FundsPeople inicia una serie de encuentros para conocer los equipos de sostenibilidad de las gestoras españolas.
Integrar la sostenibilidad en los procesos de inversión es una labor llena de retos. La adaptación a una regulación que no cesa de llegar, el diseño de una metodología robusta, el problema de la fiabilidad de los datos, la comunicación efectiva con los gestores y con otras áreas de las entidades; los desafíos son múltiples. En FundsPeople, nos hemos propuesto conocer mejor a los equipos de inversión sostenible de las gestoras españolas a través de una serie de entrevistas con los responsables y sus equipos. Iniciamos esta serie con el equipo ganador del Premio FundsPeople Awards 2023 al Mejor Equipo de Sostenibilidad de una gestora española: el equipo de BBVA AM, que lidera Alberto Gómez-Reino.
“La configuración del equipo de inversión sostenible en BBVA AM ha supuesto un reto complejo, ya que pertenece al área de inversiones global de la gestora, pero su cometido no está vinculado exclusivamente a la gestión de carteras o la selección de inversiones”, comenta Alberto Gómez-Reino, su responsable. “Ha sido un reto porque era el primer equipo que no era 100% de inversiones. Somos un grupo con perfiles complementarios lo que nos está permitiendo avanzar más rápido en nuestro proyecto”, añade.
Misión
La misión del equipo es “incorporar la sostenibilidad en toda la estructura de la organización pasando de un concepto del pasado como eran las temáticas, hasta una visión transversal de la misma que se tiene en cuenta en toda nuestra actividad. Se trata de que los gestores tengan en cuenta las dos caras de la moneda en una inversión: el potencial de rendimiento financiero y los riesgos tanto financieros como extrafinancieros”, afirma el responsable.
En esa labor, parte del equipo se beneficia de su experiencia previa en gestión y trata de ofrecer otros puntos de vista. “Nuestro trabajo tiene una parte de metodología, de criterios y de estrategia, pero también otra de comunicar y convencer al equipo de inversiones de las bondades de tener en cuenta más aspectos que los meramente financieros, además de buscar soluciones que resulten útiles. Es un proceso iterativo, que se va refinando con ese diálogo”, señala.
El equipo de Gómez Reino no está solo en la incorporación de la sostenibilidad en la entidad gestora, ya que también hay equipos dedicados en otros departamentos. El órgano que coordina dichos esfuerzos es el Grupo de Gobierno de Sostenibilidad, del que forman parte el director de riesgos, el director de cumplimiento, el director de producto global, el director de inversiones y el propio Gómez- Reino, desde el que se coordina la estrategia global de sostenibilidad en la gestora. “La idea es que sea global y transversal. Hay que tener en cuenta que cada geografía tiene unas características propias muy particulares, con diferentes regulaciones y experiencias, en la que los aspectos culturales y las gamas de productos existentes hacen que la adopción de criterios sostenibles tenga que ser coordinada de manera central para facilitar su implementación”, explica el directivo.
Plan de inversión sostenible
El plan de inversión sostenible de BBVA AM tiene como base cuatro pilares y comenzó a ser implantado inicialmente en la gestora en 2019. El primero es tener una política de integración de riesgos de sostenibilidad, que permite medir los riesgos de todas las carteras en términos de sostenibilidad. “Hemos desarrollado un rating que nos permite evaluar de qué manera están gestionando los diferentes emisores y compañías los riesgos de sostenibilidad y de paso identificar aquellas compañías con las que no queremos tener ningún tipo de vinculación. Se trata de las que tienen un rating muy bajo o controversias muy severas” apunta.
“El ejercicio en este pilar es múltiple, por un lado tenemos que desarrollar esa metodología, pero por otro analizar el grado de disponibilidad de datos dentro de nuestro universo de inversión y ver dónde tenemos que mejorar la cobertura del mismo, y por último integrar toda la información en nuestros sistemas de gestión, riesgos y reporting. La clave es, como mencionaba anteriormente, tener el conocimiento desde el punto de vista de los riesgos financieros como desde el punto de vista de la integración ASG”, añade.
El segundo pilar es tener una norma de exclusiones. Para Gómez-Reino y su equipo, las exclusiones no deberían ser el pilar fundamental de una estrategia de inversión sostenible, pero hay determinados comportamientos y actividades económicas que deben quedar excluidas. “Mediante dicha norma identificamos aquellas actividades económicas, comportamientos en materia de derechos humanos y laborales que nos son aceptables en nuestras inversiones”.
Engagement
En tercer lugar, está el pilar de voto y compromiso (engagement). “La gestora de BBVA lleva ejerciendo los derechos políticos desde hace muchos años. Se ha ido haciendo de forma progresiva. Primero en juntas españolas, luego en europeas, después en norteamericanas. El origen fueron los fondos de cliente institucional, especialmente los fondos de pensiones de empleo que delegaban el ejercicio de derechos políticos en la entidad gestora”, señala. Para esta tarea cuentan con un asesor de voto y se guían por las mejores prácticas de la industria como el Código de buen gobierno de las sociedades de CNMV.
