Desde el posible camino de los tipos de interés en el contexto de un posible aterrizaje suave de la economía global, pasando por la necesidad de mover la liquidez hacia la renta fija, hasta el crecimiento del mercado de deuda emergente y el desempeño de la renta variable estadounidense en comparación con las Siete Magníficas.
Cuatro gráficos para hablar con el cliente sobre su asignación de activos
Con contadas excepciones, como Reino Unido, en la mayoría de las grandes economías a nivel global el PMI manufacturero está en contracción. Sin embargo, el sector servicios resiste en fase de expansión. Ese equilibrio delicado es lo que lleva a Rob Lind, economista de Capital Group a tener como escenario base para los próximos 18 meses un aterrizaje suave de la economía mundial. Si bien hay factores a vigilar de cerca, como los precios de la energía, en opinión del economista, el entorno macro parece particularmente robusto.
Ahora bien, reconocer este escenario benigno en el corto plazo no quita que Lind, como buen economista, no encuentre elementos que le preocupan. Principalmente, el estado de las finanzas gubernamentales de las grandes economías. “Desde el estallido de la pandemia los gobiernos han permitido el crecimiento de sus déficits hasta niveles preocupantes. La deuda gubernamental de varios países ha vuelto a niveles de la Segunda Guerra Mundial”, insiste. La gran pregunta que se hace Lind es: ¿hasta cuándo van a seguir los mercados dispuestos a absorber esos déficits?
Aunque no necesariamente genere un problema sistémico para los mercados financieros, al economista sí le pide una reflexión acerca de la tendencia de las tires del Tesoro estadounidense. Como bien muestra el gráfico, históricamente ha habido una estrecha correlación entre el crecimiento del PIB y la yield de la deuda gubernamental estadounidense. Así se mantuvo durante décadas, hasta la crisis de 2008, donde la política monetaria laxa y otras circunstancias ha mantenido a las tires por debajo de la tendencia.
“¿Veremos ahora una reversión a la antigua normalidad, más en línea con el crecimiento económico o volverán a los niveles bajos post Gran Crisis Financiera?”, se pregunta el experto. Si tuviera que decantarse por una opción, Lind cree que hemos visto el punto de inflexión: “Veremos de media tires más altas en el Tesoro americano”. Una vuelta a la vieja normalidad. Y si se cumple su previsión, ¿qué implica para las primas de riesgo de la renta variable?...
1/4Las estrellas se están alineando para el inversor. Históricamente las tires han sido un buen indicador de los resultados futuros. Así lo vemos en el caso de los bonos corporativos estadounidenses en el análisis de los últimos 50 años: hay una correlación alta entre el yield to maturity (YTM) y el retorno generado en cinco años. Precisamente por ello Damir Bettini y Flavio Carpenzano, gestor e investment director, respectivamente, ven urgente tener la conversación con el cliente sobre la necesidad de poner a trabajar su liquidez y sellar las tires actuales que ofrece la renta fija.
Quedarse en cash es cada vez más caro. “La liquidez se ha convertido en un activo de riesgo desde la perspectiva del coste de oportunidad”, advierten. “Es que si adelantamos el reloj 12 meses el inversor tendrá que reinvertir su capital a un punto mucho más bajo y se habrá perdido además la apreciación de capital”, añaden. Como vemos en el gráfico anterior, hoy la rentabilidad que ofrece la liquidez (medido por el SOFR a tres meses) es casi idéntica al yield del 10 años US Corporate Investment Grade. Pero es que el forward a un año, lo que descuenta el mercado, apunta a una diferencia de casi 200 puntos básicos.
Tampoco haría falta subir demasiado en el escalón de riesgo, opinan Bettini y Carpenzano, para encontrar ideas interesantes. Según sus cálculos, salvo que hubiese un entorno de estanflación (crecimiento bajo e inflación alta), las tires en los bonos corporativos están en un punto atractivo en general. Incluso a pesar del estrechamiento de los diferenciales de crédito.
2/4Los mercados emergentes se han convertido en una clase de activos estructural. Tanto desde la perspectiva de la renta fija como de la renta variable. En el caso del emerging markets debt (EMD), el mercado ha crecido hasta casi 8 billones de dólares a cierre de 2023. De esa cifra el 62% son bonos soberanos en divisa local y los expertos de Capital Group prevén que la tendencia se mantenga y acentúe en los próximos años. Tan solo un 15% están en divisa dólar mientras que otro 14% son bonos corporativos.
Dicho esto, el análisis de la gestora americana determina que la mejor asignación a renta fija emergente ha sido tener un enfoque blend con la clase de activos. Tomando como referencia los retornos anuales de los tres segmentos (deuda en dólares, en moneda local y corporativos), ninguno lo ha hecho consistentemente mejor. Los tres han generado un retorno anualizado de entre el 5,2% y el 6,4% en los últimos 20 años. En cuanto a las tires de la renta fija emergente, actualmente están en un punto de entrada atractivo respecto al histórico.
Por su parte, la renta variable emergente cerró 2023 con una capitalización de 19,3 billones de dólares. A finales de los 80 el índice MSCI EM solo estaba compuesto por 10 países. En 2024 ese número asciende a 24. Y en los índices globales han pasado de un 1% al 10% de peso. Si descontamos casos particulares como la India y Taiwan, la mayoría de las bolsas emergentes están cotizando por debajo de su media a 10 años, como vemos en el gráfico.
En opinión de los expertos de Capital Group, muchas de las oportunidades que hay en la renta variable global también se pueden capturar desde los emergentes. Un ejemplo es el crecimiento del consumo de la clase de media. Al igual que en los países desarrollados, en los países emergentes se está apreciando una sofisticación de los patrones de consumo de la población. Se espera que para 2024 Asia contribuirá 92 millones de los 113 millones de personas que se unirán a la clase consumidora a nivel global.
3/4Si bien la renta variable estadounidense estuvo dominada en 2023 por las Siete Magníficas, eso significa que hay amplio espacio para que el resto de las cotizadas recorten ese diferencial en los próximos meses. Y efectivamente es lo que estamos viendo en el S&P 500. La previsión es que desde el cuarto trimestre de 2024 el crecimiento de beneficios interanual de S&P 500 ex7 Magníficas supere al fin al de las 7 Magníficas.
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