Comportamiento humano a la hora de invertir: tres errores y tres soluciones

00error
Opensourceway, Flickr, Creative Commons

¿Es siempre acertada la tendencia a ver el lado positivo de las cosas? ¿Se compra más cuando va al supermercado con hambre? Los seres humanos no siempre actúan de una manera lógica o racional, tampoco a la hora de invertir. Schroders lanzó recientemente una herramienta online denominada incomeIQ, diseñada en colaboración con Joe Gladstone, doctor e investigador de la Universidad de Cambridge especializado en la teoría del comportamiento financiero, para ayudar a los inversores a determinar sus propias tendencias de comportamiento a la hora de tomar decisiones de inversión y mejorar su ‘inteligencia’ destinada a obtener rentas. El objetivo de la herramienta, que consta de dos versiones -una orientada al inversor final y otra para el asesor financiero- es ayudar a los inversores a comprender su propio perfil con el fin de tomar decisiones de inversión más fundadas.

Además de un test, a través del cual el inversor puede conocer cuáles son sus virtudes y los aspectos en los que debe mejorar a la hora de invertir, Gladstone ofrece a través de tres vídeos su visión sobre tres cuestiones muy concretas en lo que respecta a las tendencias de comportamiento de los inversores: exceso de optimismo, tendencia a la proyección y tendencia al presente.

1. Exceso de optimismo. Según Gladstone, las personas son demasiado optimistas. Tienden a subestimar las probabilidades de riesgo y a sobrestimar las probabilidades de éxito. “Si usted es demasiado optimista es probable que se quede corto a la hora de prever sus necesidades futuras de rentas porque piensa que todo va a salir bien. Y esto, en realidad, no conduce a una toma de decisiones buena ni racional. Hacer un estudio básico puede resultar de gran utilidad en este caso. Dicen que el conocimiento es poder y creo que tener algunos conocimientos le puede ayudar a realizar una comparación objetiva de cuál podría ser la rentabilidad real de sus decisiones de inversión”.

2. Tendencia a la proyección. Muchas personas proyectan sus emociones y preferencias de hoy y asumen que en el futuro se sentirán exactamente igual. Un estudio realizado sobre la compra de varios millones de casas y coches nos brinda un gran ejemplo de cómo se manifiesta la tendencia a la proyección. De acuerdo con las conclusiones de este estudio, cuando hace sol la gente compra más coches descapotables y casas con piscina. Ahora bien: el sol no debería influir en la decisión porque, obviamente, no está tomando la decisión solo para ese día, sino para muchos años en el futuro. “Predecir las necesidades de futuro hoy es muy difícil, pero una manera de facilitarnos esta tarea es considerar diferentes escenarios de futuro. Piense en el futuro, en cuáles podrían ser sus necesidades de ahorro y rentas”, afirma Gladstone.

3. Tendencia al presente. La tendencia al presente se refiere a cómo las personas en realidad no valoran las cosas en el futuro tanto como las valoran en el presente. “Debe pensar en usted mismo como dos personas distintas: una que planifica con visión de futuro y otra que gasta a corto plazo", afirma Gladstone. "Por una parte, el planificador con visión de futuro desea tener rentas durante toda su vida. Es el ángel de la buena conciencia. Y, al mismo tiempo, el que gasta a corto plazo quiere cosas ahora mismo. Es el diablo de la mala conciencia. La mejor manera de conseguir un resultado óptimo en su vida es controlar de verdad a ese gastador a corto plazo y dejar que el planificador con visión de futuro tome la mayoría de las decisiones”.