Los costes de base supondrían ya 245.000 euros al año, a los que habría que sumar otros costes como análisis o plataformas.
La creación de gestoras cerró en 2018 su mejor año de la década. Muchas de ellas fueron de nueva creación, mientras que otras se convirtieron desde una EAFI o agencia de valores. Pero todas tienen algo en común: coinciden en que es un proceso tedioso y que exige unos costes muy elevados. Algunas de las últimas gestoras que han visto la luz explican su experiencia a Funds People.
El primer paso es realizar una solicitud de autorización a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que tiene en su página web modelos normalizados. El de Sociedad Gestora de Instituciones de Inversión Colectiva (SGIIC) supera el medio centenar de páginas y trata apartados como el proyecto de estatutos sociales, consejo de administración, estructura accionarial, programa de actividades, estructura organizativa o normas de conducta. Es la información que, como mínimo, debe contener el proyecto de autorización para constituirse.
“Consiste, principalmente, en presentar un Plan de Negocio detallado (cuentas auditadas, previsión de balance y cuenta de resultados y un organigrama adjuntando los currículums). Además, debes indicar las entidades que se harán cargo de funciones delegadas, si las hay”, explican desde Altair Finance, que calculan entre uno y dos meses el tiempo que tardaron en rellenar el manual.
“Crear una gestora lleva su tiempo e intentarlo sin asesores es casi una locura porque, aunque hay una guía en la CNMV, es muy complicado. Hay muchísimos requerimientos”, añaden desde otra gestora que nació el pasado año y prefiere no ser citada. Además, “tiene que ser una gestora real, no una carcasa que esté vacía de medios y recursos”, continúan, por este motivo se solicita un mínimo de personal que suele rondar entre las cuatro o cinco personas, y una experiencia mínima: que al menos dos o tres personas del consejo hayan trabajado en una gestora con anterioridad.
Externalizar o no servicios
Una de los principales decisiones que hay que tomar es si externalizar o no determinados servicios, en función de la capacidad y tamaño de la gestora. Por ejemplo, a nivel legal se deben cubrir ciertos aspectos tales como cumplimiento normativo, auditoría interna, control de riesgos, prevención de blanqueo de capitales y protección de datos. “No te lo puede llevar una sola persona”, advierten desde esta gestora.
De hecho, en las gestoras pequeñas todo esto se tiende a subcontratar. También hay que tener un delegado de protección de datos dentro de la firma para hacer informes recurrentes y un plan de prevención de delitos de la compañía para evitar que sus empleados puedan cometer algún fraude. “Una gestora vive por su buen performance pero puede morir por una mala gestión de back office o compliance”, advierten desde otra firma.
En el caso de subcontratar servicios, tienes que presentar a la CNMV una suficiencia de medios de cada una de las entidades que has escogido. En función de cuál sea, todos estos servicios legales pueden rondar los 80.000 euros al año, explican desde una gestora.
Así, cuanto menos tamaño tenga la gestora, se tienden a subcontratar servicios de gestión y riesgo. “Pero también es importante tener en cuenta si la firma en cuestión pertenece o no a un grupo bancario. En este último caso, podrá aprovechar la misma tecnología o departamento de recursos humanos”, comentan.
Otro coste importante al que tienen que hacer frente es el de seguros de responsabilidad civil y consejeros, que para unas cuatro o cinco personas puede rondar los 30.000 euros.
Mientras, el cálculo del valor liquidativo se subcontrata al depositario, “es difícil que sea menos de 7 puntos básicos sobre el patrimonio de la gestora”, explican. Es un coste variable que puede costarte unos 50.000 euros.
A todo ello habría que sumar el desarrollo digital para que el cliente minorista pueda realizar operaciones a través de la web, que cifran en unos 50.000 euros dependiendo de las actualizaciones que contrates.
Por último, estarían los costes fijos de oficina (alquiler, reparaciones, teléfono, luz y agua) “que no sobrepasan los 15.000 euros en nuestro caso”, explican desde esta firma. Y FOGAIN (Fondo de Garantía de Inversiones) si vas a asesorar a clientes, que cuesta 20.000 euros.
Todos estos costes supondrían ya, de base, unos 245.000 euros anuales. A los que habría que sumar otros costes variables que dependen de las condiciones que se negocien con las empresas de manera individual, tales como análisis (que suele ser elevado), plataformas en las que estés (en el caso de que la gestora no pertenezca a una red comercial de cara a poder vender mejor sus productos) o el precio de Bloomberg.
Por ejemplo, desde Altair confiesan que “al delegar las funciones de administración de los fondos en un tercero con sus propios desarrollos informáticos, no hemos tenido que hacer una inversión en herramientas informáticas elevada (la mayor inversión ha sido a nivel económico). Sí que hemos tenido que reforzar el área de Administración y Control y el de Comercialización de los fondos. Además, en el área de control de riesgos, nos apoyamos en terceros y tenemos también un coste añadido que no teníamos antes como asesores”.
Al final, todos estos costes obligan a tener que tener un tamaño mínimo para que compense asumir todos estos costes. Las gestoras consultadas cifran en 100 o 150 millones de euros este patrimonio, aunque depende de la comisión que cobres a los clientes, si has delegado servicios y de cuánto cedes de esa comisión a las redes.
Duración del proceso
Desde la CNMV explican que el tiempo de tramitación de la autorización depende de diversos factores, como pueden ser la complejidad del proyecto, la calidad de la documentación presentada y la carga de trabajo existente en cada momento. Una vez notificada, en su caso, la resolución administrativa por la que se autoriza el proyecto, los promotores de la SGIIC tienen un año para solicitar su inscripción en el registro de la CNMV, transcurrido el cual la autorización caduca.
Las gestoras consultadas tardaron en torno a seis meses en obtener su resolución. “En nuestro caso, al tratarse de una transformación, teníamos constituida la sociedad con anterioridad por lo que el primer paso fue completar el Manual de CNMV. Hemos detectado que no hay apenas diferencia de tiempo entre crear una gestora de cero o transformar una agencia de valores en SGIIC”, afirman desde Altair Finance, que tardó entre 6 y 9 meses en completar el proceso.
Este artículo se puede leer en la revista Funds People del mes de febrero.