En un margen récord, a principios de año el dólar pasó de intercambiarse a 125 yenes a apreciarse hasta los 100 yenes, obligando al Banco de Japón a tomar medidas que incluían la aplicación de tipos negativos. El encarecimiento del yen también ha atraído la atención de los gestores de renta variable nipona: “El 30% de cotizadas del Topix perciben una parte importante de sus ingresos del exterior, por lo que existe una correlación muy alta entre sus beneficios y lo que haga el yen”, explica Keita Kubota, gestor del Aberdeen Global - Japanese Equity Fund , uno de los Fondos Consistentes de Funds People.
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