Descubriendo la gama de Nordea: el fondo 5 estrellas de renta variable emergente que la gestora pone sobre la mesa

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Foto cedida

La apertura de oficina de Nordea en España está haciendo que muchos inversores vayan fijándose cada vez más en la oferta de fondos de la gestora nórdica. Uno de los productos que están empezando a despertar el interés es el Nordea-1  Emerging Stars Equity Fund. Se trata de un fondo con cinco estrellas Morningstar que acaba de cumplir los tres años de vida y con un volumen de activos bajo gestión que ya supera los 1.000 millones de euros. Gestionado por Jorry Rask Nøddekær, este fondo ha ofrecido durante los tres últimos años una rentabilidad anualizada del 11,5%, batiendo en 4,5 puntos al MSCI Emerging Markets, y con una volatilidad media del 13,3%. Lo ha conseguido, además, sin bajarse en ningún año del primer cuartil por rentabilidad. Funds People se ha puesto en contacto con el gestor para conocer cuál es la filosofía y estrategia que aplica este producto.

El equipo de gestión parte de la base de que los mercados son ineficientes al valorar las acciones a corto y medio plazo. “Dichas ineficiencias se pueden aprovechar para generar alfa dando prioridad a la identificación de valores que, en nuestra opinión, estén infravalorados en relación con su capacidad para generar flujos de caja en el futuro”. Según explica, la filosofía de inversión tiene varias características. La primera: disciplina en el sistema de toma de decisiones. “Nos basamos en un proceso estructurado, para reducir el riesgo de sesgos indeseados”. El segundo es el análisis fundamental. “Consideramos que los flujos de caja libres son, en última instancia, los que crean valor para  los accionistas”. La tercera: el análisis propio. “Somos partidarios de realizar nuestros propios análisis”. Y, cuarto, la inversión a largo plazo. “Miramos más allá del ruido del mercado y nos centramos en el largo plazo”.

El universo de inversión está constituido por aproximadamente 1.000 empresas, entre las que se incluyen tanto compañías domiciliadas en países emergentes como otras firmas con domicilio fuera de esta región en las que un mínimo del 50% de sus beneficios o activos proceden de estos mercados. Segmentan haciendo un análisis bottom-up, mediante el que los gestores de carteras intentan identificar activos infravalorados que presenten buenas oportunidades de crecimiento en el futuro, pero que actualmente estén infravalorados por el mercado. “Realizamos un análisis exhaustivo de las empresas y nos centramos en las valoraciones. El equipo considera que el valor económico añadido (EVA) es el principal motor de la valoración futura de una empresa que, en nuestra opinión, es lo que el mercado terminará pagando”.

Como parte del proceso, hacen un análisis de los factores medioambientales, de responsabilidad social y gobierno corporativo (ESG). “Esto debería reducir el riesgo. Son factores que ayudan a entender mejor el entorno de cada empresa y, por ende, añaden valor al análisis estratégico”. Según Nøddekær, el equipo de inversión aplica una estrategia relativamente a largo plazo y cree poder identificar importantes ineficiencias en el mercado en un horizonte temporal de 1 a 3 años, llevando a cabo una selección de valores con una filosofía centrada en el ‘crecimiento a un precio razonable’ (GARP). “Hablamos de empresas cuyos modelos de negocio les permitan aprovechar megatendencias estructurales que están produciendo profundos cambios en ámbitos como la demografía, la tecnología, la globalización y la sostenibilidad”.

En cuanto el equipo detecta una hipótesis de crecimiento estructural, empiezan a buscar empresas con ventajas competitivas en ámbitos relevantes y, así, son capaces de beneficiarse de estas tendencias. “Los factores medioambientales, de responsabilidad social y de gobierno corporativo se utilizan para cribar las empresas resultantes antes de realizar el análisis ascendente con vistas a evaluar mejor el valor real de las oportunidades de crecimiento -tanto presentes como futuras-  de las compañías”. Se reúnen con todos los directivos de las empresas que tienen en cartera, ya sea en sus oficinas o cuando viajan a Europa. “La información más importante que debemos extraer de los equipos directivos de las empresas es cómo pretenden incrementar la rentabilidad del capital invertido por encima del coste medio ponderado del capital. Esto es, por qué deberíamos creer que serán capaces de crear valor económico”.

