Cómo gestionar el riesgo de liquidez: la aproximación de PIMCO

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La liquidez es aquello que falta cuando más se le necesita. La crisis financiera de 2008 fue un gran ejemplo de los estragos que causa la desaparición de agentes en el mercado en picos de estrés; una lección que se ha ido olvidando estos últimos años gracias a los estímulos monetarios. Ahora, con los bancos centrales cerrando el grifo, los mercados comienzan a dar señales de que la sobreabundancia de compradores y vendedores ha tocado techo.

Así lo notan desde PIMCO en un estudio reciente, que señala cómo el reciente estrés en la deuda italiana y de algunos mercados emergentes resultó en una caída de la liquidez del mercado, como lo evidencia una reducción de la profundidad de mercado y un ensanchamiento de los spreads bid-ask. “Con los bancos centrales retirando liquidez y la regulación aumentado los costes de la intermediación de trades a través de mayores requisitos de capital, el riesgo de que futuros shocks resulten en un evento de liquidez ha aumentado”, vaticina la firma estadounidense. 

La liquidez del mercado y de la cartera son dos variables interconectadas, pero distintas. La primera hace referencia a la capacidad de poder vender o comprar acciones o emisiones en el mercado; la segunda, a la capacidad de reajustar la cartera en respuesta a flujos o cambios en las condiciones del mercado, así como satisfacer las solicitudes de reembolso de clientes sin alterar estructuralmente la exposición del fondo. La gestión del riesgo de liquidez es un pilar más del proceso de inversión y de gestión de riesgos de la gestora; un elemento más del proceso de construcción de las carteras.

Tests de estrés para las carteras

Al igual que el sistema bancario, las carteras de PIMCO pasan su propio “test de estrés”. Incluso se analizan activos “altamente líquidos”. Los escenarios de estrés se calibran con periodos de alta volatilidad y se parametrizan de acuerdo a periodos de estrés históricos así como cambios hipotéticos en las correlaciones. 

La gestora afirma que testea las carteras a diarios para asegurar que el colchón de liquidez se mantiene en el objetivo. “Porque una cartera líquida una semana no necesariamente lo será la próxima”, recuerdan. Para ello, analizan tanto los flujos de caja futuros y estudian qué posiciones del fondo podrán venderse razonablemente o financiarse a través del mercado repo. También consideran la divisa base del fondo y cómo impacta el cambio de forex. Otro elemento que vigilan es la concentración de la cartera tanto en activos individuales como a nivel sectorial o de industria. 

Estos tests de estrés son una manera más en la que el equipo estudia el impacto en las carteras de potenciales eventos negativos o movimientos de mercados adversos. “Comparamos los resultados con la tolerancia de riesgo del fondo con el fin de identificar fuentes de dispersión en carteras con mandatos similares”, explican. 

Ejemplo con derivados

Una de las vías para gestionar la liquidez y maximizar el retorno-riesgo de la cartera es con la ayuda de derivados. PIMCO los emplea para generar un sustituto líquido tanto para un título físico o para replicar la beta de un índice. Por ejemplo, para tener exposición al Tesoro americano pueden o comprar el bono o un futuro; depende del precio y la liquidez. Curiosamente, en ciertos mercados, como el de crédito, un derivado que referencia un índice diversificado puede ofrecer mejor liquidez relativa a replicar la exposición de los subyacentes vía swaps o en mercado de bonos. “Además, en condiciones de estrés, la liquidez de un derivado puede ser positivamente convexa ya que mejora como resultado de una mayor demanda de coberturas líquidas”, añaden. 

Dicho lo cual, los derivados pueden potencialmente magnificar los riesgos de inversión si no se gestiona apropiadamente, recalca la gestora.