Conociendo a los equipos de Sostenibilidad de las gestoras españolas: Mapfre AM

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Equipo de Sostenibilidad Mapfre AM. Fuente: FundsPeople

Integrar la sostenibilidad en los procesos de inversión es una labor llena de retos. La adaptación a una regulación que no cesa de llegar, el diseño de una metodología robusta, el problema de la fiabilidad de los datos, la comunicación efectiva con los gestores y con otras áreas de las entidades; los desafíos son múltiples. En FundsPeople, nos hemos propuesto conocer mejor a los equipos de inversión sostenible de las gestoras españolas a través de una serie de entrevistas con los responsables y sus equipos. Continuamos esta serie con Mapfre AM, finalista de los FundsPeople Awards 2024 en la categoría de Mejor Equipo de Sostenibilidad de una gestora española.

Gestión transversal

Raquel Arteaga dirige el área de Riesgos Financieros y Sostenibilidad de Mapfre AM, que gestiona los fondos de inversión, fondos de pensiones, EPSVS y carteras de inversión de clientes fuera del Grupo MAPFRE (unos 10.000 millones) y, por otro lado, aproximadamente un 70% de las carteras de seguros de las entidades del grupo, (unos 26.000 millones de euros). “Nuestra estrategia va muy alineada con la del grupo, también en lo referente a compromisos sociales y ambientales”, afirma.

La gestión de la sostenibilidad es completamente transversal. “Integramos criterios de sostenibilidad en todos los productos que gestionamos excepto en algunos de gestión discrecional en los que no está contemplado en el mandato” señala.

Los fondos sostenibles

En la gama hay dos productos acogidos al artículo 8 de la SFDR: Mapfre Capital Responsable (que cuenta con el Rating FundsPeople 2024) y Mapfre Inclusión Responsable, lanzados en 2018 y en 2019 respectivamente, de la mano de su socio francés: La Financière Responsable. En 2017 Mapfre adquirió un 25% de la entidad, participación que el año pasado se amplió hasta un 51%.

Ambos productos se lanzaron con la metodología de la casa gala, especializada en inversión sostenible y han obtenido la etiqueta ISR del ministerio francés de finanzas, conocida por su grado de exigencia.  Entre otros requisitos, deben pasar una auditoría anual, que analiza desde la información contractual a la poscontractual, así como el proceso de gestión y control, todos los informes asociados y la forma de comercialización.

El resto de la gama

El resto de los productos de la casa integran teniendo criterios de scoring (los mejores de su categoría, best in class) y con un compromiso muy claro de exclusiones en aspectos ambientales y sociales. Arteaga explica que “la gestora ha querido ir paso a paso hasta tener clara la normativa europea, de tal forma que el paso de transformar fondos artículo 6 a artículo 8 ó 9 pueda ser un mero trámite legal porque gran parte del trabajo ya está hecho”.

En la parte de alternativos hay un fondo artículo 9 que invierte en biometano. Se trata del FCR Mapfre Inversiones Renovables II, que depende de la dirección corporativa de inversiones de Mapfre.  Se ha hecho un primer cierre, con el objetivo de captar 100 millones de euros en total.

PIAS y engagement

El año pasado Mapfre AM asumió el compromiso de identificar PIAS a nivel de entidad, un análisis que les facilita identificarlas a nivel producto. “De forma indirecta ya hemos incorporado muchos requisitos de la normativa sostenible. La implicación o engagement es una herramienta primordial para poder influir en las compañías en las que invertimos. Así, MAPFRE AM ejerce de forma responsable sus obligaciones fiduciarias, incluyendo el ejercicio del derecho del voto en todos los valores que componen sus carteras, constituyendo el instrumento principal de sus actividades de implicación con las compañías”, apunta Arteaga.

Al tratarse la sostenibilidad de forma transversal y no existir una dirección específica que aglutine todo el contenido, se ha considerado necesario establecer grupos de trabajo que sirvan de foro de intercambio de ideas y que contribuyan en la definición de procesos más robustos y completos. “En este grupo se trabaja en establecer las bases de las políticas y procesos de implicación (voto y diálogo), así como en la identificación de las compañías donde queremos actuar y coordina el proceso con los especialistas responsables de cada empresa. Se trata de decidir en qué compañías podemos tener un mayor impacto y en cuáles podemos apalancarnos en iniciativas más colectivas”, explica Arteaga. Así, es el equipo de inversiones quien inicia las actividades de diálogo y voto y, posteriormente desde riesgos se hace una supervisión sobre el cumpliendo de los criterios establecidos en las políticas internas.

Metodología, datos y estrategia

Por otro lado, también tienen un grupo de trabajo de metodología, que se ha concebido de una forma similar. “Lo hemos creado para adecuar los productos que vamos a transformar, unos cinco fondos, a artículo 8. Está formado principalmente por personas del equipo de riesgos y de inversiones. Hemos querido construir unas líneas estándar muy claras, y que nos sirvan de base, para definir nuestra alineación con la normativa” señala Arteaga.

MSCI es su proveedor de datos base a la espera de que las compañías vayan ofreciendo más información, sobre todo de cara a Taxonomía. Esos datos se utilizan sobre todo para las empresas, ya que en la parte de soberanos tienen una metodología propia, aunque no descartan añadir un proveedor. “La estrategia puede definirse como un best in class, pero muy exigente, ya que limitamos la selección al rango alto de las compañías líderes”, puntualiza.

Mapfre es firmante de los PRI desde 2017 y se unió a Net Zero Asset Owners en 2023. En 2024 se han fijado los objetivos intermedios, enfocados en tres pilares: reducción de emisiones (43% para 2030), procesos de engagement (hacer al menos un engagement con las 20 principales compañías de la cartera) y además, invertir en productos que apoyan a la transición energética, ya sean bonos, productos como su fondo de biometano u otros.

Retos

Sobre los retos de Mapfre AM en materia de sostenibilidad, Arteaga considera que “el principal es el lanzamiento de nuevos productos, que contribuyan a una economía más justa y sostenible. Por una parte, va a haber transformaciones y por otra habrá nuevos productos”. La versión francesa del Inclusión responsable ya es artículo 9. “Es un producto que hace un análisis exhaustivo de cómo las compañías promueven y apoyan la inclusión de personas con discapacidad. Nuestro objetivo es que la versión española se transforme también en artículo 9”, afirma. Este fondo es el centro de una iniciativa de Mapfre en la que cada año conceden un premio a la empresa de la cartera más comprometida con la inclusión (entre los premiados Iberdrola, Michelín y BNP Paribas).

Otro reto es seguir alineados con la normativa. “La consulta sobre SFDR puede obligar a nuevos cambios”. Además, está el desafío de los datos. “Ojalá haya más datos y de más calidad. El problema es que hay muchas compañías que todavía no reportan, pero la regulación nos exige en determinadas áreas información reportada y no estimada”, explica Arteaga.

La importancia de la formación

La respuesta de los clientes es diversa: por un lado, está la propia compañía Mapfre y otros inversores institucionales, con un interés probado. “Por otro, a nivel más minorista, en la parte de gestión de patrimonios, todavía no se ha notado una gran demanda”, apunta Arteaga.

Para concluir, la directiva quiere destacar el esfuerzo que la entidad ha hecho en la formación: “Tanto el equipo de inversiones, como de riesgos, cumplimiento normativo y de venta institucional al completo han obtenido la certificación CESGA o están en proceso. Para el resto de los empleados también se promueve”.