Cómo no interpretar la rentabilidad de los bonos corporativos

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Foto: Melenita2012, Flickr, Creative Commons

El último gráfico publicado por DWS muestra la rentabilidad de los dividendos de los últimos 12 meses del Eurostoxx 50, comparada con la rentabilidad que ofrecen los bonos corporativos investment grade emitidos en euros. Por primera vez en más de 10 años, la rentabilidad de los bonos corporativos europeos con grado de inversión es superior a la rentabilidad por dividendo del conjunto de las compañías que integran el índice de renta variable de la eurozona. ¿Cabría pensar que los bonos europeos son ahora mismo más interesantes que las acciones europeas simplemente por este hecho?

Según Johannes Müller, responsable de Análisis Macro en la gestora alemana, con este tipo de comparaciones, siempre merece la pena tomarse unos minutos para pensar si tiene algún sentido. “Para empezar, el gráfico es claramente una comparación entre manzanas y naranjas. Los bonos suelen tener un plazo fijo, lo que significa que los inversores sólo tienen que preocuparse de los riesgos de impago hasta que vencen. Además, los bonos suelen ofrecer pagos nominales fijos. Cuántos bienes y servicios se pueden comprar con ellos depende de cómo evolucione el nivel general de precios”, explica.

Por el contrario, el experto recuerda que los dividendos son los ingresos residuales que genera una empresa en términos reales mientras el emisor siga siendo una empresa en funcionamiento. “Por eso la renta variable suele ofrecer también cierta protección contra la inflación. Si los salarios y otros costes de los insumos suben, también lo harán los precios. Precisamente por eso los economistas tienden a preocuparse por las espirales de precios y salarios”.

Lecciones del gráfico

Dejando a un lado estos defectos obvios, ¿hay otras lecciones que se desprendan del gráfico? ¿Qué debería hacer la generación actual de inversores con el hecho de que la rentabilidad de los bonos corporativos esté por encima de la rentabilidad de los dividendos, por primera vez desde el periodo entre 2005 y finales de 2008?

“Los inversores más veteranos recordarán aquellos años que condujeron a lo que se conoció como la Gran Crisis Financiera. Lo que incluso ellos pueden haber olvidado es que la crisis no era tan obvia de antemano, al menos no para todo el mundo. Entre los comentarios económicos publicados en esa época, uno especialmente útil para refrescar la memoria es una entrevista de 2010 con Eugene Fama, una de las grandes mentes detrás de las modernas teorías del mercado de capitales. Entre otros principios, Fama, que ganó el Premio Nobel de Economía unos años después, explica lo poco que sabía la disciplina sobre las causas de las recesiones”, recuerda.

De acuerdo con Müller, cualquier gráfico que sugiera paralelismos con los años previos a la Gran Crisis Financiera debería hacer reflexionar tanto a los inversores en renta fija como a los de renta variable. “Podría, por ejemplo, sugerir que los inversores en renta fija ven riesgos ante los que sus homólogos en renta variable todavía se muestran demasiado indiferentes. Para bien o para mal, tomar las decisiones de inversión correctas rara vez es tan obvio como podría parecer en retrospectiva”, advierte.