¿Cuáles fueron los principales problemas de las EAFI para constituirse como tal?

El cumplimiento de todas las obligaciones  que impone el regulador y sus costes, el costoso y lento proceso de “due diligence” en algunos casos, la burocracia y gran cantidad de documentación exigida, la confusión respecto al asesoramiento financiero independiente, los costes derivados también del mantenimiento de la licencia … son señalados por las EAFI como los principales problemas que afrontaron a la hora de constituirse en asesores independientes y que también encaran actualmente para mantener dicho estatus. Sin embargo, hay algunas entidades que relativizan los trámites y niegan que tuvieran dificultades.

Para David Cano, socio director general de Afinet Global EAFI, el principal obstáculo fue cumplir con las obligaciones exigidas por el regulador, al igual que para Miramar, pues según esta última EAFI “imponen una carga muy difícil de asumir en una empresa que está arrancando”. Compleja fue la inscripción de Aspain 11, según explica su consejero delegado Carlos Heras, “debido a los múltiples requisitos que la CNMV exige para su autorización (preparación de todo nuestro equipo, patrimonio asesorado, seguridad de nuestros sistemas informáticos y muchas más certificaciones)”. El proceso duró alrededor de cuatro meses en los que se exigió la presentación de procedimientos adecuados para la realización de la actividad financiera entre los que los que destacan un manual de defensa del cliente (que en su caso es el Consejo General de Economistas), política de conflictos de intereses, test de idoneidad, contrato  de asesoramiento financiero, prevención de blanqueo de capitales, etc. A su vez la CNMV obliga  a presentar información sobre todo el personal de la compañía, así como sus posiciones financieras, con el objetivo de proteger a los clientes ante  posibles conflictos de intereses. También Juan Carlos Costa señala la gran cantidad de documentación que hay que preparar y en especial el Manual de Blanqueo de Capitales y el RIC (Reglamento Interno de conducta) ya que “los reguladores suelen ser bastante exigente con ambos, sobre todo el primero”.

A diferencia de ellos, según Víctor Alvargonzález, socio de Profim, el problema fue más bien la lentitud, derivada del trabajo que supuso para el regulador supervisar una empresa que ya llevaba 15 años en funcionamiento. “Mientras otros acababan de constituirse, nosotros llevábamos 15 años trabajando, somos un equipo de más de 25 personas y teníamos delegaciones en varias ciudades, con todo lo que para el regulador supone tener que realizar un "due diligence"  (auditorías, control de riesgos, de  procesos, de MIFID) mucho mayor que el de una empresa que sólo son tres personas y un capital inicial - que es lo que éramos nosotros en 1995”. Alvargonzález señala que, irónicamente, a más experiencia en la actividad, más clientes y mayor historial, más lenta es la autorización. Pero no se queja, pues al final todo el proceso cumplió con las expectativas: “Simplemente no es lo mismo analizar una empresa recién constituida que una que lleva 15 años en el negocio”, insiste.

Desde Ética Patrimonios, señalan también la lentitud, en un proceso que juzgan de “demasiado burocrático”, aunque matizan que entienden la preocupación de la CNMV en supervisar todos los aspectos de una EAFI para garantizar la protección de los inversores.  Para Gestión de Finanzas, lo más lento fue contrastar su experiencia: “Al no proceder de la banca el regulador incidió en contrastar nuestra experiencia en mercados financieros”, explican. En la misma línea, Ana Fernandez, directora ejecutiva de AFS, el principal problema es el tiempo que el regulador necesita para aprobar cada expediente. “Son muchas las exigencias y el rigor con el que trabaja la CNMV”, asegura.

Salvador Cervilla va más allá y comenta problemas “derivados del excesivo celo por parte del a CNMV a dar licencias. Tardé un año con todo el papeleo y las entrevistas antes de que me dieran la licencia”, asegura.

