Aunque aún no han presentado su plan estratégico, el cual corre a cargo de su nuevo CEO, Gonzalo Rodríguez, Imantia Capital -la antigua AC Gestión- ha puesto en funcionamiento un nuevo modelo de gestión, liderado por Francisco Sainz, director de Gestión. Bajo su responsabilidad recaen los tres responsables de área de la gestora: Enrique Lluva (renta fija), Ángela Jouve (renta variable) y Rafael López de Novales (fondos de fondos).
Desde hace meses, la gestora ya tiene definido un proceso de inversión “metódico”, tal y como lo califica Sainz. Su objetivo es que, a partir de ahora, haya una mayor implicación de los gestores como equipo y que las propuestas de inversión se presenten en los mismo términos de rentabilidad riesgo. De esta manera, pretenden que la firma sea un “laboratorio de ideas” donde la gestión se realice por parte de los 10 gestores del equipo, más Sainz, como el mismo especifica.
Este proceso parte de un análisis top-down donde analizan como ven el mundo, una discusión que tiene lugar en el comité de estrategia del que forman parte Juan Luis Vargas-Zúñiga, presidente de la gestora, Rodríguez, Pedro López Jácome (consejero independiente de Abanca), Sainz y los tres gestores responsables de área. A partir de este comité, se marcan las “líneas básicas de asset allocation y posicionamiento”.
En una segunda fase, se miran las valoraciones y el momentum de las distintas clases de activo. Semanalmente, al igual que el estratégico, celebran un comité de inversiones (compuesto por todos los gestores) donde se casa la visión global con la visión concreta de valores, sectores y crédito. Sainz remarca la importancia de que estos comités se produzcan cada semana ya que existen factores macroeconómicos y geopolíticos, entre otros, que pueden estar influyendo a la estrategia ya definida de una semana a otra.
Otro cambio que presenta el nuevo modelo de gestión de Imantia, el cual definió cuando Abanca oficializó la compra de la gestora a finales de mayo de este año, es que ahora cualquier idea de inversión se presenta en términos de rentabilidad y volatilidad esperada, señala Sainz. Esto permite que se utilice una metodología común para todas las decisiones de inversión para que en los comités se hable de los mismos parámetros. “Cuando bajas a analizar los números acabas viendo si la decisión de inversión es sólida o no”, determina.
Tener esta estructura de comités proporciona además, considera Sainz, que “los gestores se puedan centrar en el stock picking y que no tengan que preocuparse de la visión de macro de la casa, decidida por el comité estratégico”. Una mayor especialización que, añade, aporta muchas ventajas. Entre ellas, facilitar el trabajo y buscar la eficiencia y sinergias.