“Cuando la política busca evitar que las valoraciones caigan, identificar las oportunidades es más difícil”

Llaves
Nacho Romero, Flickr, Creative Commons

El trasfondo de mercado no ha cambiado mucho desde que comenzara el año. En un mundo dominado por retos como el desapalancamiento y unas tendencias demográficas desfavorables, generar crecimiento real no será tarea fácil. Sin embargo, ello no impedirá a las autoridades intentar estimular la actividad de formas nuevas y cada vez más innovadoras. Probablemente, la interacción entre el difícil trasfondo estructural y los esfuerzos de las autoridades mantendrán elevada la volatilidad económica y financiera. “Los datos históricos sugieren que los mejores niveles de rendimiento se generan cuando los inversores son capaces de comprar activos de alta calidad, de empresas bien gestionadas, a niveles de valoración atractivos”.

Así lo entiende Ian Stewart, líder del equipo gestor del BNY Mellon Global Real Return Fund en Newton, boutique de BNY Mellon, quien afirma que “cuando la política está expresamente dirigida a evitar que las valoraciones caigan, puede resultar más difícil identificar tales oportunidades de compra”. En este sentido, el experto se muestra convencido de que mientras el riesgo de acontecimientos adversos siga siendo elevado, cabe esperar que la volatilidad siga reinando en los mercados financieros. “Las elevadas incertidumbres que se ciernen a nivel internacional hacen pensar que las brechas de precios y las fluctuaciones pronunciadas de los mercados financieros seguirán siendo habituales”.

En un artículo publicado en la Newsletter que la entidad distribuye entre sus clientes, Stewart opina que a largo plazo, es probable que la continuada volatilidad económica y financiera aumente el atractivo de empresas y rendimientos estables. “No obstante, tal como vimos con el lanzamiento de la primera y segunda ronda de medidas de flexibilización cuantitativa, las inyecciones significativas de liquidez por parte de los bancos centrales pueden provocar fuertes subidas en las valoraciones de empresas con mayor apalancamiento operativo y financiero –que incorporan el riesgo de quiebra inminente– al suspenderse su ejecución”.

Estrategia en el actual entorno

Dado que estas inyecciones serán seguramente poco más que paliativos a corto plazo y podrían acabar redundando en mayores daños económicos, el experto sigue estimando correcto invertir en empresas generadoras de efectivo y con buenos flujos de cupones y dividendos, por las que se inclinan desde hace tiempo. “De igual modo, aquellas áreas del mercado que ofrecen oportunidades de crecimiento estructural, susceptibles de verse menos afectadas por los vaivenes del ciclo económico, también deberían ofrecer rendimientos sostenibles”, indica el experto.

Incógnitas inflacionarias

Ante la actual coyuntura monetaria, Stewart ve apropiado replantearnos nuestra exposición a coberturas de inflación. “Aunque las tendencias de precios son inciertas, podemos estar razonablemente seguros de que la actual política provocará inflación en una u otra área”, explica. En un mundo caracterizado por la desvalorización del papel moneda, los inversores deberán concentrarse en proteger el poder adquisitivo real de sus fondos”, añade. La deuda pública de mercados considerados refugio podría incluso representar un activo en el que posicionarse para diversificar una cartera.

En un entorno en que la evolución de las cotizaciones depende de las inyecciones de liquidez de las autoridades monetarias, estas clases de activo percibidas como seguras continuarán mostrando una correlación negativa con los activos de riesgo y, por lo tanto, pueden ser útiles a efectos de diversificación de cartera. “No obstante, sigue estando justificado mantener posiciones en otros bonos, ya sea en países donde todavía pueden recortarse los tipos de interés de ralentizarse el crecimiento –como por ejemplo Noruega o Australia– o en títulos seleccionados de deuda corporativa de categoría inferior a grado de inversión, cuya rentabilidad adicional constituye un colchón considerable”, concluye.