Con las elecciones presidenciales de EE.UU. a la vuelta de la esquina y cuyo resultado que puede influir en los movimientos de la Fed, las perspectivas inflacionarias y de crecimiento, descubre cómo las gestoras internacionales vislumbran el futuro de la inversión en renta fija en este escenario de incertidumbre.
A 11 días de las elecciones presidenciales de EE.UU., los inversores en renta fija enfrentan incertidumbre. Las políticas económicas de los candidatos, Kamala Harris (demócrata) y Donald Trump (republicano), podrían afectar los rendimientos de los bonos del Tesoro y las tasas de interés. Jim Caron, de Morgan Stanley, advierte que la situación fiscal y política de EE.UU. podría limitar la efectividad de las políticas económicas. Un déficit elevado y un Congreso dividido dificultarán la implementación de estímulos.
En el pasado, EE.UU. podía aumentar su déficit del 3% al 6% del PIB en recesiones, pero el déficit actual ronda el 6-7%. Aumentar el gasto público en una desaceleración llevaría a niveles insostenibles, similares a los de la pandemia. Robert Burrows de M&G señala que mientras los republicanos abogan por impuestos bajos y gasto reducido, los demócratas buscan subir impuestos y aumentar el gasto social. Sin embargo, coinciden en política exterior, especialmente con respecto a China.
Perspectivas históricas en los mercados de renta fija
Laure Peyranne, responsable de ETF Iberia, Latinoamérica y US Offshore en Invesco, comparte un análisis basado en la historia reciente, señalando que "los rendimientos anuales de la renta fija tienden a ser mejores en los años de una elección que en los años posteriores". Este patrón histórico sugiere que, aunque los mercados enfrentan incertidumbre, los años electorales han mostrado rendimientos relativamente positivos.
Fuente: Factset. Datos al 22 de octubre 2024.
Explica que para analizar esta tendencia han utilizado datos desde 2010, eliminando algunas distorsiones provocadas por crisis previas, como la burbuja tecnológica del 2000 o la crisis financiera de 2008-2009, que llevaron a la Reserva Federal a recortar drásticamente las tasas de interés y aplicar medidas como el Quantitative Easing (QE), y que generó que los rendimientos del Tesoro a 10 años cayeran significativamente, al actuar como activo refugio.
El periodo de análisis incluye años electorales clave como 2012 (presidente demócrata con un Congreso dividido), 2016 (presidente republicano con un Congreso republicano) y 2020, (presidente demócrata con un Congreso dividido). Ella destaca que “en 2012 y 2020 se observó un patrón de mejores rendimientos en los años electorales en comparación con los posteriores”. Sin embargo, en 2016, este comportamiento solo se reflejó en los activos de alto rendimiento (HY), mientras que los bonos gubernamentales y de grado de inversión (IG) obtuvieron mejores rendimientos en 2017.
Fuente: Invesco. Datos al 30 de septiembre 2024.
Invesco advierte que aunque las elecciones no suelen determinar las decisiones de inversión en renta fija, políticas fiscales proteccionistas podrían aumentar la inflación y afectar las proyecciones de la Fed. También señala que los bonos del Tesoro a corto plazo seguirán siendo atractivos, mientras que la curva de rendimiento probablemente no muestre un aumento significativo.
Efectos de la política fiscal y monetaria en la renta fija
George Brown, economista en Schroders, advierte que una victoria de Trump podría genera una mayor inflación debido a su agenda pro-crecimiento y recorte de impuestos, o que obligaría a la Fed a ajustar su política monetaria. Un gobierno de Harris podría optar por un enfoque más conservador, limitando el aumento de las tasas de interés.
Por otro lado, Marco Giordano, director de inversiones en Wellington Management, señala que “el comportamiento de los bonos dependerá de si el próximo presidente puede controlar el déficit fiscal sin disparar los rendimientos”. Advierte que uno de los factores que alimenta la volatilidad en la renta fija en estos momentos es el nerviosismo de los inversores sobre la capacidad de la Fed para recortar los tipos de interés sin desestabilizar los mercados.
