Capital at Work: “La renta fija no está muerta en absoluto”

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“El megaciclo de la renta fija ha terminado pero no supone el final de la misma”, indica Lucas Monjardín, consejero delegado de Capital at Work AV que se muestra determinante en este sentido: “no está muerta en absoluto”. Todo lo contrario, según explica: “en un escenario de subidas de tipos con una inflación controlada permitirá ir invirtiendo a tipos más altos aunque en el corto plazo suframos en precio”. Eso sí, con la obligación, “que no necesidad”, de asumir más riesgo, y cuando dicen obligación, se refieren al entorno al que han conducido las políticas monetarias de los bancos centrales de países desarrollados

Esto significa que, dentro de la renta fija, crean que se debe tomar duraciones largas tanto en corporativa como en soberana por encima de los 10 años. Y aunque en términos de valoración, los emergentes sean los únicos países donde el PER del bono es más bajo que el de la renta variable y la rentabilidad del bono es más alta que la rentabilidad por dividendo de las acciones, no consideran que merezca la pena asumir tanto riesgo dadas las incertidumbres que les atañen y teniendo en cuenta que su “crisis aún no ha finalizado”. Por tanto, se dirigen más hacia bonos corporativos o de gobierno de alta calidad y cierta cobertura o liquidez para navegar la volatilidad de este año. Como pueden ser los bonos noruegos o incluso los periféricos, en el caso de que se busque un plus de rentabilidad, comenta Jaime Semelás, analista jefe del departamento de Gestión y Análisis de Capital at Work.

Búsqueda de alfa sin abandonar la calidad

Semelas, como analista, por el lado de renta variable ha querido destacar, en un desayuno con clientes, la importancia de la selección de valores. “Antes metíamos la mano en el saco y daba igual qué manzana sacábamos ya que tenía una revalorización importante”. Sin embargo, ahora Semelás marca dos vías para invertir en renta variable. La primera se trata de historias de reestructuración creíbles donde haya mejoras en la generación de caja, retornos sobre capital que pasen de sensiblemente a ligeramente por debajo de su coste de capital. En este contexto, le gustan compañías como Abengoa , BCP, Sonae o Tubacex.

Mientras que, por otro lado, el apetito de mercado no les ha hecho abandonar su visión de búsqueda de compañías de calidad, con una estrategia que persiga retornos atractivos sobre sus activos y generación de caja. Este es el caso para ellos de Abertis, Acerinox, BME o Telefónica. Y es que, como explica el analista, históricamente existe una alta correlación entre el RoCE y el precio de mercado.

Incertidumbres: emergentes y valoraciones

Antes, el consejero delegado de la entidad mencionaba la incertidumbre de los emergentes. Pero, ¿cómo se han pasado de ser hace unos años el motor de la recuperación a dejar de ser el resorte para salir de la crisis?, reflexiona.

Monjardín “acusa” el efecto que ha tenido la política de la reserva federal de tipos de interés reales negativos, el cual ha “obligado a los ahorradores a asumir más riesgo y posibilita a los inversores a tomar prestamos en dólares para invertir en deuda emergente con tipos más altos y aparentemente con un riesgo controlado”.

Los emergentes no han sido capaces de absorber tanto capital, cree Monjardín, y como un mercado de capitales frágil que es, apunta, “cuando sale todo de golpe, sus divisas se desploman”. La política continua de devaluación del dólar y el yen japonés para apoyar a sus respectivas economías, no ha ido más que en contra de los emergentes, de los que siguen pensando que es un riesgo estar a corto plazo. De hecho, no descartan una guerra de divisas parecida a la de 1997 con los entonces tigres asiáticos. De ahí que vendieran todo a final del año anterior.

Estos paises no son la única preocupación de Monjardín, sino que también ve riesgo en la valoración de los mercados. Y aunque no considere que haya una burbuja, sí observa como el momento actual podría ser similar a otros en los que si ha comenzado una. Y es que, según diversos ratios, la bolsa estaría cerca de máximos históricos y de niveles solo superados en crisis también históricas, además del alto nivel de apalancamiento que acumulan los inversores, señala Monjardin.

Sin embargo, cuenta el consejero delegado, “no es que el margen de las compañías este mejor porque vendan más”, sino que hay PER altos (bolsas caras) porque con un nivel de inflación como el actual los inversores están dispuestos a pagar aunque vendan igual. Desde su punto de vista, “es normal que haya ese PER alto mientras las políticas monetarias sigan igual y la inflación no sea un problema”, algo que no parece que vaya a cambiar. Esto supone para Monjardín, a pesar de estar algo sobrevalorados, un apoyo para los mercados financieros desarrollados.