El poder y la influencia que ejercen los rating en los flujos hacia fondos

La oferta de fondos de inversión es rica y variada. Actualmente, en Europa hay aproximadamente 32.000 fondos de inversión disponibles a la venta y, a menudo, hacer la selección puede resultar una tarea muy ardua, sobre todo cuando de lo que se trata es de elegir el mejor fondo para invertir el dinero. ¿Qué requisitos debe reunir un fondo para que atraer la atención de los inversores? La respuesta a esa pregunta podría ser el reconocimiento, es decir, el hecho de ser un producto que cuenta con la certificación de garantía de calidad por parte de las firmas de análisis. En la industria, el más popular y el que aparece en las fichas de cualquier fondo es el rating de estrellas que otorga Morningstar, una herramienta muy popular entre los inversores tanto particulares como profesionales.

Según explica Fernando Luque, editor en Morningstar España, es una calificación exclusivamente cuantitativa. Se basa únicamente en cálculos de rentabilidad y riesgo pasados, no interviniendo ningún factor cualitativo en la valoración del fondo. El Rating Morningstar no es un indicador de buen comportamiento futuro (el que un fondo haya obtenido buenos resultados en el pasado no significa que vaya seguir obteniéndolos en el futuro), aunque sí sirve como primera guía para comparar fondos dentro una misma categoría. El poder de esta métrica para determinar qué productos captan dinero y cuáles sufren reembolsos se manifiesta año tras año, cuando se analiza cómo han evolucionado los flujos hacia los distintos productos.

Al igual que ha ocurrido en ejercicios anteriores, en 2016 los fondos con cuatro y cinco estrellas Morningstar experimentaron entradas netas de dinero, mientras los productos con una, dos o tres estrellas registraron salidas. Los primeros captaron casi 350.000 millones de dólares, mientras que de los segundos se fueron 381.000 millones. Si se estudia el porcentaje total de activos que representan los fondos con mayor calificación frente a los de una, dos y tres estrellas se observa que los primeros atesoran 13,6 billones de dólares (el 44% del total), frente a los prácticamente 8 billones del segundo grupo (26%). El 30% restante está en productos que no cuentan con rating al tener un track record inferior a los tres años, lo que muestra la importancia de la innovación en la industria de gestión de activos. El mensaje que lanza Morningstar a los gestores es muy simple: “si bates a tus competidores, captarás dinero”.

El rating de estrellas es información que habla sobre el pasado del producto. El ‘Analyst Rating’, que elabora el equipo de analistas de fondos de la compañía y que tiene unas calificaciones distintas (Rating Gold, Rating Silver, Rating Bronze, Rating Neutral y rating Negative), habla sobre el futuro y las expectativas de la casa sobre cada estrategia. El Gold son los mejores fondos de sus categorías en función de los cinco pilares  (Personal, Firma Gestora, Proceso, Rentabilidad y Precio) y que cuentan con el nivel de convicción más alto por parte de los analistas de la firma. El Silver se lo dan a los que cuentan con notables ventajas en varios de los cinco pilares, pero no en todos… y de ahí para abajo. Lo interesante es que, a juzgar por los datos, su influencia también es muy significativa en lo que respecta a la evolución de los flujos, dado que los fondos Gold y Silver fueron los únicos que en 2016 registraron entradas netas positivas y crecimiento orgánico.

Fuente: Morningstar Direct.