En octubre de 2016, más del 50% de la deuda gubernamental de la eurozona ofrecía tires negativas. Ahora, ese porcentaje ha caído al 30%, su nivel más bajo desde enero de 2016.
El año pasado por estas fechas, los inversores de rentas estaban cada vez más preocupados por los niveles tan bajos -o incluso negativos- de las tires, que se estaban extendiendo por todo el mercado de renta fija. Las recientes perspectivas de mejora del crecimiento, la subida de la inflación y una política monetaria más restrictiva han llevado a las tires de renta fija global a niveles más altos. Hoy, sólo el 48% de las tires de los bonos gubernamentales globales están por debajo del 1%, uno de los niveles más bajos desde principios de 2014. Una de las regiones que ha visto el mayor cambio es la eurozona. En octubre de 2016, más del 50% de la deuda gubernamental de la eurozona ofrecía tires negativas. Ahora, ese porcentaje ha caído al 30%, su nivel más bajo desde enero de 2016. “Aunque las tires están todavía bajas, dado el entorno macro en mejoría y la mayor probabilidad de una política monetaria más estricta por parte de los bancos centrales globales, esperamos que las tires sigan presionando al alza durante 2017”, aseguran desde J.P.Morgan AM.
La pregunta que se hacen los inversores es… ¿qué esperar a partir de ahora? En Carmignac lo tienen muy claro. “Si la inflación subyacente europea repunta de forma más rápida y sostenida de lo que espera el consenso, el mercado se inquietará ante el posible fin anticipado de las compras de activos del BCE, lo que impone cautela a la hora de invertir en deuda corporativa. Además de enfrentarse a más de dos años de tipos negativos en los depósitos, los inversores europeos han tenido que lidiar con un universo de renta fija menguante, ya que la autoridad monetaria europea ha ampliado sustancialmente su balance durante los últimos cinco años. Este universo de oportunidades más reducido ha obligado a los inversores a asumir más riesgo crediticio y con vencimientos más largos, lo que deja a los mercados de deuda corporativa muy expuestos a un giro en la política del BCE”, aseguran desde la entidad.
Empezando con los bonos corporativos de alta calidad crediticia, en la firma francesa consideran que ya se está apreciando un deterioro continuado de la calidad de los balances, que muestran tasas de apalancamiento próximas a sus máximos cíclicos. “La debilidad de los márgenes, la falta de rigor de los inversores, la fortaleza que sigue mostrando el ciclo de fusiones y adquisiciones y el alto volumen de emisiones para aprovechar los bajos tipos de interés son factores que han contribuido en su conjunto a deteriorar los balances europeos. A pesar de haberse alcanzado las tasas de apalancamiento más altas de los últimos diez años, los rendimientos están en mínimos históricos debido a la intervención del BCE que acabamos de mencionar. Este mercado es muy frágil y vulnerable ante un marcado repunte de la inflación”.
En lo que respecta al high yield, en Carmignac creen que la situación es similar, ya que las tasas de apalancamiento están en máximos cíclicos y los rendimientos están en mínimos históricos. “Además, no solo no existe ninguna protección desde el punto de vista de las valoraciones absolutas con estos reducidos rendimientos y esta mala calidad de los balances, sino que tampoco existe ninguna protección desde el punto de vista de las valoraciones relativas cuando nos fijamos en otras áreas de la estructura del capital”. Por primera vez en la historia, el índice de bonos europeos de alto rendimiento está arrojando una rentabilidad inferior a la del índice de renta variable europea (rentabilidad por dividendo del índice Eurostoxx 50).
Política monetaria: habrá subidas de tipos; la cuestión es cómo de rápidas serán
Si la inflación es la gran inquietud que amenaza al mercado de bonos, la política monetaria se presenta como otro gran problema. Aquí la cuestión no se centra en si los bancos centrales subirán o no tipos, sino el ritmo al que lo hagan. En Estados Unidos, el esfuerzo realizado por los portavoces de la Fed para preparar a los mercados de cara a la subida de tipos de 25 puntos básicos está funcionando, ya que éstos están anticipando completamente las decisiones. “Dado que Janet Yellen afirmó que es probable que el proceso de retirar los estímulos no sea tan lento como lo ha sido en los dos últimos años, anticipamos, al menos, otras dos subidas, con bastantes probabilidades de que se produzcan tres antes de fin de año, en función del alcance de las medidas de estímulo presupuestario que anuncie el Gobierno estadounidense”, apunta Anthony Doyle, director de inversiones del área de renta fija minorista en M&G Investments.
El FOMC determinó que la economía americana necesita unos tipos más elevados teniendo en cuenta la mejora del mercado laboral y las incipientes presiones inflacionistas. El incremento de la inflación hasta su máximo de los últimos cinco años (2,7%) en febrero constituye una preocupación para Yellen, que se asegurará de que las perspectivas de inflación se mantengan bien ancladas. En Europa el BCE podría seguir el mismo camino que la Fed y en la reunión de junio podría comenzar a preparar a los mercados para una potencial retirada de su programa de compra de activos, señala Clemens Rich, gestor en UBS AM. “Una retirada bien controlada del programa de compras de bonos corporativos limitará el impacto en la deuda corporativa”, asevera. En lo que respecta a los flujos, todas las categorías principales de los fondos de renta fija europea han experimentado salidas en periodos de tres meses consecutivos, siendo los fondos de high yield la única excepción, recuerda Witold Bahrke, estratega senior de Nordea.