Tras dos años de fuertes revalorizaciones en los activos de riesgo, la sensación general del responsable de Multi-Asset Investment Products de Nordea AM es que las valoraciones están exigentes, pero que a la vez el cliente no se puede permitir un posicionamiento muy alejado de los índices.
Los momentos previos al hundimiento del Titanic nos sirven de símil perfecto para describir el sentimiento inversor actual. “La gente sabe que inevitablemente el barco se va a hundir, pero mientras la música siga sonando, hay que seguir bailando”, explica Cristian Balteo, responsable de Multi- Asset Investment Products de Nordea AM. Tras dos años de fuertes revalorizaciones en los activos de riesgo, la sensación general es que las valoraciones están exigentes, pero a la vez el selector, banquero o asesor no se puede permitir un posicionamiento muy alejado de los índices.
“Nadie se termina de creer que estas subidas sean sostenibles, pero después de dos años, pocos se pueden permitir no seguir bailando. ¿Por qué? Porque sus clientes, ya sean de banca privada o los más institucionales, ven todos los días las noticias de las subidas de los índices de referencia; cómo un pequeño grupo de siete empresas año a año se revalorizan un doble dígito. Y, con el crecimiento de la gestión pasiva, se ha creado un efecto de bola de nieve, es como una profecía autocumplida”, explica.
Un ejercicio de equilibrio
Por eso el cliente actualmente está intentando hacer un ejercicio de equilibrio, como lo define Balteo. Están decidiendo qué porcentaje de su cartera, el core, tiene que estar lo más alineada posible con el índice, principalmente con gestión indexada o mejorada, y qué porcentaje se puede dedicar a estrategias diferenciadoras. “Porque, cuando haya una corrección, este mismo efecto de bola de nieve que impulsó las subidas va a hacer que las mismas empresas sufran un impacto mucho más importante que el resto del mercado. Entonces, la ansiedad y la duda del cliente está presente en las conversaciones de estas semanas”, reconoce el directivo.
El problema para el inversor es que todo lo que se enseña en las escuelas de finanzas sobre la frontera eficiente no se cumple en años como 2024. En los últimos tres años, el cash dio rentabilidades positivas (si bien escasamente por encima de la inflación) y los activos de riesgo despuntaron, pero, ¿qué pasa con los activos en el centro de esa curva de riesgo? El crédito de mayor calidad crediticia y los bonos gubernamentales decepcionaron. “Eso está empujando a los asesores e incluso a los institucionales a tener que desplazarse en la curva de riesgo para no quedarse rezagado frente al mercado”, apunta Balteo.
La verdadera diversificación
Trazar esa línea entre la parte core de la cartera la satélite es más complicado de lo que puede parecer. “Me da la sensación de que algunos clientes están buscando diversificación, pero lo que verdaderamente diversifica en este momento está sufriendo. Hay otros, en cambio, que están solo buscando historias distintas, pero que, a la hora de la verdad,difícilmente les van a proteger cuando haya algún tipo de normalización del comportamiento del mercado”, afirma Balteo.
El caso que se le viene a la mente es el interés que han despertado los activos privados. Sobre el papel son un vehículo perfecto. No tienen mark to market así que la volatilidad es muy baja y el retorno alto. “Pero porque la rentabilidad se mide por el internal rate of return (IRR), es una valoración propia. Si hay un escenario de liquidez complicado y tengan que valorar esos activos al precio al que los van a poder vender para poder devolver el capital a los inversores, veremos verdaderamente cuál es la valoración real de esos activos”, vaticina.
“Como hay tanto capital entrando a activos privados en este momento, hay una demanda de activos privados muy alta y una oferta limitada. Eso impulsa los precios al alza. Además, esa tendencia de los precios al alza está altamente correlacionada con el mercado de activos líquidos, porque no dejan de ser activos de riesgo. Cuando hay una corrección de mercado, estos activos alternativos privados van a caer con tanta fuerza como sus activos líquidos homólogos, con lo cual no son verdaderamente descorrelacionadores”, argumenta el directivo. En su opinión, la naturaleza alternativa de los activos privados reside en la habilidad del gestor para elegir el negocio adecuado y hacerlo crecer por encima de la media, no en la naturaleza privada de los activos.
La propuesta de Nordea AM para 2025
En este contexto de sentimiento incierto por parte del cliente, Nordea AM ve dos tendencias a nivel de producto.
Para la parte core de la cartera, están viendo interés en su gama Enhanced Indexation. Son fondos con un tracking error muy bajo, del 1-2%, pero con un objetivo de generación de alpha del 0,5% anual que se nutre de la visión sistemática del equipo de Multi-Asset de Nordea AM, quienes llevan más de 15 años desarrollado su estilo de inversión risk factor/premium investing.
Para la parte más satélite, en línea con esa búsqueda de descorrelación, están destacando su gama de Covered Bonds (bonos garantizados). Esta clase de activos tiende a tener una alta calidad crediticia y baja sensibilidad a los tipos de interés. Incluso en años negativos para la renta fija como lo fue 2022 la estrategia cerró en positivo.
Asimismo, en renta variable mantienen su convicción en la sostenibilidad como tendencia estructural. Aquí su Nordea 1 - Global Climate and Environment Fund se mantiene como uno de los líderes de su categoría, aunque el universo de inversión ha sufrido en los últimos años.