Las tres cosas que debe tener un buen equipo.
Un buen equipo tiene que tener cohesión, diversidad de mentalidades y autonomía.
Cohesión, hace referencia a un sentido de pertenencia al grupo, de trabajo colaborativo, que no competitivo; la diversidad de mentalidades mejora exponencialmente la toma de decisiones y hace más enriquecedor el entorno de trabajo. Y la autonomía, que permite el desarrollo de las competencias y genera un entorno de intercambio de
opiniones que siempre dinamiza y estimula los equipos de gestión.
Conjunto de cualidades individuales necesarias para ser un buen equipo.
En línea con lo anterior, una persona dentro de un equipo de alto rendimiento debe conocer bien a sus compañeros y buscar, en primer lugar, afinidades, puntos de encuentro. Está demostrado que cuanto
más cohesionados y felices los empleados, mejor hacemos nuestro trabajo.
En segundo lugar, ser asertivos, que es una cualidad más difícil de lo que parece: saber decir que no, llevar la contraria (con criterio y respeto) y comunicar puntos de vista distintos.
Y finalmente tener una vocación de permanente aprendizaje. Siempre buscar un escalón adicional en el desarrollo profesional, aprender de los clientes, de los compañeros. Trasladar aprendizajes fuera de la organización y mestizarlos con el día a día del trabajo.
¿Organizáis teams building?
En nuestro caso, como organización pequeña, no tenemos tradición de ejercicios estructurados de motivación y creación de equipos.
Pero se han generado una serie de rutinas espontáneas que tienen, seguramente, una función muy similar. En España, el deporte y la buena comida son la mejor fuerza motriz de las relaciones sociales.
¿Cómo se estructura el equipo?
En nuestro caso hay dos áreas diferenciadas: el equipo de gestión de inversiones y el equipo de gestión de negocio.
El primero, tiene unas competencia y objetivos claros, que son la gestión de las distintas estrategias de inversión que despliega la gestora: gestión patrimonial, renta variable y alternativos (private equity y hedge Funds).
El equipo de gestión de negocio tiene como objetivo hacer funcionar de la forma más eficiente la gestora. Este equipo gestiona la relación con los distintos reguladores (cumplimiento normativo), con nuestros
proveedores de servicios (middle office) y con nuestros inversores (relación con inversores). Y adicionalmente, presta todo el apoyo necesario para que el equipo de gestión de inversiones se preocupe exclusivamente de su trabajo, con las menores distracciones posibles.
Retos: ¿cómo esperáis que evolucione la figura de los family office en España?
En España hemos vivido tres oleadas de creación de oficinas familiares.
El primer impulso tuvo lugar a finales de los 90, con la consolidación de nuestro mercado de valores. Las salidas a bolsa de empresas familiares fue el origen de las oficinas familiares más reconocidas en la actualidad.
El segundo movimiento estuvo motivado por el incremento de la riqueza inmobiliaria que vivimos tras la entrada de España en el Euro. Después de una temporada de barbecho, crisis del 2008 incluida, estamos
asistiendo a un número creciente de oficinas familiares que se están creando después de operaciones de venta de la actividad empresarial familiar, ahora a fondos de capital privado.
Cada una de esta Oficinas tienen sus retos específicos. Muchas oficinas familiares de la primera hornada están afrontando el reto de la transición generacional, que no es poco. Las de nueva creación, se enfrentan a
otro vértigo distinto: enfrentarse a una hoja en blanco y decidir cómo organizar el patrimonio familiar: misión, equipo, políticas de inversión…
Y en general, todas las oficinas tendremos que enfrentarnos a un entorno de retornos esperados de los activos bajos. Y con un invitado adicional, que es una mayor inflación. Reto importante.
Todo el proceso de creación y gestión de una oficina familiar tiene una mezcla de arte y ciencia. No hay un manual. Las características singulares de cada familia son las que van a determinar la misión de la oficina familiar. Arte. Y las buenas prácticas de gestión financiera y fiscal facilitarán a las familias a alcanzar sus objetivos de forma consistente y
sin sobresaltos. Ciencia.
Y, por encima de todo, la aplicación permanente del principio anglosajón del hombre prudente (prudent man
rule), que es la base filosófica de la gestión fiduciaria sobre la que se sustenta la institución de la oficina familiar.
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