Cuándo es momento de cambiar el perfil inversor

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Wiertz Sébastien, Flickr, Creative Commons

La alta volatilidad vista en los mercados en el último año de COVID-19 unida a la gran incertidumbre que ha traído consigo la pandemia ha puesto a prueba a los inversores. Los datos demuestran que a diferencia de lo sucedido en otras crisis, con ésta, han sido más los que se han optado por mantenerse invertidos en los peores momentos de mercado que los que optaron por deshacer posiciones, incluso aunque ello supusiera asumir pérdidas puntuales. Y los primeros hicieron bien ya que en 2020 fueron muchos más los activos que acabaron en positivo que los que lo hicieron en negativo.

Cala, por tanto,  cada vez más la idea de que permanecer en el mercado es siempre la mejor opción para un inversor de largo plazo . Los vaivenes de mercado no son por si solos una excusa para cambiar el perfil de un inversor, pero sí hay casos en los que conviene revisar ese perfil.

Ian Tam, CFA y director de Investment Research para Morningstar Canadá, ha elaborado una lista de esos momentos que pueden constituir una buena causa para que un inversor se replantee la estructura de su cartera.

Para ello identifica los dos tipos de capital con los que cuenta cualquier persona: el capital humano, que es la capacidad de ganar dinero con el tiempo, y el capital financiero, que es la cantidad actual de dinero que se tiene disponible para invertir. En líneas generales, cuando más alto sean ambos mejor. Sin embargo, lo habitual es que los jóvenes tengan mucho capital humano y poco financiero y los mayores, justo lo contrario. "A la hora de elegir una estrategia de inversión, su capacidad de riesgo tiene mucho que ver con la suma de capital financiero y humano. Cuanto más capital tenga (humano o financiero), más riesgo podrá asumir. Hay etapas de la vida en las que el equilibrio entre el capital humano y el financiero cambiará, y en ese momento es posible que desee considerar la revisión de su estrategia de inversión", afirma el autor.

No hay un número concreto de cuántas etapas vitales que puedan llevar a un cambio de estrategia financiera pero Ian Tam identifica las más frecuentes y las reproducimos a continuación.

  • Pérdida de empleo: Cuando se pierde el empleo, el capital humano potencial disminuye. Hay que sentarse a analizar si esa situación puede extenderse mucho o poco en el tiempo. “Si se trata de un cambio permanente, su capacidad para soportar el riesgo también disminuye y, por tanto, puede tener sentido una revisión de su estrategia de inversión hacia un enfoque más conservador”, asegura.
  • Cambios en el círculo familiar: No es lo mismo trabajar para uno mismo que trabajar para sustentar a uno mismo y a más miembros de la familia. “Si ahora es usted responsable del cuidado económico de un ser querido, puede que no tenga la misma capacidad de resistir el riesgo. Una vez más, puede valer la pena revisar su estrategia de inversión en favor de un enfoque más conservador”, afirma.
  • Regalo / herencia: Si recibe un regalo en metálico o una herencia de un familiar, es el capital financiero el que aumenta y eso puede justificar una estrategia de inversión más agresiva.
  • Jubilación: Cuando uno se jubila, pasa de la fase de acumulación de capital a la fase de rescate. Se trata de un acontecimiento importante que sin duda requiere una revisión del enfoque de inversión que implique una transición a inversiones más conservadoras.

No obstante, hay que tener en cuenta que el aumento de la esperanza de vida ha alargado el tiempo en el que pasamos jubilados, lo que exige que esa transición no sea muy brusca. Más, en un contexto de tipos de interés al 0% e inflación al alza que acaba repercutiendo muy negativamente en las rentabilidades reales de los productos más conservadores.