Desde hace meses se venía hablando del trasvase de beneficios fiscales desde los planes de pensiones individuales a los de empleo. Algo que ya está sobre la mesa. Así lo han confirmado fuentes del Gobierno tras el Consejo de Ministros extraordinario celebrado este jueves, en el que se han presentado los Presupuestos Generales del Estado de 2022.
En concreto, la aportación máxima de los planes de pensiones individuales a desgravar en el IRPF volvería a bajar, desde los 2.000 hasta los 1.500 euros. Mientras, ésta subiría en los de empleo, según fuentes del Gobierno se situaría a partir de ahora en los 8.500 euros. De este modo, el máximo global de las aportaciones conjuntas se mantiene en 10.000 euros.
Es el segundo cambio que anuncian en unos meses ya que en noviembre de 2020 el Ejecutivo rebajó de 8.000 a 2.000 euros las aportaciones en planes individuales. Precisamente, el segundo pilar del sistema de pensiones es algo que quieren reforzar. Para ello, además de ajustar los nuevos límites, el Gobierno adelantó el año pasado su intención de crear un Fondo de Pensiones Público de carácter abierto y cuya gestora se escogería por concurso. De momento, sobre este último punto no hay novedades.
Por contextualizar, los planes individuales suman un patrimonio de unos 84.000 millones, mientras los de empleo apenas tienen 37.000 millones en activos, según los últimos datos de Inverco. Una de las razones es que pocas empresas cuentan ahora con un plan para sus trabajadores, algo que quedaría resuelto con el plan público que pretende poner en marcha el Gobierno.
Desde la asociación de las gestoras de fondos y planes de pensiones (Inverco) y la asociación de aseguradoras españolas (Unespa) llevan meses manifestándose en contra de esta medida. Y es que, aunque están de acuerdo en fomentar los planes de pensiones de las empresas, consideran que no debe de hacerse a costa de los individuales.
