Petri Niininen, analista de carteras cuantitativas en Nordea AM, analiza cómo pueden las primas de riesgo mejorar las rentabilidades de las carteras y desglosa en cuatro puntos si es el momento adecuado para replantearse objetivos de inversión.
Tras la tendencia positiva de los dos últimos años, las expectativas de rentabilidades a largo plazo parecen algo más moderadas. La era de los bajos tipos de interés conlleva una menor rentabilidad en la deuda pública y corporativa. ¿Qué implicaciones tiene esta situación para los inversores? Petri Niininen, analista de carteras cuantitativas en Nordea AM, analiza cómo pueden las primas de riesgo mejorar las rentabilidades de las carteras y desglosa en cuatro puntos si es el momento adecuado para replantearnos nuestros objetivos de inversión.
1. Según explica, los inversores en busca de nuevas fuentes de rentabilidad pueden plantearse el uso de inversiones alternativas, que podrían ofrecer oportunidades interesantes. “Se espera que las materias primas, tras un periodo de rentabilidades negativas, registren un mejor comportamiento en la próxima década, si bien en cotas aún moderadas y con una elevada volatilidad. Los activos inmobiliarios presentan una menor volatilidad, pero las rentabilidades previstas para los REIT globales en los próximos diez años se sitúan en un nivel inferior al de la última década. Los productos alternativos también suelen ser menos líquidos”.
2. La búsqueda de fuentes de rentabilidad ha llevado a muchos inversores a replantearse su enfoque. “Una solución es desglosar las rentabilidades de los activos por la prima de riesgo subyacente de forma sistemática. De este modo, los inversores pueden obtener rentabilidad exponiéndose a los factores que no estén correlacionados con sus carteras actuales o con los mercados en general”, señala.
3. También hay primas de riesgo que parecen mantenerse en los distintos mercados. Niininen pone el ejemplo de estudios e informes que han identificado que los títulos de valor arrojan una rentabilidad superior a la de los valores de crecimiento, que los recientes ganadores superan a los perdedores, y que los activos de alto rendimiento suelen registrar un mejor comportamiento que aquellos de rendimiento reducido. Son los enfoques popularmente conocidos como valor, momentum y carry.
4. El experto también pone de relieve la opción que tienen los inversores de combinar las primas de riesgo con su cartera actual con el fin de mejorar las rentabilidades y reducir el riesgo de la cartera. “No se trata solo de introducir un sesgo hacia los títulos de valor, por ejemplo, sino también de eliminar la exposición a los riesgos no deseados, centrándose en las primas que actualmente hacen gala de solidez y ajustar la cartera en función del actual régimen económico. El enfoque centrado en las primas de riesgo abarca todas las clases de activos que ofrecen una serie de catalizadores de rentabilidad diferentes para los inversores. Con las primas de riesgo, los inversores pueden lograr una mayor diversificación en sus carteras”.