“El BCE se está alejando de la interpretación estricta de su mandato”

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European Parliament, Flickr, Creative Commons

La divulgación de los detalles del nuevo programa del BCE para comprar bonos soberanos de los países en dificultades ha tenido una reacción muy positiva en los mercados, sobre todo si se tiene en cuenta que la medida “marca un paso importante que difiere significativamente de las anteriores iniciativas emprendidas por la autoridad monetaria europea”. Así al menos lo aseguran desde UBS Global Asset Management, al indicar que este programa “amplía el conjunto de herramientas a disposición de Mario Draghi”, que según la entidad “se aleja de la interpretación estricta de lo que supone su mandato”.

En un informe elaborado por Joshua McCallum y Gianluca Moretti, gestores del equipo de renta fija de la entidad helvética, ambos expertos afirman que el fuerte estrechamiento experimentado por las primas de riesgo de España e Italia tras conocerse el anuncio demuestra que “los mercados se mostraron impresionados”. En su opinión, este tipo de reacciones les resultan familiares. “Hubo movimientos similares cuando el BCE anunció las operaciones de refinanciación a tres años (LTRO), si bien dicha reacción fue de corta duración”. ¿Deberíamos esperar una consolidación de las caídas de los rendimientos de los bonos de España y Francia?

Según ambos expertos, para responder a esta pregunta es necesario comparar el potencial del programa de transacciones monetarias directas (OMT) con otros aprobados por el BCE y, muy particularmente, saber cuáles son las preocupaciones del mercado. Por lo pronto, el OMT ataca de lleno a algunas de ellas. La principal sería la condicionalidad impuesta a los beneficiarios. “En el corto plazo, probablemente el mercado habría sido más feliz sin condiciones, por lo que las compras del BCE se podrían dar por seguras”. No obstante, en UBS Global AM reconocen que, a nivel político, "la condicionalidad es necesaria para que no suponga un cheque en blanco”.

Tanto McCallum y Moretti se muestran convencidos de que a largo plazo las condiciones impuestas por la autoridad monetaria serán buenas para los mercados ya que con ellas se logra hacer frente a los problemas de fondo de sostenibilidad de la deuda. “El inconveniente es que algunos países, especialmente España, no están dispuestos a llegar a un acuerdo a cualquier precio”. El hecho de que Draghi haya dicho que sólo adquirirá deuda de aquellos países que soliciten formalmente ayuda al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF) o al Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM) deja la pelota en el tejado de cada gobierno.