Carla Bergareche (Schroders): “Con esta crisis ha quedado demostrada la solidez de la industria de gestión de activos”

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Foto cedida

Esta crisis está provocando una crisis económica de repercusiones colosales. Muchos sectores han pasado, de la noche a la mañana, de operar en un mundo que crecía a un ritmo moderado a otro extremadamente complejo, en el que muy probablemente asistiremos al mayor desplome económico de la historia reciente en términos de PIB. Esto ha cogido a muchas empresas e industrias poco preparadas para hacerle frente. No así a la de gestión de activos, un sector que, tal y como explica Carla Bergareche, directora general de Schroders para España y Portugal, está demostrando dos cosas. “La primera, una gran capacidad de adaptación. La segunda, su robustez. Con esta crisis ha quedado demostrada la solidez de la industria de gestión de activos”, afirma en una entrevista con FundsPeople.

Se mire por donde se mire, el sector ha dejado muy clara su fortaleza. “En un abrir y cerrar de ojos hemos pasado completamente a un entorno de trabajo digital. En nuestro caso, el 98% de los empleados de la compañía a nivel global están desempeñando sus funciones desde casa. Ha sido un cambio radical en el que hemos podido seguir gestionando y prestando servicio a nuestros clientes con total normalidad, manteniéndoles comunicados en todo momento, proveyendo de liquidez, operando en los mercados sin ningún tipo de problemas… Toda la estructura tecnológica ha funcionado y pone en valor la consistencia de la industria de gestión de activos, que ha sabido dar respuesta a una crisis extraordinaria, en la que hemos vivido un confinamiento y el desplome bursátil más rápido de la historia”.

Para Bergareche, en Schroders, lo más importante además de proteger la salud de sus trabajadores, ha sido poder mantener siempre abiertos los canales de comunicación con los clientes. Tal y como explica, esto fue especialmente importante en marzo, en plena caída libre de los mercados. “Hubo muchas peticiones por parte de los inversores, que demandaban información muy detallada sobre distintas estrategias. Que toda la maquinaria funcionase para responderles en tiempo y forma ha sido crucial. Ahora, todo ese pico de solicitudes se ha calmado. Nos encontramos en un escenario de vuelta a la normalidad en el que, como gestora, te tienes que readaptar. Estamos reinventando la forma de hacer las cosas. La necesidad conduce a ello”, reconoce la responsable de Schroders para el mercado ibérico.

Dado que la gestión de activos es una industria basada en el capital humano, en el que la comunicación y el intercambio de ideas es básico, Bergareche considera que lo más importante en estos momentos es determinar cuáles son los canales digitales más apropiados para conectar mejor con el cliente.

“Se trata de una estrategia de ensayo-error, de hacer cosas distintas y analizar lo que funciona y lo que no. Y, lo que no funciona, ser ágiles a la hora de reconocerlo y probar otra cosa. En estas circunstancias existe una saturación de eventos telemáticos. Es obvio y lógico que los clientes sean selectivos y también es obvio y lógico que nosotros queramos ser uno de los elegidos, elevando la calidad de los formatos, la información que le proveemos y preguntándoles qué necesitan para poner toda nuestra inteligencia en ser capaces de seguir aportándoles valor. Si los clientes van a ser más selectivos, elegirán a aquellos que se lo ofrezcan. Podemos regresar a la oficina en la fase 3 pero… ¿cuándo podremos volver a tener una reunión cara a cara con ellos? Hay que ir día a día y trabajar con la hipótesis de que nuestra labor en los próximos meses va a ser digital”.

