Los diferentes QE y los tipos al 0% han impulsado los precios de los activos financieros pero no tanto los de la economía real. Lo explicamos en Funds Academia.
La quiebra de Lehman Brothers fue solo el casus belli que provocó la gran crisis financiera que si bien no supuso esa refundación del capitalismo por la que clamaron todos los líderes políticos de entonces, sí trajo un fuerte aumento de la regulación para tratar de purgar los excesos del pasado y, sobre todo, una política acomodaticia que ha tenido a los programas de compras de deuda (más conocidos como QE) y bajada de tipos hasta los actuales niveles del 0% como grandes protagonistas.
El objetivo de los bancos centrales con estas medidas extraordinarias no ha sido otro que el de aupar una recuperación económica apoyada en el aumento del consumo y que, por tanto, impulsara la inflación pero en realidad lo que se ha conseguido con la ronda de estímulos cuantitativos no ha sido tanto impulsar la economía real, que también, si no a los activos financieros. Y una prueba de ello se ve en un reciente gráfico usado en una presentación de BNY Mellon IM, en el que muestra la evolución que han tenido los precios de los activos financieros, comparándolo con el que han tenido los precios de la economía real en la última década marcada por la política monetaria ultra laxa.
“El objetivo de los QE no era crear inflación de activos financieros si no estimular la economía real, ahí han tenido menos éxito pero sí ha conseguido extender el ciclo económico”, afirma Sasha Evers, director en España de BNY Mellon IM. Sin embargo, este diferente impacto en la economía real y en los mercados (Main Street vs Wall Street) también ha impulsado la desigualdad de la riqueza en los últimos años ya que, como se afirma en el reciente estudio de Credit Suisse sobre la riqueza mundial “En la actualidad, el 18% de la riqueza mundial reside en el 90% inferior de la población, en comparación con el 11% del año 2000”.
No obstante, es previsible que esa prima de desigualad se contenga en parte en los próximos años, y no tanto porque la política monetaria vaya a tener a partir de ahora más impacto en los precios de la economía real si no porque ya no va a tener tanto impacto como en el pasado en los activos financieros. “Después de una década de política monetaria extraordinaria, seguir suprimiendo artificialmente los tipos de interés, socava la confianza en la economía, en lugar de inspirar confianza. Lo que es más, con las valoraciones de los mercados ya elevadas, los inversores deberían esperar poco en cuanto a revalorizaciones bursátiles impulsadas por la QE”, afirma David Lafferty, economista jefe de Natixis IM.