DWS amplía su oferta de ETF con un nuevo producto centrado en infraestructuras globales que cumplen criterios ASG, siguiendo el índice Dow Jones Brookfield Global Green Infrastructure.
En un movimiento que refleja la creciente demanda de inversiones sostenibles, DWS ha introducido el Global Xtrackers Infrastructure ETF, un producto que combina la exposición a infraestructuras globales con criterios ASG. Este lanzamiento marca un hito al ser el primer ETF que sigue una variante ESG de un índice amplio de infraestructuras tradicionales.
Para Michael Mohr, jefe de Productos de Xtrackers, "la necesidad de infraestructuras más allá de los combustibles fósiles está creciendo rápidamente, a medida que los gobiernos y las empresas de todo el mundo tratan de desarrollar infraestructuras más sostenibles centradas en la electrificación y la informática".
El ETF sigue el rendimiento del Dow Jones Brookfield Global Green Infrastructure Index, un índice que se calcula desde 2016 y que actualmente incluye 73 empresas cotizadas del sector de infraestructuras. La mayoría de estas empresas tienen su sede en países industrializados y han sido seleccionadas por cumplir con estándares ASG.Con una comisión fija anual del 0,35%, el ETF comenzó a cotizar la semana pasada en las bolsas de Londres y Alemania. El producto se enfoca en empresas que proporcionan infraestructuras en sectores como energía, transporte y comunicaciones, áreas que se espera muestren una relativa estabilidad a lo largo de los ciclos económicos.
Presencia de empresas europeas
Geográficamente, el índice muestra una diversificación global, aunque con un claro predominio de Estados Unidos, que representa más del 46% del índice con 15 empresas. España, Francia y el Reino Unido siguen en importancia, cada uno con cinco empresas y una ponderación acumulada del 29,5%. El índice también incluye exposición a mercados emergentes, con 13 empresas chinas que representan un 2,6% del total.
Este lanzamiento se alinea con la tendencia global hacia infraestructuras más sostenibles, reflejando el creciente interés de inversores y gobiernos en proyectos que se alejan de los combustibles fósiles y se centran en la electrificación y las tecnologías de la información.