Para Cristobal Amorós Arbaiza, los problemas se derivaron, además del tiempo y de los que juzga excesivos requisitos, también de la confusión que había (y que cree que aún se mantiene) respecto al asesoramiento financiero independiente y a  la nueva figura de la EAFI. “Ello exigía una separación de las demás actividades, que ni entendíamos ni compartíamos. Por otro lado los requisitos en algunos aspectos son algo exagerados,  y la tramitación lenta.  Y el cumplimiento periódico de determinados formalismos lo consideramos, por un lado poco necesario, y por otro lado un lastre y un coste que pondrá en peligro la viabilidad de muchas EAFI”, afirma.

Sara Perez-Frutos, directora de Dracon Partners, señala que, más que para crear la EAFI, los problemas están a la hora de mantenerla, pues debido a las exigencias del regulador – CNMV-, y del Banco de España sobre blanqueo de capitales y otras normativas, exigen los mismos trámites que para una sociedad de valores, con los consiguientes  costes de mantenimiento de la licencia en forma de auditorías obligatorias, requisitos informáticos para colgar informes en CNMV, sistemas de información… En definitiva, dificultades para las nuevas EAFI y también para las que ya están inscritas, según destaca Heras.

Sin problemas

Sin embargo, para otros, constituirse en EAFI no supuso problemas. En ese grupo está John Siska, que confiesa que, “con el Colegio de Economistas, todo fue rápido, ágil, y nada costoso”, así como Félix González, socio director general de Capitalia Familiar, que asegura que no tiene la sensación de haberse encontrado “con problemas particularmente relevantes en ningún sentido, más allá de los normales y generales cuando se trata de iniciar un nuevo proyecto empresarial”. Tampoco percibió conflictos Serfiex Investments EAFI, que afirman que “se trataba de ubicar adecuadamente una labor que ya venía realizando desde hacía muchos años. El marco de supervisión de la CNMV ofrece unas garantías de seguridad jurídica que son valoradas muy positivamente por algunos de nuestros clientes”, apostillan. Tampoco hubo esfuerzo en DiverInvest, desde donde Rosa Coma explica que no supuso una gran esfuerzo: “Siempre tuvimos claro que queríamos ser una EAFI y gracias a nuestra transparencia y profesionalidad, nos limitamos a seguir los pasos establecidos por la CNMV y presentamos toda la documentación requerida. Nuestro dossier se aprobó a finales de 2009”. Un problema, eso sí, “es que existe poco conocimiento de la figura de la EAFI como entidad legal”, asegura.

Tampoco tuvo dificultades Jorge Coca, de Wealth Solutions EAFI. “El proceso fue algo lento mientras consigues reunir los requisitos y el papeleo que solicita CNMV, pero conseguimos que nos autorizaran como número 6, pocos meses tras solicitud”, explica.

La experiencia de Abante Asesores descarta también los problemas: “Somos la primera EAFI del mercado y no encontramos una problemática distinta a la hora de constituir Abante Consejeros Financieros Independientes EAFI que las normales cuando uno pide una ESI, sociedad o agencia de valores o una gestora de IIC”, comenta Belen Alarcón, directora de Abante Consejeros Financieros Independientes EAFI.

Ése fue también la experiencia de la EAFI de Arcano: “Tanto como Grupo Arcano como AWA nuestra relación con la CNMV es muy buena. Es cierto que antes de que este negocio se decidiera regular con la figura de las EAFI nuestro Multi Family Office ya existía y los procesos que se exigían para ser una EAFI nos aplicaban como anillo al dedo, por lo que desde que comenzamos a hablar hasta que nos autorizaron no hubo problemas formales. Es cierto que como ya desde el 2007 el negocio estaba en marcha y cuando en 2009 se solicita la autorización, los clientes, el equipo y el negocio ya tenían relevancia por lo que quizá hubo que trabajar más que aquellas EAFI de nueva constitución”, asegura de Íñigo Susaeta, socio director general de Arcano Wealth Adivisors EAFI, destacando el apoyo de CNMV.