El plan de saneamiento de Bankia y su matriz BFA provocará la nacionalización casi total de ambos. Así se deduce de la explicación dada hoy en el Congreso por el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos. Pese a haber pasado ya dos semanas desde que se precipitaran los acontecimientos en la entidad, el ministro no ha dado hoy todavía cifras sobre cuáles son las necesidades de nuevas ayudas públicas del grupo.
De Guindos no le ha puesto números, pero sí ha explicado la fórmula para realizar el saneamiento. Se llevará a cabo una ampliación de capital en BFA, que suscribirá íntegramente el Estado (su único accionista) y, posteriormente, se hará otra en Bankia. En esta ocasión, se dará derecho de suscripción preferente a los accionistas, entre ellos el Estado, que será para entonces propietario del 45% del capital. Dado que el resto los participantes en el accionariado son en su mayoría particulares, es previsible que el Estado sea el único en acudir a esta operación, con lo que cuando se finalice, un porcentaje muy importante del capital de Bankia, cercano a la totalidad, será público.
Junto a esas operaciones, que supondrán una inyección que puede acercarse a 15.000 millones, el Estado impondrá una renovación total del Consejo de Administración de ambas entidades. Los nuevos integrantes, según De Guindos, tendrán que ser "absolutamente independientes y profesionales". Una vez acometido todo este plan, la entidad será -dijo De Guindos- "una de las entidades más solventes y saneadas, además de un proyecto viable, atractivo y con enorme potencial de crecimiento".
El ministro se esforzó por destacar en su intervención que el caso de Bankia es singular y por eso ha de tener una solución única, que no pretende extenderse al resto de entidades con problemas. La justificación, para De Guindos, es que Bankia es una entidad muy grande a la que inevitablemente hay que salvar y con una exposición inmobiliaria muy superior, en general, a la del resto de entidades.
El error de las preferentes
De Guindos aseguró que Bankia es el paradigma de los errores que se han cometido en el sistema financiero español. A su juicio, la fusión de Caja Madrid, Bancaja y cinco más "no era la más adecuada" y tampoco lo fue la salida a bolsa, una operación que en ese momento fomentaron el Gobierno y, sobre todo, el Banco de España.
También defendió el ministro que fue un error la comercialización de las participaciones preferentes, que "nunca deberían haberse colocado entre los ahorradores" (ni en BFA ni en el resto de entidades) porque se les vendió a ellos cuando dejaron de comprarlas los institucionales. Ahora que el Estado va a tomar las riendas de la entidad "se buscará la salida más apropiada para los ahorradores y la institución", dijo De Guindos.
Desde la oposición se criticó que el Gobierno haya tardado demasiado en dar explicaciones sobre la nacionalización de Bankia y también se pidió a De Guindos que depure responsabilidades entre los gestores de Bankia que han llevado a la entidad a esta situación.
