El dato de inflación de EE.UU. cayó en agosto hasta el 8,3%, frente al 8,5% de julio. Pero es una caída menor a la prevista. Y eso no ha gustado a los inversores, como evidencia el desplome de más del 4% sufrido por el S&P 500. Mientras que el descenso mensual del 10% en los precios de la gasolina fue la principal fuente de presión a la baja para la inflación general, la inflación subyacente se reaceleró hasta el 6,3%, desde el 5,9%. A pesar del alivio que supuso el reciente descenso de los precios de las materias primas, la inflación se generalizó en agosto, y el informe del IPC mostró nuevas subidas de precios en los bienes y servicios básicos.
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