Tras lo sucedido en la pandemia, donde el ahorro se disparó, las tendencias de las ratios de ahorro han divergido algo entre Estados Unidos, Europa y el Reino Unido desde sus respectivos máximos.
Las ratios de ahorro han sido clave para sostener el crecimiento después del Covid-19. Esto es especialmente importante en las economías desarrolladas, donde el consumo representa cerca del 70% del PIB por término medio. Cuando los gobiernos de todo el mundo prestaron apoyo de maneras distintas durante la pandemia, las ratios de ahorro aumentaron hasta niveles que duplicaban los máximos históricos anteriores en algunos países. Fue un acontecimiento histórico.
Esto se debió a que los ingresos se vieron respaldados por las transferencias gubernamentales, mientras que el gasto se desplomó como consecuencia tanto de la incertidumbre como de las restricciones. Sin embargo, es interesante observar que las tendencias de las ratios de ahorro han divergido algo entre Estados Unidos, Europa y el Reino Unido desde sus respectivos máximos. Se han producido cambios. Y son relevantes. Apuntan a cambios en los patrones.
Ahorro como porcentaje de la renta disponible

“Los consumidores estadounidenses han caído por debajo de sus pautas de gasto y ahorro anteriores a la pandemia, mientras que los alemanes, franceses y británicos no lo han hecho. Dado que el consumo representa la mayor parte del PIB en estas economías, el impacto en el crecimiento es bastante significativo. Este es uno de los factores que explican por qué el crecimiento de EE.UU. ha sido más fuerte que en Europa en los últimos trimestres”, explica Felipe Villarroel, gestor de carteras en TwentyFour AM (Vontobel).
El caso europeo
El caso europeo merece un estudio pormenorizado. La tasa de ahorro en la eurozona promedió el 12,6% de los ingresos disponibles entre 2015 y 2019. Esto cambió con el inicio de la pandemia, disparándose hasta situarse en un máximo histórico del 25,4% en el segundo trimestre de 2021.
Durante los confinamientos por la pandemia, la gente pudo comprar bienes duraderos, pero no podían ir a restaurantes, de vacaciones, ni siquiera al peluquero, en la mayoría de los países. A pesar de la caída en la producción económica debido al Covid, la mayoría de los ingresos se mantuvieron intactos... Además, no hubo un aumento significativo en las tasas de desempleo en la eurozona, ya que los gobiernos acudieron al rescate, con generosos planes de suspensión de empleo.
Con el gasto a la baja y los ingresos sólidos, el ahorro se multiplicó. Según cálculos del BCE, la tasa de exceso de ahorro aumentó hasta el 11,3% de la renta bruta disponible, entre el primer trimestre de 2020 y el cuarto trimestre de 2022. “Esto resultó especialmente crucial al comienzo de la recuperación económica para fortalecer el consumo privado”, apunta Ulrike Kastens. Fue un factor clave.
Según explica el economista para Europa de DWS, desde entonces el panorama se ha alterado. Los hogares han invertido sus ahorros en viviendas y activos financieros como acciones y bonos, y han aprovechado para amortizar préstamos. Mientras tanto, los activos líquidos como efectivo o los depósitos bancarios, que también están fácilmente disponibles para el consumo, se han reducido gradualmente, pasando de un pico del 3,7% de los ingresos disponibles en el primer trimestre de 2021 a solo el 0,6% en el cuarto trimestre de 2022. “Esto significa que apenas quedan ahorros o activos disponibles que puedan convertirse fácilmente en dinero para gastar”, afirma.
Patrón distinto en los hogares ricos
La distribución de los ahorros disponibles también es importante. “Los cálculos de la autoridad monetaria muestran que los hogares más adinerados son los más propensos a seguir teniendo ahorros en el banco. Mientras que el 10% más rico de la población tenía menos de la mitad del ahorro disponible en el primer trimestre de 2020, esta cifra había aumentado a casi dos tercios en el cuarto trimestre de 2022”.
Sin embargo, los hogares ricos tienden a tener una menor propensión marginal al consumo y suelen reaccionar lentamente a los cambios en su riqueza. Lo contrario suele ser cierto para los grupos menos adinerados y con menores ingresos. “Cuando tienen dinero, lo gastan”.
Para Kastens, “todo esto significa que los ahorros disponibles probablemente ya no suponen una fuente adicional de estímulo para el gasto del consumidor y el crecimiento. Pero con la expectativa de que la inflación caiga significativamente en los próximos meses, al menos los ingresos reales volverán a aumentar, lo que debería ayudar un poco al consumidor y a la economía en general. Pero la bonanza inesperada de la Covid ha llegado a su fin”, concluye.
Distribución del exceso de ahorro acumulado por grupos de hogares