Según los expertos, un gobierno dividido podría ser lo mejor para la renta fija, ya que limitaría el gasto y moderaría el crecimiento del déficit. Una victoria republicana con mayoría en el Congreso podría aumentar el déficit fiscal, ejerciendo presión sobre los rendimientos de los bonos, como lo resume el equipo de Amundi Investment Institute en una infografía.
Mercado crediticio
Desde Muzinich aclaran que, contrariamente a la creencia popular, los diferenciales de crédito no siempre se amplían en época de elecciones. Coinciden con Brown en que un segundo mandato de Trump impulsaría el crecimiento económico mediante políticas de menor presión tributaria y regulatoria, beneficiando sectores como energía y bienes raíces. En contraste, una administración de Harris se enfocaría en regulaciones más estrictas e impuestos más altos, beneficiando a las energías renovables y afectando a sectores como el petróleo y gas.
Arif Husain, director de renta fija y CIO de T. Rowe Price, sostiene que los rendimientos de los bonos del Tesoro a largo plazo, como los de 10 años, podrían alcanzar el 5% debido a un mayor gasto fiscal y expectativas inflacionarias. Aunque las tasas a corto plazo podrían mantenerse bajas, el déficit fiscal forzará la emisión de más deuda, empujando los rendimientos al alza.
Mercados emergentes
Warren Hyland, de Muzinich señala que, si bien podría haber volatilidad a corto plazo en el crédito de mercados emergentes, los efectos sobre los fundamentos generales serían limitados. En una línea similar, Guillaume Tresca, de Generali Investments advierte que los activos de mercados emergentes son especialmente sensibles a los resultados de las elecciones estadounidenses. Según Tresca, el peor escenario sería una victoria republicana, que fortalecería el dólar y aumentaría los tipos de interés, lo cual afectaría negativamente a los mercados emergentes.
Al observar eventos pasados, se ve que, aunque en 2016 los activos emergentes tuvieron un rendimiento inicial modesto, en 2017 tanto la deuda externa como la local experimentaron un excelente desempeño. Sin embargo, los cambios estructurales a largo plazo, especialmente las políticas comerciales, comenzaron a afectar los resultados en los años posteriores. En este contexto, Tresca señala que “la reacción puede ser menos pronunciada esta vez, dado que el listón para las sorpresas es más alto y los impactos podrían tardar en materializarse”, concluye.
¿Cómo posicionarse ante la incertidumbre?
En medio de este entorno de volatilidad, los gestores coinciden en que los inversores deben ajustar sus carteras. Husain sugiere posicionarse en bonos del Tesoro a largo plazo, que podrían ofrecer rendimientos más altos si se mantiene un escenario de crecimiento económico. George Brown, por su parte, recomienda que aquellos inversores que buscan estabilidad se enfoquen en emisores de alta calidad en sectores menos expuestos a la inestabilidad política, como infraestructuras y bonos corporativos de empresas bien establecidas.
Complementando estas estrategias, Giordano resalta que un enfoque diversificado será crucial para enfrentar los posibles shocks electorales. Aunque la volatilidad es prácticamente inevitable, Giordano señala que siempre surgirán oportunidades para aquellos inversores que estén bien posicionados, especialmente en los sectores que puedan beneficiarse de las políticas post-electorales.
Finalmente, Peyranne anticipa que, hacia el cuarto trimestre de 2024, la volatilidad electoral combinada con la incertidumbre en Medio Oriente podría empujar a los inversores a adoptar una postura conservadora hasta principios de 2025. A medida que los mercados se reposicionen, Peyranne destaca que la renta fija sigue siendo una opción sólida para aquellos que buscan asignaciones de alta calidad y baja volatilidad, especialmente en productos como el investment grade y fondos de alto rendimiento de corta duración.