Christian Staub (Fidelity): “El único futuro posible es digital y sostenible”

Christian Staub (Fidelity)
Foto cedida por Fidelity

La capacidad de adaptarse a los cambios es una cualidad esencial en todos los ámbitos económicos que resulta aún más necesaria cuando distintas fuerzas empujan en la misma dirección. En opinión de Christian Staub, director general para Europa de Fidelity International, esto es precisamente lo que está ocurriendo en la industria de la gestión de activos, sobre todo en la europea. Por un lado, el COVID-19 y la consabida aceleración de la revolución digital y, por otro, la disrupción que ha supuesto el creciente énfasis en la sostenibilidad, son los dos factores que determinarán el futuro de las casas de gestión de activos llamadas a “transformar la crisis en oportunidad, reinventarnos y replantearnos nuestro papel en la búsqueda de nuevas ideas para ofrecer un mejor servicio a los clientes”.

El Reglamento SFDR marca un hito para la industria

“En este nuevo escenario, solo saldrán victoriosas las gestoras capaces de colaborar activamente con las empresas y apoyarlas, mediante un auténtico engagement, en su transición hacia modelos de negocio más sostenibles, así como de dialogar con los reguladores para guiar al mercado hacia objetivos sostenibles”, asegura Staub. “Como gestora activa, la integración de los factores ESG en el proceso de inversión siempre ha formado parte de nuestro ADN”, continúa. “El análisis y la investigación también son elementos clave de nuestro proceso, ya que estamos convencidos de que invertir de forma sostenible significa monitorizar los riesgos en los que pueden incurrir las empresas si no tienen en cuenta o no gestionan adecuadamente los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo”.

No cabe duda de que el mercado de la inversión sostenible está creciendo rápidamente: se estima que, en Europa, el patrimonio en fondos ESG representará más del 50% del total en 2025. Como señala Staub, “la entrada en vigor del Reglamento SFDR supone un hito para el sector de la inversión que fomentará una mayor consolidación y generará nuevas oportunidades. Creo que la industria de la gestión de activos está infravalorando su impacto, sobre todo para los mercados locales. Nosotros anticipamos que los grandes selectores de fondos exigirán una clasificación equivalente, como mínimo, al artículo 8 de la nueva normativa como condición sine qua non para invertir”.

Una clase de activo en crecimiento

Estas consideraciones tienen su reflejo práctico en el negocio de Fidelity International. En el ámbito de la gestión pasiva, donde ven muchas oportunidades, la gestora lanzó tres ETF ESG de gestión activa en 2020 y planea ampliar aún más su gama de producto en este espacio.

En cuanto a los mercados privados y, en concreto, el crédito privado, donde han invertido recientemente, Staub recuerda que, en la última década, las fuentes de rentabilidad tradicionales se han reducido significativamente. “Creemos que el crédito privado puede representar una clase de activo interesante, ya que aporta diversificación y rendimiento a largo plazo”, explica. “Supone una extensión natural de las capacidades de inversión de Fidelity y podría ponernos en una posición única para capturar el potencial de crecimiento a través de diversas estrategias. Todo esto nos ha llevado a entrar en los mercados de crédito privado reforzando nuestras capacidades con la incorporación de un equipo de MeDirect Bank”.

Su opinión sobre el mercado español

Staub considera que el mercado español disfruta de unas dinámicas muy positivas y un elevado nivel de protección del inversor, lo que contribuye al alto porcentaje de ahorro financiero que los hogares invierten en fondos. “Pocos países del sur de Europa invierten el 15% de su ahorro en fondos”, destaca el experto.

Sin embargo, la diferencia entre España y otros países está en que se asigna poco capital al ahorro a largo plazo, como los planes de pensiones. “Habría que hacer más en este sentido porque la situación demográfica es cada vez más complicada”. En su opinión, esto representa el principal reto para nuestro país: “El principal obstáculo para la inversión colectiva en España no son las comisiones ni cuestiones por el estilo, sino la falta de una cultura de ahorro a largo plazo. No es que la gente no piense en su jubilación, sino que prefieren invertir ese ahorro en inmuebles”.

Previsiones para 2021

De cara a 2021, Staub cree que el sector español de los fondos de inversión se enfrentará a dos fuerzas contrapuestas. “Por un lado, los problemas de liquidez de empresas y hogares provocarán reembolsos y reducirán el apetito por el riesgo. Por otro, la tasa de ahorro aumenta durante las recesiones, como ya ocurrió entre 2008 y 2010, y los fondos de inversión absorberán parte de ese crecimiento”.

¿Y a más largo plazo? “España ha vivido muchos cambios positivos en los últimos años, algunos fomentados por los reguladores locales y otros, resultado de las propias dinámicas del sector: innovación de producto, rebaja de las comisiones de gestión, mejora de la información a los inversores… Todo esto se ha traducido en un sector más transparente y cercano. El principal reto será la presión sobre los márgenes. Inevitablemente, el proceso de consolidación iniciado hace unos años continuará, con el objetivo de generar sinergias de costes. A largo plazo, el mercado acabará dominado por aquellas gestoras capaces de combinar soluciones de inversión de primera clase con economías de escala. Aunque, por supuesto, seguirá habiendo sitio para las boutiques y las gestoras más especializadas”, concluye.