La banca privada ha sido durante años el sector más rentable en la industria financiera a nivel global. Hasta 2017, el negocio en Europa creció a un ritmo medio anual del 6% en los últimos cinco años. Pero los años de bonanza se frenaron en 2018: los márgenes cayeron a los 22 puntos básicos y los beneficios menguaron a los 13.500 millones de euros de los 14.700 millones del año anterior. ¿Qué explica este cambio de tendencia? ¿Y es estructural? El problema es que un año malo en los mercados no ha hecho más que revelar las dolencias del sector. Dos tercios de los jugadores en la banca privada no ha mejorado su rentabilidad en los últimos cinco años. Un reciente estudio de la consultora McKinsey realiza un diagnóstico.
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