"El empleo y el sector inmobiliario crearán una atmósfera muy favorable para la Bolsa de EE. UU."

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Foto cedida

Más allá del ruido que a menudo no deja ver el trasfondo del mercado, algunos gestores tienen claro que abstraerse del ensordecedor estruendo que frecuentemente provocan los políticos resulta crucial para aprovechar las oportunidades que se presentan. Las elecciones americanas ha sido un buen ejemplo de ello. La correosa campaña electoral sólo ha servido para jugar con los datos de una manera partidista, lo cuál ha contribuido a ensuciar la visibilidad sobre la evolución de su economía. Pero, una vez disipada la incertidumbre sobre quién será el inquilino de la Casa Blanca durante los próximos cuatro años, ¿qué podemos esperar de Estados Unidos y su mercado?

Según Grant Bughman, estratega senior de UBS Global Asset Management, “Obama no va a solucionar todos los problemas”, si bien el riesgo de que el país se despeñe por el precipicio fiscal es más bien bajo. “En Washington son conscientes de que las difíciles negociaciones entabladas por demócratas y republicanos en el verano de 2011 para elevar el techo de deuda tuvieron un impacto muy fuerte en la credibilidad del país y ahora no están dispuestos a que esto se vuelva a repetir”, asegura. El coste de enredarse nuevamente en cuestiones de este tipo sería muy alto. “Lo que está claro es que más dinero en el bolsillo del Gobierno y menos en el del contribuyente ahogaría el consumo y deterioraría el PIB”, indica.

En una entrevista concedida a Funds People, el experto pone de relieve los factores que le hacen ser optimista respecto a la evolución de la economía americana. “El empleo y el sector inmobiliario van a crear una atmósfera muy favorable para la economía estadounidense y, muy especialmente, para su mercado de renta variable”, más aún si se tiene en cuenta que, tal y como afirma Bughman, “las valoraciones no son caras”. Eso no quiere decir, sin embargo, que el camino para el inversor esté despejado. “La volatilidad va a continuar el próximo año, ya que los gobiernos y las entidades financieras seguirán siendo foco de incertidumbre”. Pese a ello, a su juicio, “esto es precisamente lo que crea las oportunidades”.

Para Bughman, la volatilidad no es algo que deba asustar al inversor. “El que tenga una expectativa de inversión de largo plazo debería estar tranquilo”, asegura. Más intranquilidad le debería generar –en su opinión- el coste que le acarrea mantenerse en liquidez. El destino de ese dinero bien podría ser la Bolsa de Estados Unidos. Cabe recordar que a lo largo de los últimos años, la renta variable americana ha sido capaz de ofrecer unas rentabilidades muy atractivas que algunos gestores han logrado incluso mejorar. En el caso del UBS US Large Cap Select Growth Equity, uno de cuyos gestores es Bughman, el retorno anualizado en los últimos tres años alcanza el 16,4%, casi dos puntos por encima del Russell 1000 Growth, índice de referencia.

Estilo ‘growth’, mejor que el ‘value’

“El buen comportamiento registrado por el mercado y las mejores expectativas para su economía han sido factores que han inducido al inversor a girar la vista hacia el mercado de renta variable americano”, afirma. Sin embargo, el experto de la entidad helvética reconoce que, cuando el inversor europeo dirige su mirada a Estados Unidos, no distingue entre ‘growth’ y ‘value’, lo cuál en su opinión es un error. “A lo largo de los últimos años, seguir una estrategia basada en el crecimiento ha resultado ser una más exitosa. Este estilo de gestión seguirá batiendo a los que aplican un estilo de valor”, asevera. ¿Por qué?

A su entender, las empresas que se encuentran bajo el paraguas del ‘growth’ tienen una menor dependencia a la financiación bancaria. “Esto les hace estar mejor posicionadas”, apunta. Pero no sería la única ventaja. Buena parte de este tipo de compañías corresponden a empresas con un crecimiento orgánico, muchas de ellas vinculadas a la tecnología, un sector que ofrece productos y servicios muy demandados por la ciudadanía. Sobreponderan actualmente empresas relacionadas con la tecnología de la información, si bien en estos momentos infrapondera empresas que podrían considerarse buques insignias, como Apple.

La estrategia pasa por crear una cartera concentrada, de no menos de 35 valores y no más de 55, que es revisada de manera semanal. "En la oficina no hay paredes y la información fluye de manera rápida", asevera. Para que una compañía sea incluida, se deben dar principalmente tres circunstancias: que las perspectivas de crecimiento de una empresa no estén reflejadas en el precio, que el valor esté respaldado por convicciones muy fuertes del equipo de analistas y que la empresa cuente con ventajas competitivas. Que sea expulsada puede suceder cuando las perspectivas de crecimiento de sus beneficios no apoyen la valoración o la empresa no cuente con el favor de los analistas de la firma.

La rentabilidad por dividendo es un aspecto al que Bughman le da una gran importancia, si bien la estrategia que siguen en el fondo pasa por apostar por empresas que agrupa en tres grupos: cíclicas (entre las que cita a Concho Resources y Schlumberger), clásicas (SherwinWilliams y CVS Caremark) o de élite (Amazon.com o Apple). En este sentido, los gestores se muestran dispuestos a pagar una prima por compañías con un modelo de negocio de crecimiento sostenible y que sean capaces de ofrecer un retorno del capital invertido superior. Visa (3,5%), Allergan (3,1%), Estee Lauder (2,7%) y UnitedHealth Group son, actualmente, las mayores posiciones del UBS US Large Cap Select Growth Equity.