Cómo preparar la cartera para luchar contra el cambio climático y otros riesgos medioambientales

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Ajgelado, Flickr, Creative Commons

Cada vez más inversores están preocupados por cumplir con las normativas internacionales y reducir la huella que dejan en el medioambiente. Así lo atestigua un informe reciente de BlackRock“Parece que está aumentando el momento para mitigar el riesgo climático en cartera. A los propietarios de activos de largo plazo les preocupa una pérdida extrema de capital y/o una ejecución antes del final de la vida útil de los activos”. “El cambio climático crea incertidumbre. La subida de la temperatura hace que sea más difícil predecir el tiempo y eleva el margen de error en el cálculo de sus efectos, como el cambio en el nivel del mar y pautas meteorológicas y agriculturales”, aseveran los autores del informe. 

Cómo reflejar la preocupación medioambiental con inversiones

Desde BlackRock sostienen que “las valoraciones no son inmunes a los esfuerzos regulatorios para mitigar el cambio climático”, e indican que una de las formas de medir el impacto potencial sobre una cartera es “tratar al cambio climático como una de las muchas amenazas desconocidas a largo plazo y preguntarnos: ¿deberíamos asegurarnos ahora contra ello?”. Sin embargo, advierten que “asegurarse sólo tiene sentido si los beneficios percibidos de la compra superan a los costes”. 

Por otra parte, recuerdan que muchos inversores van muy por detrás de las aseguradoras a la hora de valorar correctamente los riesgos que representa el cambio climático para sus activos: “Muchos inversores de renta variable ignorar el riesgo climático, y habitualmente los inversores de crédito y las agencias de rating no lo evalúan. Los mercados inmobiliarios suelen ignorar los riesgos de un tiempo extremo, incluso en áreas costeras muy expuestas”. 

A partir de un análisis de los retornos mensuales de las cotizadas del MSCI World, los autores del informe concluyen que las acciones con baja huella medioambiental (medida por las emisiones de carbón en relación con sus ingresos en 2014) han batido a las de mayor huella medioambiental en los últimos 20 años… aunque esta rentabilidad se disuelve al filtrar el impacto de factores como tamaño o geografía. “En otras palabras, descubrimos que no hay una prima por riesgo climático en renta variable”, indican, aunque afirman que “esto no significa que no la haya en el futuro. De hecho, pensamos que probablemente habrá una”.

Concretamente, se refieren que, a medida que cada vez más países apliquen impuestos especiales sobre las emisiones de carbón, “una mayor transparencia sobre los riesgos climatológicos y la exposición a los mismos probablemente llevará a un descuento gradual en compañías y activos expuestos al riesgo climático, e incrementará el valor de aquellas más resistentes a estos riesgos”. 

En este entorno, desde BlackRock creen que el análisis ESG va a cobrar una importancia creciente para identificar a las compañías menos contaminantes en las que poder invertir: “Excluir algunas compañías y sobreponderar otras respecto al índice probablemente darán como resultado un retorno diferente al conseguido por tener todo el mercado”, concluyen. 

Tres formas de invertir

“Calcular el impacto general de una empresa en el ambiente es un paso esencial en la reacción contra el calentamiento global. Evaluar la huella de carbono es una etapa indispensable en la construcción de carteras que contribuyan a la transición de energía” declara por su parte Hervé Gez, director de Investigación en Inversión Responsable de Mirova, parte de Natixis Global AM. La propuesta de Mirova para integrar esta tendencia en la inversión en todas las clases de activos disponibles está fundamentada en tres pilares.  

El primero es a través de la apuesta por infraestructuras de energía renovable, situadas principalmente en Europa y especialmente en Francia. “Los fondos de energía renovable de Mirova han generado 730 MW de nueva capacidad de producción y contribuido a evitar 1.4 millones de emisiones de CO2”, indican desde la firma.

La segunda propuesta es a través de la inversión en bonos verdes (“green bonds”), en las que Mirova ha sido pionera. “Al financiar activos tangibles y asegurar la transparencia en relación con el despliegue del capital captado, los bonos verdes facilitan a los emisores la diversificación de su base de inversores, a la vez que capacitan al inversor a participar activamente en la financiación de la transición de energía”, explican desde la firma. Finalmente, la tercera propuesta es vía fondos temáticos de renta variable europea y global, en los que la selección de valores se centra en empresas que proporcionan soluciones de desarrollo sostenible.

China, caso práctico

Desde BlackRock ponen como caso práctico de las razones económicas para mitigar el cambio climático a China: “Sabe que su desarrollo basado en la concesión de crédito y un uso intensivo de recursos naturales se volverá insostenible, y está ajustando su economía para estar más dominada por los servicios. Sus ciudadanos claman por un aire y un agua más limpios como parte del pacto social con el Partido Comunista gobernante”. 

Victoria Mio, co-directora de Robeco para China y Asia Pacífico y gestora del fondo Robeco Chinese Equities, observa que la mayor preocupación por la protección del medioambiente en China trae consigo numerosas oportunidades de inversión. “La introducción de tecnologías innovadoras y la transición hacia un modelo de crecimiento más sostenible podrían servir para alcanzar los objetivos de protección del medio ambiente y eliminar paulatinamente a la vez a los productores distales más contaminantes, lo que ayudaría a acelerar el proceso de transición económica”, señala. 

Para Mio va a resultar clave en este aspecto la acción gubernamental, exigiendo un cumplimiento más meticulosos del paquete de nuevas leyes que se han aprobado a lo largo de este año y el que viene, como la Ley para la prevención y control de la contaminación atmosférica, que entrará en vigor el 1 de enero de 2016. “Como resultado, se agilizará el proceso de consolidación industrial y se irá aliviando el problema del exceso de capacidad”, explica la experta.

Ésta considera que “la introducción de nuevos planes de financiación para proyectos de protección del medio ambiente también representara un papel muy importante”. Se refiere al incremento de la participación del sector privado en proyectos respetuosos con el medio ambiente. “En general, teniendo en cuenta el firme apoyo del gobierno, creemos que van a surgir oportunidades de inversión muy importantes en el sector de la protección ambiental en China, sobre todo en los ámbitos de tratamiento de aguas y procesamiento de residuos”, concluye la gestora.