La gestora estadounidense contempla como principal hipótesis un crecimiento de la economía mundial moderado y una inflación en torno al 2%. Probabilidad: 80%.
El escenario macroeconómico es una variable muy relevante que los gestores suelen tener muy en cuenta a la hora de planificar sus estrategias. Tratar de entender cuál será el entorno en el que se moverá la economía no es fácil, sobre todo en un momento en el que la política juega un papel preponderante. En J.P.Morgan Asset Management contemplan cuatro posibles escenarios, aunque sólo uno se posiciona como el más plausible al otorgarle la gestora estadounidense una probabilidad del 80%. Este sería un escenario expansivo en el que la economía mundial crecería entre el 0% y el 3% y la inflación se mantendría en torno al 2%.
En una Conferencia organizada por la gestora en Madrid en la que participaron los máximos responsables de Renta Fija de J.P.Morgan AM, los expertos señalan que, en este escenario, la actuación de los bancos centrales reduciría drásticamente el riesgo de deterioro tanto en lo que respecta a las economías como a los mercados, lo que consolidaría la tendencia a la recuperación. El hecho de mantener los tipos de interés en niveles muy bajos “está forzando a los inversores a no mantener por más tiempo posiciones en efectivo y entrar en otra clase de activos que ofrezcan rentabilidad, como por ejemplo el mercado de renta fija”, indican.
El segundo escenario más probable según los responsables de Renta Fija de J.P.Morgan AM sería el de contracción, si bien para esta hipótesis la probabilidad es del 10%. ¿Qué pasaría entonces? La ausencia de progresos para resolver el abismo fiscal haría que Estados Unidos acompañase a Europa en la recesión. El crecimiento de Asia se ralentiza a medida que lo hace la economía china, lo cual afecta a su vez a Australia, país que se vería muy afectado por la desaceleración económica del gigante asiático.
Peor sería incluso el escenario de crisis, al que le dan una probabilidad del 5%. En este caso se contempla que las autoridades monetarias se quedarían sin munición para paliar la gravedad de la recesión, mientras que la crisis de deuda europea seguiría siendo el principal riesgo, sin que los políticos de la eurozona hubiesen cerrado los detalles de la integración fiscal y los sistemas para mutualizar la deuda. Todo lo contrario sucedería en el hipotético caso de que ocurriese el cuarto escenario: una acción coordinada de los bancos centrales unida a una de política fiscal tanto en los desarrollados como en los emergentes.
En este caso, el desapalancamiento del consumidor se haría a un ritmo más rápido del previsto, un cambio cuyo reflejo sería la mayor fortaleza mostrada por el mercado inmobiliario estadounidense. “En este escenario, no tendría sentido que la rentabilidad de la deuda pública soberana siguiese ofreciendo rentabilidades negativas, por lo que éstas subirían con fuerza”, aseguran los expertos de Renta Fija de la entidad. A nivel macroeconómico, se esperaría un crecimiento económico superior al 3%, pero también una inflación por encima de este nivel.