En cuanto al engagement, ya sea individualmente con compañías como a través de plataformas colaborativas, es una práctica más nueva en la gestora y comenzó hace unos pocos años. “Hay que encontrar un balance entre qué queremos hacer y lo qué es razonable hacer dados los recursos disponibles, ya que es especialmente intensivo en su uso. Es uno de los proyectos que estamos desarrollando y que va a ser muy importante para 2023”, afirma Gómez-Reino.
Impacto
El último pilar es el del impacto. “Inicialmente nos estamos centrando en definir y delimitar nuestros esfuerzos al universo de los activos cotizados. Tenemos que tener muy claro lo que podemos llamar impacto y por tanto qué podemos hacer en las carteras. Identificamos bonos verdes, sociales, tenemos un mapa de las actividades de los mismos y de los impactos de las compañías con ODS, lo cual nos permite construir producto, comunicar y reportar”, aclara.
Es un pilar en el que todavía hay cuestiones por definir ya que hay temas pendientes como la normativa de bonos verdes de la UE, o la disponibilidad de datos de actividades alineadas con la taxonomía que todavía no se han desarrollado. “Hay muchas cosas que están por definir para las que tenemos que estar preparados, tenemos que tener criterios claros y defendibles, pero ser conscientes de que puede haber adaptaciones a futuro”, advierte Gómez-Reino.
Estos cuatro pilares originales se empezaron a desarrollar hace unos años, cada uno con entidad propia, estando todos ellos en desarrollo continuo, con líneas de trabajo abiertas en datos, metodología y producto.
La evolución de la metodología
La inversión sostenible es un área en constante evolución y movimiento, no solo por la regulación, sino también por la incorporación de nuevos datos y los cambios en las metodologías, lo que exige un esfuerzo constante. “En la metodología, hay conceptos más estables, pero por ejemplo la forma de medir las controversias ha cambiado en los últimos años y también es apreciable en la manera de medir las incidencias adversas (PIAS). Nos gustaría que hubiera criterios más claros, sobre todo pensando en el cliente final. Pero a día de hoy no es así y existen grados de interpretación, hay datos estimados entre los que se reportan, y las metodologías van cambiando”, afirma Gómez- Reino.
En ese proceso de aprendizaje constante, el año pasado evaluaron la adhesión a la iniciativa Net Zero Asset Managers. “Nos sirvió para aprender muchísimo, tanto para hablar con los proveedores y entender qué partes nos gustan o no de sus modelos de proyección, como para hablar de la calidad de sus datos. Trabajamos en detectar las asunciones de los modelos de cada proveedor y de evaluar su calidad, también en cómo priorizar los objetivos de las compañías y establecer sendas de descarbonización con un grado de confianza mayor del que ofrecen cada uno de los proveedores individualmente”, detalla.
Encuadre en el grupo BBVA
Sobre la interactuación con Quality Funds, Gómez-Reino señala que vienen trabajando codo con codo sobre conocimiento de datos, requerimientos normativos, catálogo disponible para las soluciones de inversión, EET y disponibilidad de información para las gestoras. “Tenemos una relación muy próxima desde el punto de vista del conocimiento (definición de inversión sostenible, determinación de las PIAS), así como en la parte de producto, con muchos grupos de trabajo comunes a la hora de ampliar catálogo en ciertas estrategias”, explica.
En cuanto al encuadre en la estrategia global de BBVA, Gómez-Reino explica que BBVA decidió establecer la sostenibilidad como una de sus seis prioridades estratégicas en 2019 y elevarla en 2021 al máximo nivel ejecutivo de la organización a través de la creación del área global de Sostenibilidad (GSA, en sus siglas en inglés), como nueva área global encargada de diseñar la agenda y liderar las líneas de trabajo en torno a este ámbito. En 2021, en línea con el impulso a la sostenibilidad del Grupo, BBVA AM creó el Grupo de Gobierno de Sostenibilidad (GGS), antes mencionado. El GGS, por lo tanto, es el encargado de diseñar la estrategia de sostenibilidad así como los planes para su ejecución, posteriormente, se presenta al responsable global de AM&GW y a su comité de dirección, para su aprobación. La estrategia de la entidad gestora se coordina con la del grupo a través de la interacción con el GSA.
BBVA AM tiene a día de hoy una gama de 23 fondos acogidos al artículo 8 de la SFDR, con un volumen conjunto bajo gestión de 6.493 millones de euros y tres fondos artículo 9, con un volumen superior a los 110 millones de euros.