¿Cómo afrontar un escenario de subida de tipos? Las gestoras dan su visión

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International Monetary Fund, Flickr, Creative Commons

Dos mensajes dejó claros Janet Yellen en su discurso semestral ante el Congreso de EE.UU: que la Reserva Federal no se compromete a dar una fecha concreta para subir tipos, sino que dependerá de la evolución de la inflación y del mercado laboral, y que la autoridad monetaria seguirá tomándose su tiempo para incrementar la tasa de interés de los fondos federales. Mientras tanto, las gestoras internacionales hacen su valoración y tratan de prepararse para una subida de tipos que, antes o después, se producirá. Algunas entidades consideran que los mercados no se están tomando muy en serio las palabras de Yellen.

Lo afirma con claridad Matthew Tucker, responsable de la estrategia de renta fija de iShares. Basándose en los futuros, Tucker observa que la Fed “probablemente sea más lenta al elevar la tasa de interés de los fondos federales de lo que ha indicado, y que el incremento será gradual”. “El mercado parece ser ambiguo tanto con el escenario de crecimiento de la Fed como con la velocidad a la que se moverá para contenerlo”, añade. Mientras que hay consenso general en torno a la dirección de los fondos de la Fed para finales de 2014, en 2015 sin embargo los datos publicados por el Comité de Mercado Abierto (FOMC) reflejan disparidad de proyecciones con respecto al mercado, del 1,125% frente al 0,775% que se está poniendo en precio.

“Es un recordatorio de que para el corto plazo la Fed y sus acciones probablemente permanezcan como el principal motor del mercado, especialmente los tipos de interés de corto plazo”, advierte Tucker. “Es difícil de decir que esto signifique que la Fed se está moviendo más lentamente (o más rápidamente) de lo que anticiparon, o que las expectativas del mercado retrocedan, pero de una u otra manera, sabemos que el mercado y la Fed convergerán”, afirma el experto. Éste lanza una última advertencia: “Mientras que los inversores de largo plazo deberían preocuparse por el potencial de volatilidad de los tipos de interés, deberían tener en mente que sus retornos están guiados más por el cupón que por la reinversión de esa renta”.

Desde J.P. Morgan AM James C. Liu, estratega global de mercado, y Anthony M. Wile, analista global, han realizado un análisis histórico del impacto de una subida de los tipos de interés sobre la renta variable para disipar las dudas de los inversores. Su primer avance de los resultados del análisis es tranquilizador: “Debido a la naturaleza dependiente de los datos de la política monetaria, los incrementos de tipos regulares han estado asociados históricamente con periodos de mejora económica y fuertes rallies del mercado. Mientras que las acciones pueden infraponderar ligeramente inmediatamente después de una subida de tipos, después sobreponderarán durante un horizonte de largo plazo. Adicionalmente, el uso de forward guidance debería ayudar a minimizar la sorpresa de subida de tipos y reducir el impacto sobre la bolsa. Esto sugiere que hay pocas razones para tener miedo de una subida de tipos aislada”.

Liu y Wile recuerdan que las subidas de tipos no suelen producirse de forma aislada sino como una serie de movimientos medidos, paralelos al crecimiento económico, por lo que existe una correlación y no una relación de causa efecto. Mostraron este patrón las subidas durante la década de 1990 y la mitad de los 2000, coincidiendo con un fuerte mercado alcista: el FOMC efectuó subidas de 25 puntos básicos durante 17 reuniones consecutivas, entre 2004 y 2006.

La cuestión para los expertos es que, más recientemente, se ha roto la relación entre la tasa de fondos de la Fed, la economía real y las bolsas, algo que atribuyen a la política sin precedentes de estímulo cuantitativo. “Sin embargo, creemos que las subidas venideras ocurrirán durante un periodo de recuperación lenta de los fundamentales económicos, con fuerte crecimiento de los beneficios y mercados cuyas valoraciones están todavía sobre las medias”. Dado este telón de fondo, estratega y analista consideran que “el efecto de un incremento mesurado de la tasa de interés de los fondos federales sobre el mercado probablemente sea similar al de las últimas dos décadas”.

Al igual que el representante de iShares, los expertos de J.P.Morgan AM recomiendan aislar el ruido en los mercados en el corto plazo y centrarse en el largo plazo: “Una vez que el mercado digiera los planes de la Fed, la forward guidance puede ayudar a suavizar la volatilidad, dado que las subidas esperadas tienden a impactar los mercados durante cortos periodos de tiempo”. Aunque conscientes de que los efectos de una subida de tipos más allá de lo esperado por el consenso sí que puede tener efectos en el largo plazo, Liu y Wile cree que la política de comunicación será eficaz al minimizar el margen de sorpresa, amortiguando así los posibles efectos negativos. 

En cuanto al comportamiento de la renta fija, el análisis realizado en J.P.Morgan AM refleja que unos tipos más elevados de los bonos a diez años se correlacionan positivamente con los retornos de la bolsa cuando el nivel de los tipos de interés se encuentran por debajo del 5%. “Esto es debido a que los tipos de interés bajos, pero al alza, son resultado de la mejora del crecimiento económico más que por la inflación. Consecuentemente, dado el nivel actual de los tipos de interés y las pruebas citadas, creemos que los inversores deberían seguir posicionados y sobreponderar acciones estadounidenses”, concluyen.

Nuevos datos que anticipan el endurecimiento monetario

Por su parte Sam Wardwell, estratega de inversión de Pioneer Investments, percibe que los últimos datos macro publicados contienen dos de las condiciones puestas por la Fed para empezar a subir los tipos de interés. En primer lugar, que las peticiones iniciales de desempleo han caído por debajo de 300.000 por primera vez desde comienzos de 2006, mientras que el IPC se ha situado en el 2,1% en tasa interanual. También es un dato positivo que, de las 200 cotizadas del S&P 500 que han publicado resultados, más del 70% hayan batido las estimaciones del consenso.

Dentro del mercado inmobiliario observa datos dispares. Por un lado, las ventas de viviendas ya construidas superaron las expectativas en junio al sobrepasar los cinco millones, aunque todavía caen un 2,3% en la tasa interanual. Además, las ventas de vivienda nueva fueron decepcionantes y se hubo de revisar a la baja el dato correspondiente al mes de mayo. Sin embargo, el precio medio de la vivienda de segunda mano escaló un 4,3% en tasa interanual, hasta los 223.000 dólares, mientras que subió un 5,3% interanual el de la vivienda nueva, hasta los 273.500 dólares.