métrica está cobrando cada vez más importancia, al descubrir en la gestora que aquellas empresas que generan más ingresos con menos emisiones de carbono a menudo cuentan con unos fundamentales más sólidos, “ya que son más eficientes desde el punto de vista operativo y presentan mejores prácticas de gestión, lo que genera unos mejores resultados financieros que los de las firmas rezagadas en materia de reducción de emisiones de carbono”.

Asimismo, introducir la opción de medir la huella de carbono también es interesante desde el punto de vista de la gestión de mandatos y fondos de pensiones: “En el área multiactivos, gestionamos muchos fondos para diferentes tipos de inversores y especialmente en el norte de Europa, los inversores se han vuelto muy directos en sus requisitos, al demandar productos socialmente responsables”, concluye Crocombe.