La divisa en la que está denominado un fondo no es un asunto baladí: un inversor que hubiese entrado en 2012 en bolsa japonesa sin cubrirse frente al yen habría tenido una rentabilidad del 20%, frente al 70% que habría obtenido si se hubiese protegido.
Con la elección del fondo de inversión que mejor cubra las expectativas del inversor no culmina el proceso de selección de un producto. Existe un factor que a menudo se descuida y que, sin embargo, puede resultar determinante en la rentabilidad final. Se trata de la divisa en la que esté denominado el fondo. Es importante tener siempre presente que cualquier inversión puede verse afectada, tanto positiva como negativamente, por el tipo de cambio, publica Expansión. “La inversión en renta variable internacional obliga a los inversores a que tengan en cuenta el impacto que el cambio de divisas puede provocar en el rendimiento de sus inversiones”, explica Laure Peyranne Rovet, responsable de relaciones con clientes de Amundi ETF.
Rovet pone un ejemplo muy significativo que revela el impacto que puede llegar a tener en términos de rentabilidad gestionar correctamente el riesgo de divisa. “Desde enero de 2012, la rentabilidad cosechada por la bolsa japonesa representada por el Topix en yenes fue del 70%. Sin embargo, debido a la fuerte depreciación del yen frente al euro, los beneficios se habrían visto gravemente afectados para aquellos que no se cubriesen frente al tipo de cambio, con un rendimiento que pasado a euros sería del 20%”. La volatilidad en el movimiento de las divisas está siendo especialmente elevada en los últimos años. La explicación que encuentran los expertos está en la política llevada a cabo por los bancos centrales, que en algunos casos buscan deliberadamente la depreciación de sus propias divisas para mejorar la competitividad y apoyar las exportaciones.
Por ese motivo, en un contexto en el que estos tipos de cambio se ven alterados por las medidas poco convencionales de los bancos centrales, Leonardo Fernández, responsable del canal intermediario de Schroders para España, considera que invertir en fondos con la divisa cubierta es una manera apropiada para gestionar el riesgo cambiario. Pero ¿y si el inversor quisiera aprovechar a su favor las fluctuaciones de las divisas? En ese caso, la opción del inversor español pasaría por elegir un fondo denominado en una divisa con perspectivas de apreciación frente al euro. Acertar no es fácil, ya que el comportamiento del mercado de divisas no siempre responde a criterios macroeconómicos. Lo evidencia la fortaleza mostrada en los últimos años por el euro frente al dólar a pesar de que la economía de Estados Unidos se encuentra mucho más avanzada en el ciclo económico.
¿Euro o dólar?
Tras la fortaleza mostrada por la divisa comunitaria, la mayoría de los expertos esperan una apreciación del billete verde frente al euro. En Schroders, por ejemplo, estiman que el tipo de cambio euro/dólar se situará por debajo del 1,30 en 2015. De hecho, el dólar y la libra británica son las divisas que ofrecen las mejores perspectivas para el equipo de multiactivos de esta gestora. Sobre la primera, esperan que, a pesar de la debilidad apreciada recientemente en los datos de la economía estadounidense, ésta continuará su recuperación y la Reserva Federal seguirá con su programa de retirada de estímulos. “Esta divergencia entre la política de retirada de la Fed frente al resto de bancos centrales del G-10 debería apoyar al dólar a medio plazo”, afirman. El caso de la economía británica es en parte similar: Reino Unido continúa progresando y como resultado esperan que el Banco de Inglaterra comience a adoptar una política más restrictiva de manera progresiva.
En el lado contrario, en el equipo de multiactivos de Schroders se mantienen negativos con respecto al euro, el franco suizo y muy negativos sobre el yen. “El BCE es cada vez más consciente del riesgo deflacionista y la inclinación de la autoridad monetaria a aplicar políticas más acomodaticias pondrá al euro bajo presión en el corto plazo”, pronostican.
Divisas emergentes
Si violentas han sido las oscilaciones en divisas como el dólar, el euro o el yen, no menos lo han sido las registradas por las divisas emergentes en los últimos años. Muchas de ellas se han depreciado significativamente frente al dólar y el euro. Un informe de Legg Mason Global AM que mide cuál ha sido el comportamiento de estas divisas frente al dólar evidencia que el peso argentino (-50%), el rand sudafricano (-36%) y el real brasileño (-31%) han sido las divisas que más se ha depreciado en los últimos tres años. Le siguen la lira turca, la rupia india y la rupia indonesia, con castigos que se sitúan cerca del 30%. En las últimas semanas la crisis de Ucrania ha incorporado al rublo ruso a esta lista.
Este mal comportamiento registrado por las divisas emergentes ha sido un lastre para todos aquellos fondos que no se cubran frente al tipo de cambio. Una categoría que ha sufrido especialmente ha sido la renta fija emergente, donde las salidas de dinero han sido especialmente significativas. ¿Qué esperar a partir de ahora? “Tras los fuertes reembolsos registrados en 2013, las valoraciones tanto en los mercados de deuda emergente emitida en divisas como el dólar o el euro como la emitida en moneda local se han vuelto atractivas”, explican en ING Investment Management. Ambas categorías han registrado un positivo comportamiento en lo que va de año, si bien en la firma holandesa esperan que, teniendo en cuenta el cambio en la percepción por parte del mercado sobre las acciones de la Fed y los procesos electorales que afrontan muchos de estos países, la deuda emitida en dólares y euros atraiga una mayor demanda.