El FMI avisa a España de que si no pide el rescate la prima de riesgo subiría hasta los 750 puntos

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International Monetary Fund, Flickr, Creative Commons

El FMI prevé que la economía española caiga un 1,3% en 2013, pero no descarta un escenario económico mucho peor si no pide el rescate de inmediato o si las condiciones en Europa no mejoran, con una posible caída del PIB del 3,2% y una subida de la prima de riesgo hasta 750 puntos. Este nivel sería insostenible, aseguraba esta madrugada el FMI, reunido en Tokio, si en la Unión Europea no se toman medidas adicionales.

Si el PIB se desplomara y la prima de riesgo se disparara tal y como vaticina el FMI, el crédito registraría una caída histórica y España volvería a encontrarse como en sus peores años de recesión, todo debido al desapalancamiento masivo de las empresas y hogares del país. “El crédito desciende ahora más bruscamente que en nuestras previsiones de abril”, reconoce la institución.

En un informe presentado esta madrugada en Tokio, el FMI deja entrever la imperiosa necesidad de que el Gobierno que preside Mariano Rajoy pida ya un rescate preventivo a las autoridades europeas y acepte sus condiciones. Acto seguido, el BCE pueda poner en marcha su programa de compra de bonos (OMT) en el mercado de países periféricos en problemas (como España e Italia, focos de las preocupaciones actuales), que debe derivar en un abaratamiento de la financiación de la deuda pública española.

“La cuestión es por qué las rentabilidades de los bonos italianos y españoles han bajado. Es posible que sea por la anticipación de los inversores de que en realidad van a aceptar esos programas y beneficiarse del OMT en algún momento en el futuro. Y, si ese es el caso, no podemos estar seguros de que las rentabilidades vayan a seguir bajas por mucho tiempo”, indica Olivier Blanchard, economista jefe del FMI, quien da a entender que para asegurarse de ello lo mejor sería dar el paso.

Según explica el FMI, la compra de bonos por el BCE y el apoyo del fondo de rescate europeo a países con problemas frenaría la fuga de capitales de los países periféricos (de España habrían salido, según el organismo, 300.000 millones en el último año), estabilizaría las primas de riesgo, reabriría los canales del crédito e impulsaría la economía.