Brian Horrigan, economista jefe de Loomis Sayles, cree que el tiempo juega en contra de un país que podría caer en recesión y cuya tasa de desempleo volvería a situarse por encima del 8%.
El abismo fiscal estadounidense podría llevar a un endurecimiento de la política fiscal en enero, salvo que el Congreso y el presidente cambien la ley antes. El tiempo corre en su contra. Quedan menos de cinco meses para evitar caer por un precipicio que, según coinciden en señalar algunos expertos, podría tener un gran impacto sobre la economía estadounidense, hasta el punto de llevar de nuevo al país a un escenario de recesión y con unas tasas de desempleo por encima del 8%. Asimismo, de materializarse la amenaza que supone el abismo fiscal americano, éste podría tener un fuerte impacto en los mercados.
Según un estudio en el que se analiza en profundidad las repercusiones del abismo fiscal estadounidense realizado por Brian Horrigan, economista jefe de Loomis Sayles, gestora afiliada al grupo Natixis Global Asset Management (NGAM), “el acantilado fiscal podría tener graves y aún desconocidas consecuencias para los mercados de renta variable, bonos, precios de las materias primas y el dólar”. La incertidumbre sobre el futuro más inmediato del país es evidente. “El pueblo estadounidense está muy preocupado, y con razón, por el hecho de que la actual política fiscal sea insostenible y termine por empujar al país a una crisis financiera a corto plazo”, aseguran.
En opinión de la boutique, Estados Unidos se beneficiaría de la puesta en marcha de un programa de acople fiscal constante, siempre que se aplique a un ritmo anual moderado. “Caer en enero en el acantilado fiscal supondría un ajuste más rápido de lo que su economía podría soportar, lo cuál derivaría en una recesión innecesaria e indeseable”. Para Horrigan, ir por este camino no tendría ningún sentido, por lo que creo que la mejor opción es que demócratas y republicanos lleguen a un acuerdo para evitar que la economía estadounidense se despeñe por el precipicio. Lo bueno es que Estados Unidos es un país que parece haber aprendido de sus equivocaciones históricas.
“Después de la terrible caída que sufrió la economía americana entre 1929 y 1933, Estados Unidos experimentó un repunte sólido del PIB durante los siguientes cuatro años. “Desafortunadamente, los errores políticos acabaron por matar la recuperación. Entonces, el presidente Roosevelt estaba profundamente preocupado por el déficit presupuestario federal y, después de su reelección en 1936, aprobó una fuerte subida de impuestos, muchos de ellos sobre el sector empresarial. Estas políticas contribuyeron a la grave recesión de 1937-1938”. Ahora, la pregunta es saber si el país volverá a caer en el mismo error.