El fantasma de la inflación marca el discurso del riesgo en los mercados

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Luiz Hanfilaque, Unsplash

Inflación, inflación, inflación. La subida de los precios está en el centro del debate sobre los posibles riesgos que acechan en 2021. Una subida paulatina del IPC estaría en línea con los objetivos de los bancos centrales. Pero, ¿y si se descontrola? Un movimiento demasiado rápido o extremo de la inflación podría llevar a las entidades monetarias a revaluar el nivel adecuado de los tipos de interés. Estímulos fiscales, despliegue de las vacunas, recuperación interanual del crecimiento… El gran problema es que en el mercado existen fuertes corrientes que podrían desencadenar en grandes movimientos.

La velocidad del dinero colapsó en 2020. Y esta es una condición necesaria para que haya inflación. ¿Puede ser resucitado en 2021 gracias a los estímulos fiscales y monetarios? Para Raphael Gallardo, economista jefe de Carmignac, esa es la gran pregunta que debemos hacernos en 2021.

Lo hemos comentado en artículos anteriores. La razón por la que los inversores están tan preocupados por la inflación es por la inmensa cantidad de masa monetaria que se ha disparado gracias a los confinamientos globales. Es dinero, por el momento, dormido. Es decir, que por mucho que la población lo desee, no se puede traducir en consumo. Y Gallardo reconoce que una parte se perderá. “Alguien no se cortará el pelo dos veces en una semana solo porque no ha podido hacerlo en tres meses”, explica.

Lo apreciamos bien en este gráfico que comparte Gallardo sobre la masa monetaria en Estados Unidos. El M2 (dinero disponible como depósitos, fondos, liquidez, etc.) se ha disparado a la vez que la velocidad de su movimiento se ha desplomado.

Otro indicador clave será la tasa de inflación interanual. En este punto es inevitable que haya ruido a lo largo de 2021. Es lo que tiene cuando comparamos movimientos históricos. Hay que tener en cuenta que los precios del crudo se desplomaron en marzo de 2020 por los confinamientos. Cuando se compare los precios de un año a otro, el repunte será significativo y puede distorsionar las cifras de inflación.

Keith Wade, economista jefe de Schroders, pone cifras a esto que comentamos: “El precio del petróleo ha subido a 50 dólares desde un mínimo de 30 dólares en mayo, mientras que la masa monetaria en EE.UU. ha crecido un 25%, su tasa más rápida registrada. Estas preocupaciones se reflejan en los valores vinculados a la inflación, con la tasa de inflación de referencia a 10 años en EE.UU. aumentando del 0,5% en marzo a poco menos del 2%”.

“Vemos los primeros indicios de que el largo periodo de inflación extremadamente baja llegará a su fin y que la inflación aumentará moderadamente, más fuerte en Estados Unidos y menos en Europa”, reconocen también Jan Viebig, director de inversiones de Private Wealth Management y Laurent Denize, director de inversiones de Asset Management de Oddo. Un entorno más reflacionario suele coincidir con un viento de cola para los mercados de renta variable a través de un mayor crecimiento y un repunte de los beneficios por acción. “Los analistas esperan que los beneficios por acción aumenten un 28% para el MSCI World en 2021”, resaltan.