El oro gana protagonismo en las carteras ante el aumento de bonos con rentabilidad negativa

corona rey
barockschloss, flickr, creative commons

El temor a que la volatilidad regrese al mercado con fuerza en la segunda mitad del año, el miedo a que se recrudezcan las tensiones comerciales entre EEUU y China con el negativo impacto que ello pueda tener en la economía mundial y, sobre todo, el nuevo giro acomodaticio de los bancos centrales que en el mercado de renta fija conlleva rentabilidades cada vez más bajas, si no negativas, son quizá las tres razones que están detrás de que cada vez más inversores hayan optado por incluir oro en sus carteras. Incluso el propio Ray Dalio, presidente de Bridgewater, el mayor hedge fund del mundo, apuntaba hace unos días que oro será la gran inversión ante el “cambio de paradigma de los mercados”.

A falta de saber si se cumple o no esa predicción lo cierto es que de momento lo que ha conseguido el oro es situarse a la cabeza de los mercados en lo que a rentabilidad se refiere y de hecho, según los datos de Morningstar, la categoría de los fondos sectoriales de oro (incluye tanto los que invierten en la materia prima en si como los que lo hacen en mineras) ha sustituido a la categoría de renta variable rusa como la más rentable del año al ganar un 34% de media.

Captura_de_pantalla_2019-07-23_a_las_11Ese buen comportamiento del metal ha ido acompañado de un fuerte aumento de la demanda de productos cotizados que replican el comportamiento del metal amarillo ya que, según los recientes datos publicados por BlackRock, en el mes de junio los ETP de oro recibieron suscripciones netas por valor de 2.500 millones de dólares, el mejor dato desde febrero de 2016. Con esta cifra ya son por tanto 3.800 los millones de dólares que han recibido estos productos en lo que va de 2019, un dato que supera ampliamente los 2.900 millones que recibieron durante todo el año 2018.

Captura_de_pantalla_2019-07-23_a_las_11“Un factor importante que ha contribuido al reciente rally es que se ha restaurado la sincronización con los tipos de interés reales de EE. UU. En el último año, la tir de los treasuries ligados a la inflación a cinco años ha pasado del 1,15% al 0,17%. Como resultado, el coste de oportunidad de invertir en oro se ha reducido sustancialmente. Además, el reciente e inesperado giro acomodaticio del BCE y la Fed ha ayudado a garantizar que ese coste de oportunidad seguirá siendo bajo en el futuro próximo”, afirman desde DWS, gestora de uno de los tres fondos que más se ha beneficiado de este repunte del metal: DWS Invest Gold and Precious Metals Equities USD TFC, que se anota este año una rentabilidad del 38,12%.

No en vano, hay que tener en cuenta que ese giro acomodaticio de los bancos centrales está aumentando considerablemente el mercado de renta fija que cotiza ya con rentabilidades negativas (se calcula que ésta alcanza ya los 20 billones de dólares), lo que obliga a los inversores a buscar alternativas a esos activos seguros cuya rentabilidad seguirá previsiblemente a la baja si los bancos centrales cumplen con lo que descuenta el mercado y anuncian nuevas bajadas de tipos y/o nuevos programas de estímulos monetarios.

Además, en esa búsqueda de refugio parece que también empieza a fallar el dólar, otro de los refugios favoritos por los inversores cuya expectativa de seguir al alza decae a medida que crecen las posibilidades de ver un recorte de tipos por la Fed.

De hecho, desde Wisdom Tree pronostican que el oro "alcanzará los 1.480 dólares durante el tercer trimestre del año siempre y cuando se cumplan una serie de escenarios que acompañen a esa subida como que los rendimientos de la deuda de EEUU se mantengan en los niveles actuales, que la cesta del dólar también lo haga, que la inflación en EEUU alcance el 2%, algo muy probable si se mantiene el alza del precio del crudo, o que resurjan riesgos geopolíticos que vuelvan a impactar negativamente en el sentimiento de los inversores y en los activos de riesgo".

Ésta última es precisamente la razón por la que gestoras como Schroders, que cuenta con el segundo mejor fondo de la categoría de oro este año (Schroder International Selection Fund Global Gold C Acc USD, con más de un 40% de rentabilidad en 2019) han optado por mejorar su expectativa sobre el oro como ha dejado patente en sus perspectivas para el segundo semestre del año. “Desde el pasado trimestre hemos mejorado a positiva nuestra posición sobre el oro a medida que han crecido los riesgos en cuanto al crecimiento económico global y se han intensificado las tensiones geopolíticas. El giro dovish de los bancos centrales y la debilidad del dólar han mejorado nuestra visión sobre el oro a medio plazo”, apuntan en la gestora.

Además, según recuerda, Iain Stewart, del equipo Real Return de Newton, parte de BNY Mellon IM, “el factor clave del oro es que no es un pasivo de nadie: no es una promesa de pago, con lo que no forma parte del sistema de crédito. Esto lo convierte en una buena póliza de seguros en épocas de estrés crediticio, y con ello en una buena herramienta de diversificación dentro de una cartera”.