La firma ha desarrollado una herramienta de reporting para ofrecer a los clientes cuál es su distribución de activos de la parte ilíquidos en relación a su asignación de activos.
En octubre se cumple un año del lanzamiento del servicio de asesoramiento en activos ilíquidos de Diaphanum Valores. José Coquell, quien está al frente de este área, cree que 2023 va a ser un año bueno, aunque se haya reducido el ritmo de levantamiento de capital en el mercado con respecto a años anteriores.
"Se ha vuelto a la normalidad, después de que entre 2017 y 2021 haya habido un boom ante la falta de alternativas de inversión. Un auge que en algunas tipologías de patrimonios obedecía más a la cuenta de resultados de las entidades que a las necesidades de los clientes", explica Cloquell.
La firma cuenta con 2.400 millones en activos, de los cuales alrededor del 5% está en alternativos ilíquidos. "Queremos llevarlo alrededor del 10% de aquí al año 2026, teniendo en cuenta que los activos de Diaphanum sigan creciendo a doble dígito como hasta ahora", asegura.
La tecnología, fundamental
La exposición de cada inversor dependerá de su perfil. No obstante, en términos generales no recomienda invertir en este tipo de activos más de un 20% del patrimonio. Lo que tiene claro es que "es imprescindible la planificación financiera". Para ello, la entidad se ha apalancado en la tecnología con el desarrollo de una herramienta de reporting para ofrecer a los clientes cuál es su distribución de activos de la parte ilíquidos en función de los cuatro activos en los que invierte y también de subactivos.
Se trata de una plataforma con un desarrollo interno para no depender de terceros. El diseño incluye todo el proceso, desde la entrada de datos de los administradores (GP) hasta el front que se le presenta al cliente. "Nosotros tenemos acuerdos con algunos GP para el intercambio de ficheros, mientras que otros siguen siendo manuales. El mundo ilíquido tiene que desarrollar todavía la automatización de datos", cuenta Cloquell.
Por otra parte, creen que todavía queda por delante mucha labora educativa. "Una vez al trimestre nos reunimos con los inversores. Hacemos un proceso educativo para explicarles que no tiene sentido tomar decisiones de inversión cerradas, sino en relación a su asignación total de activos", matiza.