Actualmente, están encontrando algunas de las mejores oportunidades en Asia (la cartera cuenta con una sobreponderación estructural en esa región), ya que algunos de las áreas de crecimiento estructural más interesantes se pueden encontrar allí. “Recientemente hemos encontrado inversiones muy atractivas en China y la India”. Al ser selectores de valores puros no dedican demasiado tiempo a aspectos macroeconómicos. No obstante, en términos estructurales, la cartera suele estar infraponderada a los activos de los mercados más desarrollados de Asia (Corea), de la región EMEA (debido al riesgo geopolítico causado por Rusia) y Latinoamérica (donde consideran que las valoraciones México y Chile son altas). No gestionan las divisas de manera activa ya que no creen que puedan crear valor a los inversores haciendo esto.

“Mantenemos un claro sesgo hacia empresas con balances saneados y niveles de deuda bajos, lo que nos ofrece una sensibilidad reducida a la ampliación de los diferenciales de la deuda. Por otro lado, también nos orientamos hacia compañías de crecimiento que tradicionalmente son más sensibles a las preocupaciones del mercado a corto plazo y al aumento de los diferenciales. Sobre todo, creemos que posicionarnos en valores con balances saneados y niveles de deuda bajos compensará el impacto del sesgo hacia el crecimiento, por lo que nuestra exposición a los cambios en los diferenciales de la deuda está balanceada”, asegura el gestor.

En cuanto a la rotación de los activos de la cartera, esta es baja al situarse alrededor del 30%-40%. “Se trata de una cartera a largo plazo en la que los activos suelen mantenerse por un periodo aproximado de 3 años (el tiempo necesario para desbloquear el valor del potencial de crecimiento de las empresas)”. En cuanto a la política de ventas, tienen identificadas distintas situaciones que podrían derivar en la venta de un valor: que alcance el precio objetivo, que se dé una variación considerable en la tasa de crecimiento implícito de la firma, que identifiquen una oportunidad de inversión más interesante en otra empresa, que se produzca un cambio en la dirección/estrategia que impida a la empresa sacar partido a su estrategia, que se deterioren los fundamentales de la inversión o que se dé un cambio en la calificación de los factores medioambientales, de responsabilidad social y de gobierno corporativo de la empresa. No incorporan mecanismos de stop loss en el proceso.

El equipo gestor monitoriza el riesgo de forma activa a través de diversas herramientas de gestión del riesgo con el fin de evitar exposiciones sin compensación. En cuanto a la liquidez, consideran la liquidez en dos niveles: en los títulos y en la cartera. “Al nivel de los títulos, incluso aunque la mayoría de nuestras posiciones son muy líquidas, podemos contar con un porcentaje de activos menos líquidos. Esto no nos supone un problema siempre y cuando, a nivel de cartera, podamos cumplir con nuestras directrices internas de liquidez: poder liquidar al menos el 70% de la cartera en cinco días, sin que suponga más del 30% del volumen medio de negociación diaria de los valores con los que operamos”.

Ratios fundamentales

El fondo no cuenta con un objetivo específico de beta (desde su lanzamiento la beta ha sido de uno; el año pasado de 0,96), pero los gestores tienen como objetivo crear una cartera que sea capaz de obtener una rentabilidad superior en mercados tanto alcistas como bajistas. Aunque no siguen a ningún índice de referencia oficial, utilizan el MSCI Emerging Markets con fines comparativos. Desde su lanzamiento, el fondo ha registrado un tracking error con respecto al índice del 4,25%, mientras el año pasado fue del 4,32%. El equipo gestiona una cartera muy activa con una ratio de active share del 80% aproximadamente. Nøddekær cree que los mercados emergentes tienen un enorme potencial a largo plazo en comparación con otras clases de activos. El nivel de rentabilidad más alto a largo plazo estimado para ellos conllevará, en ocasiones, un mayor nivel de volatilidad (en comparación con, por ejemplo, los mercados desarrollados).