¿Cómo están cambiando los patrones de consumo de los estadounidenses? J.P.Morgan AM detecta posibles transformaciones estructurales

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laurieofindy, Flickr, Creative Commons

El pasado viernes se volvió a celebrar en EE.UU. el Black Friday, punto de salida de las compras navideñas con ventajosos descuentos cuyo modelo ha sido copiado a escala mundial. El lunes siguiente se ha celebrado el Cyber Monday, la respuesta digital a las rebajas del mundo real, en la que las compras de internet han vuelto a registrar cifras millonarias que en algunos sectores han llegado a superar las ventas físicas del Black Friday. Al observar estos fenómenos, los expertos de J.P.Morgan AM se preguntan si estarán cambiando los patrones de consumo de los ciudadanos estadounidenses… y cómo puede alterar el rumbo de una economía en la que el consumo supone más de la mitad del PIB. 

Además, desde la gestora no son ajenos a que las ventas minoristas correspondientes al mes de octubre fueron inferiores a las expectativas del consenso, al subir tan sólo un 0,1%, mientras que muchas compañías publicaron decepcionantes datos de ventas correspondientes al tercer trimestre. En cambio, el sector de consumo básico se está clasificando como el de mejor comportamiento en el año dentro del S&P 500, lo que lleva a los expertos a preguntarse qué se puede esperar del sector consumo. 

“En primer lugar, es importante reconocer que la mayoría del gasto en consumo se ha ajustado desde los tradicionales viajes a centros comerciales al consumo de experiencias (vacaciones, comidas en restaurantes) y servicios”, explican desde la firma. Así, se puede entender que las ventas de ropa y calzado en octubre de 2015 representasen el 3% del consumo americano, frente al 67% del consumo en servicios. En cambio, en el año 2000 suponían un 4% y un 64% respectivamente. 

Otra de las conclusiones de J.P.Morgan AM es que se ha producido un trasvase de compradores del mundo físico al online: “Los minoristas online están capturando cuota de pantalla a expensas de las tiendas tradicionales. La cuota de los vendedores por internet, que representa un 16,5% del sector de consumo básico, ha superado significativamente a la cuota de las tiendas tradicionales durante los dos últimos años”. 

En el gráfico adjunto pueden observar la divergencia entre vendedores minoristas con tienda física y online. La rentabilidad está medida a través de un índice de la familia S&P equiponderado de valores vinculados a ventas minoristas, y refleja que el sector tradicional habría caído un 9% en el año (datos a 23 de noviembre) frente al online, que habría sumado un 24% en el año. 

¿Con qué idea deben quedarse los inversores? “De cara a 2016, vemos un apoyo continuado para el consumidor estadounidense. En primer lugar, los ingresos de las familias son sólidos. El valor adquisitivo de los hogares americanos alcanzó los 84,3 billones de dólares en el tercer trimestre, superando al máximo de 82,2 billones registrado en el tercer trimestre de 2007. Algo de esa riqueza se ha usado para pagar las deudas: el pago de deuda de las familias representó el 9,8% de la renta personal disponible (ajustada estacionalmente) del tercer trimestre de 2015, bien por debajo del máximo del 13,2% del cuarto trimestre de 2007”, detallan desde J.P.Morgan AM. 

En segundo lugar, desde la gestora recuerdan que el mercado laboral estadounidense ya muestra signos claros de ajuste: en octubre se consiguieron cubrir 268.000 puestos de empleo en el sector privado, mientras que el informe JOLTS (que indica el número de puestos vacantes) reflejó la generación de 5,5 millones de puestos de nueva creación, el segundo mayor número desde que se realiza la cuenta. Además, se ha de recordar que la tasa de desempleo ha caído hasta el 5%, “suficiente prueba de que el mercado laboral estadounidense se está acercando al pleno empleo”. 

Por todos estos datos, desde J.P.Morgan AM concluyen que “la fuerza continuada del consumidor estadounidense presentará una amplia gama de oportunidades de inversión”, con el matiz de que, con el cambio de patrones cada vez más evidente, “ser selectivos se vuelve esencial, particularmente en el sector de consumo básico, donde algunas compañías luchan por sobrevivir mientras que otras encuentran nuevas formas de tener éxito”.