El éxito de los managed futures o cómo batir a los hedge funds replicando sus carteras y recortando comisiones

Andrew Beer
Foto: cedida por iM Global Partner.

Si alguien salió victorioso de la vuelta de la volatilidad a los mercados el año pasado eso son los managed futures. El índice de hedge funds macro, el HFRI 500 Macro Index, cerró 2022 con una subida del 14,8% en el año, impulsado por estrategias cuantitativas y de seguimiento de tendencias CTA. Fondos como el como el iMGP DBi Managed Futures Strategy ETF (DBMF) de Andrew Beer o el Welton Multi-Strategy Global Macro del Dr. Patrick Welton dieron una revalorización de doble dígito una en un ejercicio nefasto tanto para bonos como acciones. Y con las buenas cifras de rentabilidad llegó el flujo de capital en busca de refugio. El ETF de Dynamic Beta incrementó su patrimonio un 458% en tan solo los primeros siete meses de 2022. Y sin embargo, en opinión de Andrew Beer, la primera batalla está ganada, pero aún queda guerra por delante.

Para el fundador de la boutique estadounidense, el crecimiento en interés y patrimonio que han despertado las estrategias de managed futures aún palidece en comparación con el potencial que detecta para la clase de activos. “Nunca he encontrado una estrategia que aporte más beneficios de diversificación para las carteras que los managed futures. Y sin embargo tan pocos inversores están expuestos a ellos”, lamenta Beer. A pesar de ser el ETF de mayor crecimiento en activos el año pasado, en Estados Unidos el porcentaje de activos en managed futures es apenas del 0,03%. “Es oro para las carteras, pero apenas ningún inversor lo utiliza”, insiste.

Un componente clave en la batalla por los retornos

No obstante, Beer es comprensivo con las dudas que generan a asesores y banqueros privados productos complejos como el suyo. Es consciente de la pesadilla que supone tener que explicar un producto cuantitativo, que se pone largo y corto y que construye su cartera únicamente con derivados. “Pero no se trata de entender a la perfección cómo funciona el algoritmo sino lo que aporta a la cartera”, insiste.

Pone el ejemplo de los seguros del hogar. “El cliente no sabe lo que hay dentro, solo que cuando de verdad lo necesita cumple su función”. Y en su opinión es precisamente eso lo que logran los managed futures. “En los 23 años de historia de la clase de activos ha logrado una correlación negativa a bonos y acciones. 2022 solo fue otro ejemplo de ello. Además, en ese tiempo el drawdown (caída) máximo ha sido del 14%”, argumenta.

El valor de una réplica barata

Y tan importante como lo que hay dentro es el paquete en el que se entrega. La receta de Dynamic Beta para batir a los hedge funds es replicar sus carteras a través de futuros (por su liquidez) y con unas comisiones más bajas. “Gran parte de la industria está construida sobre campanas y silbatos. Nosotros queremos cambiarlo”, defiende Beer. El foco en un coste bajo es una de las luchas del gestor. Porque precisamente el interés compuesto aplicado a las altas comisiones que suelen tener los hedge funds es lo que les permite superar sus retornos a largo plazo. “Desde que comenzamos la estrategia en 2016 lo hemos hecho mejor que el 30-40% de los hedge funds que replicamos simplemente por recortar nuestra comisión”, cuenta.

Y es un punto en el que coinciden asociaciones como CAIA. De hecho, uno de los beneficios que CAIA destaca de la réplica mediante futuros son las bajas comisiones. Son estrategias con menores costes de liquidez, de monitorización y de due diligence, lo que permite al inversor capturar más de los retornos brutos.

Además, fondos como el iMGP DBi Managed Futures, la recién lanzada versión UCITS del exitoso ETF, no pretenden dar cada año con el hedge fund que mejor lo va a hacer ese ejercicio. Beer es consciente de lo realmente difícil (por no decir imposible) que es hacerlo bien durante un periodo sostenido de tiempo. Y es que ser el mejor fondo no es su meta. Su objetivo es dar a los inversores una puerta de acceso a una clase de activos que antes les estaba cerrado a través de un vehículo transparente y de liquidez diaria. Ser el Vanguard del mundo hedge funds en el sentido de que no pretenden ser más listos que los gestores que siguen, sino replicar sus principales posiciones y empaquetarlos en un vehículo dirigido al inversor general.