¿Cuánta protección necesitamos con activos libres de riesgo?

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Chesi - Fotos CC, Flickr, Creative Commons

La deuda pública ha sido considerada, históricamente, como el activo libre de riesgo. El problema es que ahora está cara, con aproximadamente el 33% cotizando actualmente con tires negativas. “Las tires negativas representan, en general, un desafío para los mandatos con pautas de inversión estrictas que limitan la flexibilidad de un gestor de carteras para navegar en un entorno de tipos de interés bajos y negativos”, afirma Konstantin Veit, gestor en PIMCO. Sin embargo, los que tienen más flexibilidad para moverse por todo el universo lo tienen algo más sencillo, al poder moverse con más libertad por el universo.

Un gestor de fondos de renta fija tiene dos opciones para solventar este problema. La primera es enfocarse en la parte del universo de inversión que aún proporciona un rendimiento positivo. A medida que más y más bonos están dando un rendimiento negativo, esta opción aumenta el riesgo de la cartera (al aumentar la duración o disminuir el perfil de crédito). “Este enfoque es peligroso y tendemos a preferir adoptar una estrategia flexible que no se centre en el rendimiento, sino en las tasas y la dinámica de propagación”, indica François Collet.

El gestor del fondo DNCA Alpha Bonds (Natixis IM) considera que los bonos del gobierno ofrecen protección a los inversores que buscan seguridad, ya que tienden a funcionar durante los crecientes tiempos de aversión al riesgo. “En una cartera de activos cruzados, incluso con un rendimiento negativo (el suficiente para perder dinero al vencimiento), aún pueden mejorar el perfil de retorno de riesgo de la inversión gracias a su correlación negativa histórica con los activos de riesgo”, subraya. Pero… ¿cuánta protección necesitamos con activos de deuda pública?

Esa es la gran pregunta. Es un debate que en TwentyFour tienen casi diario. “Creemos que el mejor enfoque ha sido mantener una asignación estratégica básica y significativa a los activos libres de riesgo, ya que los datos han dictado que hay que adoptar una actitud más cautelosa, independientemente del hecho de que los activos de riesgo hayan hecho prácticamente la vista gorda ante el deterioro. En nuestra opinión, los mercados siguen subestimando la posibilidad de una caída y, por lo tanto, preferiríamos mantener una protección a largo plazo”, aseveran.

Son muchos los gestores que han incrementado en los últimos tiempos su asignación a deuda pública. Y no solo como mecanismo de protección. Nick Hayes, gestor del AXA WF Global Strategic Bonds, reconoce que actualmente poseen más bonos gubernamentales y de duración de los que han tenido en etapas previas del ciclo económico en el fondo. “Esta parte de la cartera lo ha hecho muy bien y creemos que continuará generando alfa. Además, contribuye a rebajar la volatilidad del fondo, debido a su baja correlación con el crédito”, explica el gestor de AXA IM.