Consecuencias para los mercados del fin del programa de estímulos de la Fed

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Gamma Man, Flickr, Creative Commons

El Quantitative Easing está hecho. Se acabó. La Reserva Federal ha decidido poner fin a su programa de estímulos. Eso es ya un hecho. Ahora, lo que quieren saber los inversores es cuáles serán las consecuencias para los mercados financieros del fin del programa de estímulos. Lo primero que hay que tener en cuenta –y que a menudo se olvida- es que, para la Fed, el tamaño del balance es el instrumento principal, más que los cambios que se produzcan en dicho tamaño. En este sentido, Bart Van Craeynest, economista jefe de Petercam, considera que mantener constante el balance implica continuar con los estímulos monetarios. “Así que, por ahora, la autoridad monetaria había mantenido un nivel sin precedentes de estímulos monetarios, y a partir de ahora simplemente no se añadirán nuevos estímulos”.

El siguiente paso ahora será la primera subida de los tipos de interés. En cuanto al calendario para llevarlo a cabo, la Fed señaló que se mantendrán durante un tiempo considerable después de la final del programa de compra de activos. En este sentido, Van Craeynest recuerda que en uno de sus primeros discursos Yellen aseguró que para ella un tiempo considerable suponía un periodo de alrededor de seis meses, pero en los discursos posteriores se retractó de esa declaración. “Por tanto, el primer paso para comenzar a subir los tipos dependerá totalmente de la evolución de los datos. De hecho, desde la declaración queda claro que el mercado laboral es clave para la Fed. Los mercados esperan la primera subida de tipos para dentro de un año, pero si la recuperación continúa al ritmo actual, esto parece un poco tarde”, asevera el experto.

Ahora la cuestión es saber cuándo empezará la Fed a subir los tipos de interés. La mayoría de los expertos sitúan la primera subida de las tasas a mediados de 2015. Esto será clave para la evolución de los mercados. Por lo pronto, lo que esperan algunas casas es mayor nerviosismo. “Es esperable que la finalización de la política de flexibilización cuantitativa por parte de la autoridad monetaria estadounidense incremente la volatilidad de los mercados”, asegura David Leduc, director de inversiones de Standish, parte de BNY Mellon. Pese a ello, el experto parte de la idea de que la expansión del crecimiento en Estados Unidos compensará el riesgo asociado al final de inyecciones de liquidez continuadas. “Tendrá un impacto positivo en el crecimiento global, lo que compensará el final del programa de la Reserva Federal”.

Implicaciones para los mercados de renta fija y renta variable

Pero la nueva política de Janet Yellen también tendrá un impacto claro en los mercados, sobre todo de bonos. “En el contexto actual, las estrategias tradicionales de renta fija pueden contener más riesgo del esperado. La situación de confortabilidad que los programas de flexibilidad quantitativa de Estados Unidos inyectaron a los mercados empieza a cuestionarse con el crecimiento de los tipos de interés, lo que está obligando a redirigir la inversión tradicional en renta fija”, afirma el experto de Standish. En este sentido, son cada vez más los que manifiestan su convencimiento de que las tires de los bonos subirán, derivando consecuentemente en una caída de su precio, empezando por la deuda pública estadounidense.

En Generali Investments Europe, por ejemplo, esperan que la rentabilidad de los bonos del Tesoro de Estados Unidos repunte desde los niveles actuales. “Esta perspectivas es fruto de una combinación de sólido crecimiento económico, una inflación que irá aumentando gradualmente y una subida de los tipos de interés por parte de la Fed”. En este sentido, desde la firma transalpina esperan que el precio del dinero se sitúe a finales de 2015 en el 1%. “A doce meses, anticipamos que el bono del Tesoro estadounidense a 10 años escale hasta niveles próximos al 3%, pero no más. Una razón clave que nos lleva a esperar una modesta subida de la rentabilidad del bono es que la Fed se abstendrá de realizar operaciones de venta directa de los activos que mantiene en su balance”.

En lo referente al mercado de renta variable, en la firma ven fuerzas encontradas. En términos generales, consideran que la reducción de la liquidez de la Fed supone una carga, si bien el fuerte crecimiento económico y la solidez de los beneficios empresariales continúan siendo una importante ventaja, así como el actual entorno de bajas rentabilidades. “Dado que los resultados corporativos tienden a marcar la evolución del mercado de renta variable a medio plazo, todavía esperamos que el precio de las acciones estadounidenses suban con respecto a los niveles actuales. Dicho esto, el periodo en el que la liquidez ha contribuido a generar rentabilidades de dos dígitos se ha acabado y la volatilidad del mercado será mayor que antes”, algo en lo que coinciden con la opinión manifestada por David Leduc.