Para la entidad gestora del Grupo Unicaja Banco, la respuesta no es tan sencilla. Lo idóneo sería una “combinación de la beta, donde se identifican las deficiencias del mercado, con el alfa que pueden proporcionar los gestores especializados”, en palabras de la selectora de fondos de Renta Fija de Unigest, Érika Pérez. En su opinión, con la volatilidad actual y los movimientos de las curvas, el mercado ofrece oportunidad de obtener rentabilidades en investment grade (tanto en emisiones en primario como en secundario ) y en high yield, especialmente en empresas en el tramo BB. “Podemos encontrar compañías que han ido haciendo sus deberes en la pandemia y en el período de tipos bajos, que han ido reestructurando balances, financiándose a un coste más bajo y que se presentan mucho más resilientes ahora, en un entorno de mercado en el que hay un crecimiento más pausado”, afirma.
En cuanto al contexto de mercado, tras la salida de la etapa en la que “venimos anestesiados con tipos bajos”, los bancos centrales, para poder controlar la inflación, “encontraron una china en el zapato con las políticas fiscales expansivas de los diferentes gobiernos y los paquetes de ayudas que pusieron en marcha. Esto no favoreció que, cuando se inició la subida de tipos, hubiera un calaje en la economía real desde un inicio”, retrasándose el impacto de las subidas de tipos en la inflación. Las políticas fiscales también se irán ajustando para hacer frente al endeudamiento que han ido asumiendo los estados. Y estos, probablemente, podrían verse obligados a subir impuestos para reducir ese agujero, lo que podría pasar factura a empresas y consumidores. Cree que “hay una desincronización entre la economía real y lo que la economía financiera anticipa”, ya que esta última va por delante y “en algún momento deberán converger para que sea eficiente y el mercado se normalice”.
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