¿Deben los inversores volver a invertir en septiembre tras la corrección o esperar hasta octubre para asegurarse de que se ha producido un suelo en el mercado? Matthew Sutherland, experto de Fidelity, analiza las dinámicas del mercado.
¿Es cierto el proverbio “venda en mayo y salga corriendo”? “Este fenómeno ocurre con tanta frecuencia que sorprende que no haya sido objeto de arbitraje”, afirma desde Fidelity Worldwide Investment Matthew Sutherland, responsable de gestión de productos para Asia. Éste indica que, entre 1950 y 2015 y de acuerdo con el Stock Trader’s Almanac, el Dow Jones ha generado una rentabilidad media del 0,3% entre mayo y octubre, frente al 7,5% entre noviembre y abril.
Otro dato estadístico significativo es que el mes de septiembre ha sido el peor para hacer negocios en bolsa en estos 65 años, con pérdidas medias del 0,65% (leer más). “Algunos cracks famosos ocurrieron en septiembre, incluido el primero que se ganó el apodo de "negro", el Viernes Negro de 1969. El Miércoles Negro, que marcó el asalto de George Soros a la libra esterlina, tuvo lugar en septiembre de 1992 (…) En los meses de septiembre de 2001 y de 2008 tuvieron lugar enormes caídas diarias de las bolsas, en el primer caso debido a los atentados sobre el World Trade Center y en el segundo caso debido a la crisis de las hipotecas basura”, relata Sutherland.
La estadística indica que octubre también suele ser un mes pródigo en números rojos. El experto cita el “Pánico de 1907”, que describe como “una crisis de crédito clásica provocada por la industria de las sociedades fiduciarias”. También en un mes de octubre se produjo el tristemente célebre crack del 29, marcado por un martes, un jueves y un lunes negros con caídas récord, que dieron paso a la Gran Depresión. Finalmente, en octubre de 1987 tuvo lugar el Lunes Negro.
No obstante, el responsable no se deja llevar por el desánimo: “Históricamente, octubre ha anunciado más finales que inicios de mercados bajistas. El hecho de que esté negativamente considerado en realidad puede convertirlo en una de las mejores oportunidades de compra”. Su argumento es que “las caídas de 1987, 1990, 2001 y 2002 se frenaron en octubre y dieron paso a repuntes a largo plazo”. Va todavía más lejos, al afirmar que “en especial, el Lunes Negro de 1987 fue una de las grandes oportunidades de compra de los últimos 50 años”.
¿Por qué se comportan peor los mercados entre mayo y octubre?
“Existe una explicación razonable para la debilidad de los mercados en los meses de verano y su posterior recuperación hacia el final del año, y tiene que ver con la previsión”, afirma Sutherland. Se refiere a que “los analistas suelen empezar cada año con previsiones de crecimiento de los beneficios relativamente optimistas”, un comportamiento que atribuye en parte a que “están incentivados para ser optimistas”. El experto señala que estas cifras van revisándose a la baja a medida que avanza el año, de tal forma que “cada vez está más claro que las previsiones originales no se cumplirán”. El círculo se completa con la llegada de septiembre y octubre: “Los analistas empiezan a centrarse en los resultados del año siguiente, y de nuevo comienzan con previsiones optimistas”.
Para Sutherland, este 2015 ha sido un ejemplo claro de la fiabilidad del aforismo “venda en mayo”. Lo resume así: “Asia excluido Japón tocó techo el 28 de abril; el World Index llegó a su máximo el 21 de mayo y los mercados onshore chinos de Shanghai y Shenzhen tocaron techo el 12 de junio. Desde entonces, el mundo ha retrocedido un 6%, Asia sin Japón un 21% y China un 30%. Así que vender en mayo y desaparecer habría sido lo mejor este año”.
Ahora bien, ¿deberían los inversores volver a comprar en septiembre, o resulta más prudente esperar, habida cuenta de que el 17 de este mes la Reserva Federal podría anunciar una subida de tipos y podría aumentar el riesgo de crack? “El argumento en contra de comprar ya en septiembre probablemente sería que el motor normal de la recuperación del mercado a finales de año, el cambio de enfoque desde los beneficios de 2015 a los de 2016, puede no proporcionar un gran estímulo este año”, comenta Sutherland. Su justificación para esta hipótesis es que “también es bastante probable que las perspectivas de beneficios para 2016 se revisen a la baja durante el próximo trimestre, cuando la realidad de un crecimiento más lento, no solo en China sino en una serie de mercados emergentes, se vuelva en su contra”.
Ahora bien, el experto opina que “un crack en toda regla en septiembre u octubre también es bastante poco probable”, dado que los mercados emergentes ya han corregido entre un 20% y un 30% en el año. En cambio, indica que las bolsas estadounidenses y europeas “aunque marginalmente afectadas por la mayor debilidad de los mercados emergentes (sobre todo de China), siguen mostrándose razonablemente robustas”, amén de que tanto Europa como Japón siguen contando con el apoyo de sus respectivos bancos centrales. La visión del experto es que “la debilidad del mercado y la desaceleración en China reducen la probabilidad de subida de tipos de la Fed en septiembre”.
Sutherland también descarta que se vaya a repetir una crisis del estilo de la asiática de 1997 debido a que los países de la región han hecho los deberes en este tiempo: “Su perfil de deuda es mayoritariamente doméstico; la inflación se mantiene en un nivel bajo; los bancos centrales tienen espacio para reaccionar; la mayor parte de las cuentas corrientes muestran superávit; las reservas de divisas son mucho mayores y los tipos de cambio han sido flexibles y están donde deben estar en términos generales”, resume.
Todos estos factores llevan al responsable a una optimista conclusión, tanto para aquellos que quieran volver ya al mercado o esperarse hasta octubre: “¡Ahora es indiscutiblemente un mejor momento para comprar que mayo!".