Cómo funciona la estrategia QMC Iberian Capital Fund de Alantra AM

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La gama de gestión activa de Alantra se compone de dos estrategias y equipos de gestión distintos: por una parte, la estrategia paneuropea desarrollada por el fondo EQMC y, por otra, la ibérica, que ha llegado a su tercera versión del fondo QMC Iberian Capital Fund, que nació en el año 2003.

Mantiene la misma filosofía de inversión que los dos anteriores, con un cambio importante: tiene vida ilimitada, al contrario que QMC 1 y QMC 2.  El objetivo es invertir en compañías cotizadas de pequeña y mediana capitalización, lo que engloba un mercado elegible por encima de los 100 millones de euros hasta los 2.500 millones. “Tomamos participaciones minoritarias pero significativas dentro de las empresas, por encima del 5% del capital”, explica Julián Cepeda, socio director de Asset Management y responsable de la estrategia QMC.

La idea es desarrollar un active ownership, es decir, tratar de desarrollar relaciones de colaboración y ayudar en la creación de valor de las compañías. Desde el 2003 han invertido en unas 20-25 compañías, en las que han permanecido, de media, cinco años  o más.

Proceso de inversión

“Invertimos en activos a prueba de bomba, que nos dejen dormir tranquilos”, asegura Cepeda. Para ello deben reunir una serie de características. Una de ellas es que sean compañías globales aunque con pasaporte español. Por contextualizar, la exposición a España y Portugal del fondo es del 14% en términos de Ventas, mientras el 86% restante está repartido entre Europa, Estados Unidos y Asia.

Entre las compañías de este tamaño suelen encontrar bastantes oportunidades estructurales, activos de excelente calidad y con fuerte potencial de crecimiento a múltiplos razonables. “El mercado de small & mid caps español es el más desarbitrado de Europa. Esto para nosotros es una oportunidad clarísima”, apunta el experto.

Además de lo anterior, también exigen que las compañías tengan una estructura financiera flexible, que estén muy poco endeudadas o incluso tengan caja; que tengan una propuesta de valor única en los productos, con barreras de entrada a los competidores y sea el operador con menor coste unitario de producción en su nicho; y que haya salido fortalecido de ciclos bajistas anteriores.

En el proceso de inversión intentan minimizar los riesgos de ejecución. “Tomamos una posición semilla en la compañía, de entre 5 o 10 millones, y estamos 12-18 meses esperando si se cumple la tesis y hay una buena alineación. Solo después decidimos saltar a una posición core”, justifica. Estos procesos de due diligence tan exhaustivos suelen durar entre dos y tres meses, en función del valor.

También dan mucha importancia al equipo gestor. “El 60% del alpha que hemos generado desde 2003 lo hemos obtenido a través de iniciativas que nosotros hemos planteado a las compañías. No nos importa ser un consultor de valor gratuito en las compañías donde invertimos”, asegura.

En la estrategia QMC no se definen como gestores ad hoc en el mercado, sino que venden un valor diferencial, ayudando a la empresa a crecer y a identificar cuáles de sus activos son o no estratégicos; apoyando la disciplina financiera; ayudando a mejorar la estructura de balance y financiación; aportando ideas que permitan mejorar la liquidez bursátil, la visibilidad y la cobertura de analistas; e intentando mejorar su gobierno corporativo.

“Permite una mayor descorrelación respecto a los mercados, batir a los índices de forma relevante y generar rentabilidades diferenciales para los accionistas en el largo plazo. Los fondos QMC 1 y QMC 2 generaron una sobrerentabilidad acumulada respecto a su índice de referencia del 240%. El QMC 2, en concreto, generó cerca de 1,9 veces dinero y una rentabilidad media anualizada del 16% neto. Por último, el fondo QMC 3 (lanzado en octubre 2017) ha generado ya, a pesar de su corto periodo de vida, una sobrerentabilidad del 16% respecto a su índice de referencia.”

Inversión mínima y patrimonio

Esta tercera versión de QMC invierte actualmente en 10 compañías, ya que quieren tener un porfolio concentrado. Algunas de las que más pesan son Parques Reunidos o Cie Automotive.

Tiene un patrimonio de 100 millones de euros, de los que el 80% está alimentado por la reinversión de los accionistas del QMC2, que ha completado recientemente su desinversión. “El objetivo es tener un fondo de 300 millones, es el tamaño adecuado para nuestra estrategia y para el tipo de universo de compañías que tenemos”, explica.

Detrás de su gestión está un equipo de cinco personas: además de Cepeda, otros cuatro analistas se reparten el seguimiento de las compañías, y en el proceso de decisión de inversión también participa Jacobo Llanza, CEO de Alantra AM.

En formato FIL, este producto está dirigido solo para inversores cualificados, entre los que destacan family offices o fondos de pensiones, a partir de una inversión mínima de 100.000 euros. Tiene ventanas semestrales de liquidez, para que el inversor elija el momento para entrar y salir del fondo.