Tendencias que salen reforzadas de la crisis

Según Bergareche, la crisis del COVID-19 contribuirá a reforzar algunas tendencias que ya existían. Algunas serán claramente para mejor. Otras, en cambio, supondrán nuevas incertidumbres, como “el riesgo creciente de populismos, que se verá acentuado”. En el lado positivo estará el reforzamiento de los sistemas sanitarios. “El incremento del gasto en sanidad, que ya se venía produciendo por la presión demográfica, se acelerará. Los gobiernos destinarán más recursos económicos a este ámbito para hacer más resistente al sistema de salud. Al igual que después de la crisis de 2008 los bancos reforzaron sus balances, los gobiernos van a aumentar su gasto en sanidad para estar preparados en caso de una vuelta de la pandemia. Esto beneficiará al sector”.

Ocurre igual con la tecnología. “Esta crisis es un acelerador del cambio hacia un mundo más online (teletrabajo, venta digital…). Simplemente el haberlo testado con éxito va a cambiar mucho nuestra forma de trabajar en el futuro, de relacionarnos y nos empujará a adoptar ciertos avances que, sin el paso de la pandemia, hubiésemos tardado mucho más tiempo en acoger. Por otro lado, las compañías van a mirar más las cadenas de proveedores y acercar la producción a casa para que sea más eficiente, lo que impulsará la automatización. Parece muy claro que, en este nuevo entorno, la tecnología saldrá reforzada”, señala la directora general de Schroders para España y Portugal. Tal y como revela, las carteras de los fondos Schroders han ido reposicionándose para capturar a esos ganadores.

Cambios de asset allocation

Sin embargo, el cambio más importante de asset allocation se produjo hace un mes, cuando ante la ampliación de spreads se pusieron positivos en bonos corporativos. “Empezamos a añadir riesgo de crédito. Incluso tras el buen comportamiento registrado por esta clase de activo en abril, lo seguimos viendo como una oportunidad. Es una buena forma de añadir riesgo sin exponerte a la renta variable, donde a corto plazo existen dudas sobre la sostenibilidad del rally. Estamos apreciando bastante interés, con flujos positivos en nuestros fondos de crédito”. En el mercado de renta variable, en la casa británica se muestran más optimistas en Asia, sobre todo en China, donde también están teniendo entradas netas, así como en estrategias temáticas (cambio climático, disrupción, tecnología…), donde el dinero viene principalmente por el lado de las bancas privadas y bancas personales.

Si a nivel de industria esta crisis ha demostrado la solidez del sector, a nivel de producto quienes han pasado con nota este test de estrés han sido los fondos ESG. “Ha quedado acreditado que las compañías que tienen mejores ratings ESG han sufrido menos. Los sectores de calidad se han comportado mejor que los de valor, más centrados en sectores que, como el energético, lo tienen más difícil a corto plazo. Y, de cara al futuro, todo apunta a que la labor de reconstrucción económica estará focalizada más en la S de lo social y no tanto en la E de medio ambiente, lo que deja al descubierto nuevas oportunidades inversión que conviene analizar”, subraya Bergareche.

Los tipos de mantendrán bajos

El futuro será diferente, muy distinto al que se preveía a comienzos de año. “El impacto en la actividad se va a prolongar y pasará tiempo hasta que volvamos a niveles pre-crisis. El crecimiento económico será más bajo. No será una vuelta en V. Esto refuerza la tesis de que los tipos de interés se mantendrán bajos durante una larga temporada, lo que tiene implicaciones muy importantes. Entenderlas será clave”. Entre ellas, la directora general de Schroders destaca una mayor disparidad en cuanto a retornos por regiones y países.

“No es lo mismo si el COVID-19 ha tenido un gran impacto y el país tarda en levantar restricciones, que lo que está sucediendo en China, donde están volviendo a la normalidad. De hecho, nuestros compañeros en Hong Kong ya han regresado hace una semana a la oficina. Lo mismo en el plano sectorial. Habrá mucha dispersión en función del impacto sufrido, incluso a nivel de compañías, en las que se diferenciará en función de su apalancamiento, saneamiento, ingresos… Es un entorno en el que la gestión activa debería brillar más. Estamos ante una oportunidad única para ello”, concluye.