Un análisis de Niall Gallagher, director de inversiones, Equity Europe sobre lo que denomina una nueva era para la inversión.
El principal efecto de la actual dinámica macroeconómica en el mercado bursátil europeo es el aumento del optimismo económico. "El esperado declive de la economía estadounidense no ha ocurrido y hay señales de mejora en Europa. La caída de los precios de la energía, servicios públicos y alimentos, junto con el aumento de los salarios, debería impulsar el consumo en Europa este año", afirma Niall Gallagher, director de Inversiones de Renta Variable Europa de GAM.
Gallagher señala que la actividad industrial está tocando fondo y podría mejorar. En la renta variable europea, las valoraciones siguen siendo atractivas. "Los bancos europeos han tenido un buen desempeño este año, con valoraciones que no se corresponden con sus beneficios y rentabilidad por dividendo y recompras de acciones del 15% en algunos casos", comenta Gallagher.
Nueva era para las inversiones
Los bancos han saneado sus balances, generando retornos sobre el capital (ROEs) decentes y siendo rentables, lo que despierta interés. "Los fundamentos de la renta variable europea también son sólidos, y este año podría ser interesante para su rendimiento", añade el gestor.
En resumen, sugiere que estamos entrando en una nueva era para las inversiones. Tras la crisis financiera mundial y la pandemia, caracterizadas por deflación, tipos de interés bajos y rendimientos reducidos de bonos, el entorno ha cambiado. "Ahora, la inflación será probablemente más persistente y volátil. Los precios de la energía podrían ser estructuralmente más altos debido a la falta de inversión en hidrocarburos y el coste de la transición energética", concluye.
El experto continúa explicando que fue un periodo especialmente bueno para determinados tipos de valores, en particular los de alta calidad, con baja volatilidad y los de crecimiento a largo plazo, prácticamente los títulos quality growth. "Hoy la dinámica macroeconómica es un poco diferente. Creemos que la inflación será probablemente más persistente y más volátil. Es probable que los precios de la energía sean estructuralmente más altos por la falta de inversión en hidrocarburos, pero también por el coste de la transición energética", prosigue.
Cinco tendencias
Gallagher pasa revista a cinco tendencias estructurales. "La primera de estas tendencias estructurales se refiere al impacto de la normalización de los tipos de interés reales y los rendimientos, que sin duda favorece a los bancos europeos, ya que aumenta su rentabilidad. No es tan positivo para los modelos de negocio que asumen tipos cero para siempre", afirma.
La segunda tendencia se refiere a las implicaciones de la subida de los precios de la energía. "Sin duda favorece a las empresas petroleras y gasísticas, pero no a los usuarios. En este caso hay ganadores y perdedores. Luego están las enormes oportunidades que dependen de la descarbonización", argumenta. Para GAM, se trata de apostar por las empresas que se beneficiarán de las mayores inversiones fijas y, en particular, del uso de grandes sumas de dinero para apoyar la transición energética. Luego hay una tendencia a largo plazo, a saber, el crecimiento de la clase media en Asia, que beneficia a las empresas de bienes de consumo de lujo y de gama alta en Europa. "Por último, están las tendencias tecnológicas a largo plazo que favorecen a determinados tipos de empresas en Europa y, por tanto, a la expansión tecnológica. Entre ellas se incluyen las inversiones en equipos de fabricación de semiconductores y muchas empresas industriales relacionadas", concluye.
Sectores a vigilar
En cambio, se fija en los sectores. La empresa prefiere centrarse en los bancos del sur de Europa, donde cree que aún hay mucho valor. "Tenemos una posición sobreponderada en energía: las acciones de petróleo y gas están baratas y generan mucho efectivo. Además, desempeñan un papel importante en la transición energética, ya que invierten en tecnologías con bajas emisiones de carbono, redes de recarga de vehículos eléctricos y, potencialmente, generación de energía renovable", afirma.
Antes hemos hablado de las empresas implicadas en la transición a los vehículos eléctricos. Las empresas automovilísticas tendrán que reconstruir plantas y necesitarán nuevos equipos. En cuanto a las empresas que se benefician del auge de la clase media en Asia, tenemos en cartera muchas empresas de bienes de consumo de lujo y de gama alta. Pero también en la de tecnología, equipos semiconductores y algunas empresas industriales", explica el experto.